Andrés Sandoval¿Cuáles son las estrategias al alcance de un editor de una revista científica para ampliar la relevancia de su publicación? En un ambiente en que los periódicos compiten cada vez más para publicar artículos de peso y aumentar sus factores de impacto, el ejemplo de Physical Reviews B (PRB), la más antigua y tradicional revista de física de la materia condensada, señala que un camino seguro consiste en invertir en papers de alta calidad y/o que versen sobre temas situados en la frontera del conocimiento, aquéllos capaces de captar el interés de su comunidad científica. “No basta que un artículo sea correcto para que se lo publique. Debe relatar una buena historia, en forma legible e interesante, y contener resultados y debates innovadores”, afirma el físico holandés Laurens W. Molenkamp, editor de la PRB, quien visitó Brasil en octubre para participar en la tercera edición del workshop Meet the Editors – Scientific Writing, en el Instituto de Física de São Carlos (IFSC) de la Universidad de São Paulo (USP). “Recibimos una gran cantidad de artículos y esperamos que ellos logren impacto y cierta impronta de novedad. Queremos calidad”, declaró a Pesquisa FAPESP. Docente de la Universidad de Wurzburgo, en Alemania, Molenkamp obtuvo este año el Buckley Prize, un importante galardón científico de la física de la materia condensada creado hace 60 años. Fue premiado por realizar experimentalmente un fenómeno físico conocido como efecto hall cuántico de espín en aislantes topológicos, que son materiales cuyas superficies poseen propiedades que pueden conducir a nuevos dispositivos espintrónicos.
Algunos datos presentados por Molenkamp en el workshop son preocupantes para los físicos de la materia condensada brasileños. En modo general, durante la década pasada decreció el número de artículos de autores latinoamericanos aceptados para publicarse en la PRB. Fueron un 2% del total publicado en 2011, frente a un 4% en 2000. Aunque la cantidad de artículos propuestos se mantuvo relativamente estable: era un 4% del total de los enviados para evaluación en 2000 y un 3% en 2011.
Andrés SandovalY la tendencia, según dijo el físico, indica que la PRB se tornará todavía más juiciosa en la evaluación de los artículos. Él reveló que, si la revista no hubiera publicado en 2011 un conjunto de artículos que no había recibido ni siquiera una cita, su factor de impacto, que actualmente es de 3,6, sería superior a 5. El factor de impacto se define según el número promedio de citas que reciben los artículos de una revista en determinado período, lo cual indica su repercusión. “No estamos obsesionados por los factores de impacto, pero deseamos que los artículos de la PRB sean leídos, útiles y citados por nuestra comunidad”, afirmó Molenkamp. “Ya no publicaremos artículos que no intenten trascender el estado del arte”. Evitar la publicación de papers con relevancia limitada es una meta de la publicación que comanda Molenkamp. Los cambios ya han comenzado. Por ejemplo, se abolió una sección de la revista que publicaba comunicaciones acerca de resultados de investigación (la sección de los Brief Reports), ya que tradicionalmente contenían manuscritos a los que se consideraba sin contenido como para rendir un artículo completo. Otra estrategia exitosa fue la creación de una lista de sugerencias de los artículos más relevantes publicados por la revista. Se trata de una muestra de 400 artículos, el equivalente a un 7% de los 6 mil publicados cada año, seleccionada por editores y revisores según su interés, importancia y claridad. Estos artículos, a los que se accede desde el sitio web de la revista, son citados en promedio 2,5 veces más que el promedio de los papers de la PRB, según Molenkamp.
“Está claro que se registró un descenso en las aceptaciones de artículos brasileños, que puede haber sido causada por diversos factores”, dice José Carlos Egues, profesor del IFSC-USP y miembro del cuerpo editorial de la PRB. Una de las explicaciones, según Egues, reside en cierta desactualización de la mayoría de los físicos de la comunidad de la materia condensada de Brasil. “Observo escasos grupos brasileños trabajando en los temas que han cobrado relevancia en los años recientes”, dice Egues, refiriéndose, por ejemplo, a los aislantes topológicos estudiados por Molenkamp y, más recientemente, a los denominados fermiones de Majorana, partículas que constituyen sus propia antipartículas, propuestos en 1937 por el italiano Ettore Majorana, y de cuya existencia recién hace poco se encontraron indicios en la materia condensada. “Los artículos referentes a esos temas son especialmente valorados, pues, más allá de incluir una inmensa gama de fenómenos físicos interesantes, son potencialmente relevantes para aplicaciones tecnológicas y también nuevas arquitecturas para computadoras y electrónica”, dice. “En cierta forma, ése es un problema del área en Brasil. Parece que aquí no hubiera la competitividad que se vislumbra en otros países y la búsqueda constante de nuevos desafíos relevantes para la comunidad internacional”, afirma Egues. Otro factor, según él, es la dificultad que presentan muchos investigadores brasileños para producir artículos de alta calidad, ya sea por la falta de experiencia en la escritura científica en inglés o por el apremio por publicar gran cantidad de artículos, lo cual termina por difuminar algún hallazgo importante en varios artículos con resultados parciales. “Resulta común que les falte a los artículos de brasileños relativos a la materia condensada una escritura científica interesante, con estilo sofisticado y sin las tradicionales frases comunes, casi un argot, que comúnmente acaban utilizando los investigadores”, dice Egues. “Pero ese contexto está modificándose, puesto que algunas agencias de fomento han comenzado a enfocarse en la calidad del impacto de los trabajos, y no sólo en la cantidad”, dice. Este problema sirvió como lema de la edición del workshop Meet the Editors en el IFSC, enfocado en la escritura científica, que contó con la presencia, además de Molenkamp, de Jessica Thomas, editora de la Physics, y Karie Friedman, quien se desempeñó durante 20 años como editora del Reviews of Modern Physics.
El número de citas se consagró como un parámetro universal, aunque no suficiente, para evaluar la calidad de la producción científica. “Por un lado, funciona como un círculo virtuoso: cuanto mayor es la cantidad de citas de una revista, también será mayor la cantidad de artículos remitidos a ella posibilitándole ser más selectiva”, dice Abel Packer, coordinador de la biblioteca electrónica SciELO Brasil. “Por otra parte, funciona como círculo vicioso para revistas con bajo factor de impacto, cuya tendencia apunta a recibir menos manuscritos de calidad”. La adopción de este parámetro también produce, según Packer, efectos colaterales indeseados. “Es posible que la búsqueda de más citas impulse a los editores a apostar por artículos con mayor potencial de ser citados, tales como los que cuentan con varios autores, colaboración internacional, temas innovadores o polémicos, en detrimento de artículos muy loables, pero que no se encajan en los cánones típicos de alta citación”, afirma. En el caso de los artículos remitidos por autores brasileños a publicaciones internacionales, el coordinador de la SciELO observa un problema adicional. “En general, los artículos únicamente firmados por brasileños reciben sistemáticamente entre un 24% y un 40% menos de citas que los publicados en colaboración internacional. Puede haber artículos brasileños que son rechazados no por falta de calidad, sino porque proyectan un menor número de citas”, sostiene.
Andrés SandovalLa fórmula para ampliar el impacto, en opinión de Packer, requiere recursos, profesionalismo e internacionalización, y contempla varias estrategias. Una de ellas consiste en atraer a científicos de alto nivel provenientes de varios países, para participar tanto en el cuerpo editorial como en el conjunto de revisores. Otra implica que la publicación actúe en eventos de su especialidad o como fuente de actualización y servicios para los investigadores. Estos ejemplos contribuyen a que la revista sea reconocida por los investigadores y los incita a remitir artículos. “Se necesita invertir en calidad y aguardar para recoger los frutos. No existe una fórmula mágica que asegure un buen nivel de citas, al contrario de lo que algunos imaginan”, dice Packer, refiriéndose a los trucos practicados para inflar los factores de impacto, tales como el abuso de autocitas y citas cruzadas.
Elevar el impacto de una publicación no es sencillo, pero hay revistas que lo han logrado. Un ejemplo es PLoS One, que dispone de una consistente red de revisores, publica más de mil artículos por mes y cuenta con un factor de impacto que llegó a 4 en 2011. Otro ejemplo es Frontiers in Ecology and the Environment, lanzada en 2002, y que en 2011 alcanzó un factor de impacto de 9,11. “Se trata de una revista publicada por la Ecological Society of America, que logró aumentar su factor de impacto por medio de una política editorial bien definida, con marketing científico y el apoyo de la comunidad de investigadores”, dice.
Tan sólo dos publicaciones brasileñas superan el 2 como factor de impacto: la revista Clinics, ligada a la Facultad de Medicina de la USP, y la centenaria Memórias do Instituto Oswaldo Cruz. Mientras que Clinics atravesó un fuerte proceso de profesionalización, Memórias es una tradicional revista sobre enfermedades tropicales, un área en la que la investigación brasileña sobresale. “Brasil no cuenta con ninguna publicación con factor de impacto en el primer cuartil de las respectivas áreas temáticas en el Journal Citation Reports, y debiera contar con varias para afirmarse también en cuanto a la comunicación científica”, dice Abel Packer, cuyo trabajo en la colección SciELO apunta a ampliar el profesionalismo de las revistas y hacerlas más relevantes. “La mayoría de nuestras revistas ya ha llegado a un límite encuanto a su potencial de citas aquí en Brasil. Necesitan internacionalizarse para captar más citas del exterior”, afirma.
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