En un informe divulgado el 11 de julio por el Comité de Ciencia y Tecnología de la Cámara de los Comunes, la cámara baja del Reino Unido, se sugiere la creación de un órgano para monitorear las averiguaciones de casos de mala conducta realizadas en las universidades. La recomendación apunta a solucionar un problema detectado en el informe, que es la falta de adhesión de las instituciones de educación superior e investigación a las directrices de integridad científica adoptadas en el Reino Unido hace seis años. Los parlamentarios contactaron a representantes de 136 universidades y les preguntaron si divulgaban informaciones sobre el número de casos de mala conducta científica investigados cada año, un compromiso de transparencia asumido por todas las instituciones en 2012 en un pacto por la integridad científica.
Una de cada cuatro instituciones contestó que el balance no se divulgaba y algunas justificaron la omisión con el argumento de que ese tipo de información podría comprometer su imagen pública. Países como Australia y Canadá poseen instancias de seguimiento de averiguaciones y China ha anunciado recientemente que centralizará esa tarea bajo el Ministerio de Ciencia y Tecnología. “Consideramos que es crucial establecer un comité nacional de integridad científica”, expresó a la revista Nature Norman Lamb, parlamentario responsable de la organización del informe.
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