Haifa, la tercera ciudad más grande de Israel, es estratégica para el país. A principios del siglo XX, la expansión de su puerto en el Mediterráneo estimuló el desarrollo industrial y económico de la región, que se encontraba por ese entonces bajo dominio británico. En 1924, dos décadas antes de la fundación del Estado israelí, se creó en la ciudad Technion, más tarde llamado Instituto de Tecnología de Israel, que formaría generaciones de ingenieros, arquitectos y científicos que tuvo un rol estructural en la instalación de industrias de alta tecnología.
En febrero de este año, el presidente de Technion, el médico Peretz Lavie, estuvo en São Paulo, donde firmó un acuerdo de cooperación con la USP y brindó una conferencia sobre el poder transformador de las universidades en la economía. Preocuparse por los recursos humanos adaptados a la innovación es una de las marcas registradas del Instituto. Aproximadamente el 70% de los israelíes fundadores o gerentes de empresas de base tecnológica han pasado por Technion.
La institución se dedica al conocimiento fronterizo en temas tales como la ingeniería aeroespacial, la nanotecnología, la medicina regenerativa y la investigación con células madre. Los estudios en biotecnología son resultado de su Facultad de medicina, inaugurada en 1969, una de las pocas en el mundo instaladas dentro de un instituto tecnológico. Lavie, que tiene 70 años, es director de Technion desde 2009, y forma parte de su personal desde 1975. Creó el Centro de Medicina del Sueño –el israelí es uno de los pioneros en este campo–, fue fundador de cinco empresas que desarrollan dispositivos médicos o proporcionan servicios de diagnóstico. En la siguiente entrevista, habló sobre las estrategias de la institución para fomentar la innovación.
¿Cuál fue la contribución de Technion para transformar a Haifa en un centro tecnológico?
Estudiantes y docentes desempeñaron, a lo largo de los 95 años de la institución, un papel importante en la construcción de un ecosistema tecnológico. Los estudiantes, especialmente los de ingeniería, pero también los de física, matemáticas y química, trabajan en tiempo parcial en los centros de investigación y desarrollo que quedan a 15 minutos en coche del lugar donde se encuentra Technion. Después de graduarse, muchos continúan trabajando en las empresas de alta tecnología en las cuales hicieron sus prácticas. Nuestros profesores tienen dos obligaciones: enseñar e investigar. Pueden dedicarse a la consultoría para industrias una vez por semana, pero nada más. Y también pueden participar en el proceso de apertura de startups con estudiantes. Como Technion promueve la investigación básica y aplicada, las empresas tienen la posibilidad de llevar a cabo proyectos junto con investigadores del Instituto. Otro punto es que nuestros programas educativos poseen muchos elementos relacionados a la innovación. Realizamos cursos, conferencias y concursos sobre el universo emprendedor y contamos con aceleradoras e incubadoras de empresas de base tecnológica.
¿Cómo pueden reproducirse en otros lugares las condiciones que crearon este ámbito de innovación en Haifa?
Crear un ecosistema como el de Haifa requiere una estrecha colaboración entre la Universidad, la industria y el gobierno. La Universidad necesita tener una misión clara para ayudar a la sociedad y la economía del país. Debe alentar a los estudiantes y profesores a participar en la investigación básica y aplicada y ofrecerles a los docentes la oportunidad de actuar en el sector privado. Los estudiantes necesitan recibir capacitación en emprendimiento e innovación, con la oportunidad de tener experiencia práctica, no sólo teórica. La industria debe estar lista para recibir estudiantes e implementar proyectos de investigación con la Universidad. Y el gobierno necesita crear mecanismos para apoyar estos proyectos y financiar a las startups.
¿Qué estrategias adoptó Israel para crear una cultura de innovación en el país?
Es necesario reconocer el carácter nacional israelí, que se caracteriza por la disposición a asumir riesgos y sostener fracasos; y por actitudes que se traducen en expresiones tales como “la necesidad es la madre de la invención”. También destaco la influencia del servicio militar obligatorio de tres años para los hombres y de dos años para las mujeres. Esto contribuye a que se cree confianza en sí mismos y a que los jóvenes tengan una sensación de independencia. Todo colabora para que los estudiantes lleguen a la Universidad con cierto grado de madurez. Por último, tenemos el factor Technion, que siembra el espíritu de innovación entre los alumnos.
¿Cómo equilibra Technion el apoyo a la ciencia básica y aplicada?
Aunque se haya establecido con la visión de formar ingenieros, Technion se transformó, a partir de 1954, en una Universidad centrada en la investigación. Forma parte de su ADN promover la investigación y formar recursos humanos. La calidad de la investigación básica que llevamos a cabo está atestiguada por los tres premios Nobel otorgados a los miembros del cuerpo docente y por el número de publicaciones de alta calidad difundidas por sus profesores. La calidad de la investigación aplicada puede medirse por su contribución a la economía israelí.
Technion tiene una facultad de medicina. ¿Cómo dialoga la carrera de medicina con las disciplinas tecnológicas?
La decisión de abrir una escuela de medicina fue tomada en 1969. La visión era que la medicina y la tecnología andarían juntas. Hoy en día, la medicina depende inmensamente de la tecnología. Gracias a esta decisión, Israel se ha convertido en un imperio industrial de equipos médicos.
¿Cómo es la experiencia de mantener campus en Estados Unidos y en China?
Estas iniciativas contribuyeron para atraer estudiantes de esos países y a impulsar nuestros alumnos para entrar en contacto con otras culturas. Fue posible llevar a cabo proyectos de investigación, tener acceso a agencias de apoyo en Estados Unidos y China y aumentar la visibilidad de Technion en el mundo, lo cual tiene una importancia estratégica para Israel. No es sencillo supervisar la enseñanza y la investigación en dos campus a miles de kilómetros de distancia de la matriz. También existen desafíos para superar las diferencias entre las mentalidades. Es difícil convencer a los miembros de nuestra Facultad a trasladarse a filiales en otros países.
La universidad tiene un departamento de Humanidades y Artes. ¿Cuál es su importancia para un instituto de investigación tecnológica?
Ofrecerles cursos vinculadas a las ciencias sociales y a las humanidades a los estudiantes de ingeniería es muy importante. Es esencial ampliar el horizonte de estos jóvenes para que puedan contribuir con la sociedad. Esperamos que no sólo sean buenos ingenieros, sino que tengan valores morales y sensibilidad para entender los aspectos sociales.