En octubre de 1999, el boletín informativo Notícias FAPESP se transformó en la revista Pesquisa FAPESP, ampliando su misión de divulgación científica iniciada cuatro años antes por la Fundación que le da su nombre a la publicación. Al cabo de dos décadas, la idea de que la ciencia producida en el estado de São Paulo y en Brasil debe comunicársele en forma accesible al público sigue siendo válida e igualmente necesaria.
Las instituciones que se dedican a la investigación científica, ya sean universidades, institutos o empresas, afrontan un desafío que no es nuevo, pero que adquiere hoy en día nuevas proporciones: la crisis de confianza en la ciencia. A diferencia de la religión, la ciencia no se instala como una creencia. No obstante, su complejidad dificulta que cualquiera pueda comprender en pormenores todos sus resultados.
El conocimiento de sus principios y del método científico, e incluso de sus limitaciones, resulta fundamental para que la sociedad comprenda la manera en que la ciencia genera sus resultados, lo cual le permite, al cabo, evaluarlos y utilizarlos como base en discernimientos racionales. Sin embargo, sus méritos y sus principios no la tornan infalible. Por esa razón, aunque parezca contradictorio, resulta importante mostrar errores eventuales del proceso científico para asegurar su credibilidad.
La crisis de confianza actual que evidencia la población –y no solamente la de Brasil– al respecto de la ciencia constituye el tema del reportaje de tapa de esta edición que marca los 20 años de la revista, elegido justamente por ser algo tan próximo a su razón de ser. El informe intitulado Wellcome Global Monitor, una consulta realizada a un conjunto de 140 mil personas en 144 países, revela que el 73% de los brasileños desconfía de la ciencia, un porcentaje similar al que se registra en Francia y en Japón, del 77% (página 16).
Los datos del estudio no son alentadores, pero sirven como advertencia. Este problema habrá que afrontarlo entre todos: la comunidad científica, los periodistas, los educadores y los gestores de políticas públicas, entre otros. Los científicos están más atentos a la necesidad de no solo transmitir los resultados que obtienen, sino también de comunicar sus hallazgos de manera responsable. Un buen ejemplo de esto es la estrategia de difusión del amplio estudio de mapeo de la influencia de los genes en el comportamiento homosexual (página 56).
En los 20 años de trayectoria de Pesquisa FAPESP, la prensa también afrontó enormes retos, algunos compartidos con la ciencia. El avance de internet globalizó el acceso a la información, brindando a los lectores más opciones, pero al mismo tiempo el público tuvo que hacerse cargo de filtrar las fuentes y comprobar su veracidad. Esto requiere de un esfuerzo para no consumir contenidos imprecisos o incluso falsos (página 26).
Dos décadas cumplidas en pos de esa misión representan un hito. Partiendo de un boletín de noticias producido para un grupo acotado de científicos, Pesquisa FAPESP evolucionó hasta ser reconocida actualmente como una publicación periodística de calidad (página 22). La revista lleva a sus lectores reportajes basados en investigaciones científicas y tecnológicas desarrolladas en Brasil y por brasileños en todos los campos del conocimiento, aparte de abordar temas correlativos, tales como las políticas de ciencia e innovación y las buenas prácticas científicas. Simultáneamente, apunta a poner de relieve a la ciencia que está por detrás de temas cotidianos, tales como el monitoreo histórico de los incendios forestales (página 62), y elaborar artículos que ayuden a pensar el futuro, tal como el que versa sobre los impactos socioeconómicos de las centrales hidroeléctricas, como es el caso de Belo Monte (página 80). El equipo de Pesquisa FAPESP agradece su lectura. Es un privilegio poder contribuir con esta misión, que nos concierne a todos.
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