En un laboratorio de la localidad de Grenoble, en Francia, científicos reprodujeron las condiciones de presión y temperatura en las cámaras de magma de los supervolcanes y lograron detectar qué es lo que dispara las colosales erupciones, capaces de alterar el clima, como ocurrió con la del monte Pinatubo en 1991, que redujo la temperatura del planeta en 0,4 grados Celsius (ºC) durante algunos meses. Hace 60 mil años, la erupción de un supervolcán liberó más de mil kilómetros cúbicos de ceniza, gases y lava en la atmósfera y creó el inmenso cráter cuyo centro hoy ocupa el Parque Nacional de Yellowstone, en Estados Unidos. Los investigadores dispusieron minúsculas muestras de rocas entre dos puntas de tungsteno sometidas a temperaturas de 1.700 ºC y presiones de 36 mil atmósferas, para simular su estado en las cámaras de magma de los supervolcanes. Las mediciones, realizadas con luz sincrotrón, indicaron que las erupciones pueden ocurrir espontáneamente, al ser activadas solamente por la presión del magma, sin necesidad de ningún efecto o presión externa (Nature Geoscience, edición de enero). La presión resultante de la diferencia de densidad entre el magma líquido y el sólido, cristalizado en rocas, fue suficiente para romper kilómetros de corteza terrestre por encima de las cámaras de magma y dar comienzo a una violenta erupción. Wim Malfait, de la Escuela politécnica de Zúrich, integrante del equipo, esbozó la siguiente comparación: el ascenso del magma como consecuencia de la diferencia de densidad se asemeja a un balón de fútbol lleno de aire puesto debajo del agua, que se ve impulsado hacia la superficie por el agua más densa que lo circunda.
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