En 1759, con la expulsión de Portugal de la Compañía de Jesús por orden de Sebastião José de Carvalho e Melo (1699-1781), futuro marqués de Pombal y secretario de Estado del Imperio portugués, los jesuitas se vieron obligados a abandonar Brasil. Uno de ellos, José Basílio da Gama (1741-1795), en aquel entonces novicio, buscó refugio en Roma, donde la orden religiosa permanecía activa, cerca de 1760. En los círculos intelectuales italianos, el muchacho, nacido en la que actualmente es la ciudad de Tiradentes (Minas Gerais), solía ser interrogado acerca de la extracción de oro en su tierra natal. En respuesta a ello, compuso un extenso poema didáctico en el que afirma exponer la “verdad pura y dura”, al respecto de la minería, de la que habría sido testigo ocular. “Entre las riquezas del mundo de los metales preciosos, el oro es el más noble. La tierra lo ofrece en su forma mineral y la mina de oro lo entregará una vez extraído con ingente esfuerzo. Ahora es mi deber cantarlo: una tarea difícil para el poeta, pero una grata responsabilidad”, anuncia al comienzo de Brasilienses aurifodinae, su ópera prima.
Un tramo de As minas de ouro do Brasil [traducción]
Escrito en latín entre 1762 y 1764 e inédito desde entonces, el poema ahora ha salido a la luz bajo el título As minas de ouro do Brasil [Las minas de oro de Brasil], publicado en una edición bilingüe por la editorial Edusp. El texto es considerado como un raro testimonio sobre la sociedad y la economía del oro en el Brasil del siglo XVIII, ya que proporciona abundante información sobre los procesos de prospección, los instrumentos que se utilizaban y la mano de obra esclavizada empleada en la minería del oro.
El hallazgo de este “tesoro” literario es obra de Vania Pinheiro Chaves, docente de la Facultad de Letras de la Universidad de Lisboa (Portugal). En la década de 1980, la investigadora carioca y experta en la obra de Basílio da Gama encontró el único manuscrito conocido de Brasilienses en la colección del bibliófilo Rubens Borba de Moraes (1899-1986), en el municipio de Bragança Paulista (São Paulo). En aquella ocasión, el coleccionista le entregó a Pinheiro Chaves fotografías del poema para su publicación. La historia del documento está plagada de lagunas, pero se cree que habría llegado a Brasil a través de un diplomático brasileño, Ivan Galvão, quien lo adquirió en Italia en la década de 1930. A su muerte, Brasilienses pasó a manos de la editorial Livraria Kosmos, de Río de Janeiro, y posteriormente fue adquirido por Moraes en los años 1960. Poco antes de morir, Borba de Moraes le donó su colección al empresario y bibliófilo José Mindlin (1914-2010) y a su esposa, Guita (1916-2006). A su vez, en 2005, el matrimonio le cedió su colección a la Universidad de São Paulo (USP), que fue el punto de partida de la actual Biblioteca Brasiliana Guita y José Mindlin (BBM), donde actualmente se conserva el manuscrito.
La hipótesis de Pinheiro Chaves plantea que Brasilienses habría sido escrito como “carta de presentación” del poeta para ingresar en Arcadia Romana, en aquel entonces una de las academias literarias más prestigiosas de Europa. “Basílio da Gama ansiaba presentarse como un brasileño que tenía algo que decirle al mundo. Brasilienses es una obra de un valor incuestionable, que tuvo la doble función de poner en valor la mayor riqueza de Brasil e informar a los europeos al respecto de una realidad que les era desconocida”, dice la investigadora. El buen estado de conservación del manuscrito, con una caligrafía pulcra y sin enmiendas, sugiere que el texto estaba preparado para su impresión, algo que se desconoce por qué razón no se concretó.
La traducción del original, con 1.823 versos en latín, fue encomendada a la clasicista portuguesa Alexandra de Brito Mariano, docente de la Facultad de Ciencias Humanas y Sociales de la Universidad del Algarbe, también en Portugal. Para llevar a cabo la tarea, De Brito Mariano, quien analizó la obra en su tesis doctoral, defendida en 2005 en la misma institución, estudió tratados de minería e incursionó en los campos de la historia y la geología. El resultado es una versión en prosa, en un portugués muy comprensible para los lectores contemporáneos. “La traducción de Brasilienses requirió un amplio trabajo de investigación, porque el poema contiene un sinnúmero de detalles sobre el proceso de la minería, incluida su faceta subterránea, que implicaba mayores riesgos para los esclavizados. Basílio da Gama relata que ellos ingresaban en las minas llevando faroles de aceite de ballena”, dice De Brito Mariano.
Entre descripciones de enfermedades, de la vestimenta que utilizaban y de los contratos laborales firmados entre amos y esclavizados, el autor desliza alusiones a autores clásicos como Virgilio (70 a. C.- 19 a. C.) y científicos modernos, entre ellos Nicolás Copérnico (1473-1543) e Isaac Newton (1643-1727), a quienes conocía por su formación jesuítica. El texto en latín se entremezcla con términos en portugués y tupí. “El proceso de traducción fue muy lento y complejo. Comencé en mi doctorado y, desde entonces, he hecho innumerables revisiones. Pero también hubo fragmentos muy poéticos y hermosos al traducirse, en los que el autor compara las vetas de oro con las venas del cuerpo humano, trazando paralelismos con el campo de la medicina”, relata la traductora.
Autor clave del denominado arcadismo luso-brasileño, Basílio da Gama es más conocido por su epopeya O Uraguai (1769), un hito de la literatura del Setecientos que fue analizado por estudiosos como Antonio Candido (1918-2017) y Sérgio Buarque de Holanda (1902-1982). El poema en cinco cantos, que narra la derrota de los jesuitas en la Guerra Guaranítica (1753-1756) en el sur de Brasil, ensalza explícitamente al marqués de Pombal. Cuando publicó la obra, Gama vivía en Portugal y ya no era jesuita. El poeta de Minas Gerais ingresó en la orden religiosa en 1757, en Río de Janeiro y, tras la expulsión de la Compañía de Jesús de los dominios portugueses, se marchó a completar sus estudios en Europa hacia 1760. Sin embargo, Gama no pudo ingresar en la orden en Roma. Existen controversias sobre el motivo. “Hay quienes afirman que se debió a la oposición de la propia Compañía de Jesús. Lo cierto es que en la ciudad, incluso sin haber profesado todos sus votos, lo trataban como abate”, escribe la historiadora Júnia Ferreira Furtado, de la Universidad Federal de Minas Gerais (UFMG), en el epílogo del libro.
“Asimismo”, añade Furtado, “el texto de su ‘Oda a don José I’ [por entonces rey de Portugal], en 1765, indica su nueva voluntad de dejar de pertenecer a la Orden de Jesús y convertirse en un aliado irrestricto de la política pombalina”. Dos años después, Gama regresó a Brasil para fundar una filial de Arcadia Romana en la antigua aldea de Vila Rica, la actual ciudad de Ouro Preto (Minas Gerais). Poco después, en 1768, fue obligado a regresar a Portugal junto a un grupo de antiguos fieles de la Compañía de Jesús y acabó condenado al exilio en Angola, pero consiguió librarse del destierro. “Hay pruebas de que el indulto se lo debe a Maria Amália, hija del marqués de Pombal, en agradecimiento por un poema que Gama le escribió para celebrar su matrimonio”, dice Pinheiro Chaves, de la Universidad de Lisboa.
“Basílio da Gama sabía muy bien cómo congraciarse en la esfera política”, dice Carlos Versiani dos Anjos, investigador independiente y doctor en estudios literarios por la UFMG. “O Uraguai fue escrito en este contexto de acercamiento a Pombal, de quien se convirtió en su asistente”, añade el investigador, quien en 2021 publicó un artículo en la revista Teresa, de la Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias Humanas (FFLCH) de la USP, en una edición conmemorativa por el 250º aniversario del poema. Según Furtado, el gran héroe de la saga es Gomes Freire de Andrade, quien había comandado al ejército portugués en la Guerra Guaranítica y apadrinado a Gama en su juventud. En el texto, el autor “canta la victoria portuguesa en la Guerra Guaranítica y exalta la política pombalina, incluyendo la que dirigió contra los jesuitas”, en palabras de la historiadora.
Con sus versos decasílabos sin rima, O Uraguai cautivó a autores como Machado de Assis (1839-1908), quien escribió un soneto en honor de Lindoia, la heroína de la epopeya. El autor de Dom Casmurro también se propuso escribir una biografía del poeta arcadista. “Basílio da Gama coleccionó admiradores, pero también muchos detractores desde el punto de vista moral y ético. La orden de los jesuitas lo consideraba un traidor a causa de su acercamiento al marqués de Pombal”, dice Augusto Massi, docente de literatura brasileña en la FFLCH-USP. Uno de ellos fue el padre Lourenço Kaulen (1716-1799), autor de un ataque virulento contra el poeta que, según Massi, acabó calando en la opinión de los críticos. “En su Resposta apologética ao poema intitulado O Uraguai [1786], Kaulen acusaba a Basílio da Gama de no tener dominio del latín. También echó a correr sospechas al respecto de Brasilienses aurifodinae y sobre cómo había conseguido el autor, siendo tan joven, ingresar a la Arcadia Romana, una institución muy importante en la cultura literaria occidental. Se trataba de una represalia contra el poeta por haber avalado las políticas del marqués de Pombal”, prosigue Massi.
De igual manera, el historiador Pedro Calmon (1902-1985), en el marco de la conmemoración del bicentenario de Basílio da Gama en la Academia Brasileña de Letras, en 1941, caracterizó al latín del poeta como el de un “colegial”. Por su parte, el crítico literario Wilson Martins (1921-2010), en História da inteligência brasileira (Cultrix, 1976), argumentaba que los versos en latín del joven Basílio da Gama no eran más que “simples prácticas escolares”. “Sin duda, estas personas no habían leído Brasilienses, sino que tan solo se limitaron a reproducir la información con la que se había machacado sobre el poema. El manuscrito se mencionaba, pero pocos llegaron a dominarlo porque no se tenía acceso al mismo”, concluye Massi. Según el investigador, a partir de ahora los estudios sobre el libro pueden llegar a modificar el sitial de Basílio da Gama en la historia literaria, que ya parecía establecido. Su bibliografía también cobró nuevos matices con el hallazgo reciente, por el propio Massi, de algunos documentos de la época, como un comentario inédito del poeta, médico y tipógrafo italiano Vincenzo Benini (1713-1764), en el que se deshacía en loas al talento lingüístico del autor.
Al arrojar luz sobre aspectos de la vida económica, política y cultural del Brasil colonial, puede que Brasilienses no les interese solamente a los estudiosos de la literatura, sino también a historiadores, antropólogos, economistas, lingüistas y otros investigadores. Con todo, tal como lo explica Furtado, de la UFMG, Brasilienses adquiere a veces resonancia en las investigaciones históricas recientes, y otras veces se aparta de ellas. Al enumerar, por ejemplo, los mecanismos de que disponían los esclavizados para obtener su libertad, como la adquisición de un patrimonio financiero, Basílio da Gama proporciona pistas a los historiadores que han investigado por qué se generalizaron las manumisiones en Minas Gerais durante el siglo XVIII. En otros pasajes del poema, sin embargo, el poeta parece distanciarse de la realidad, como cuando juzga que “las masas se contentan con alimentos de escaso valor y vestimentas groseras y de algodón”.
Para Pinheiro Chaves, de la Universidad de Lisboa, el poema contiene varios elementos capaces de despertar curiosidad en los investigadores contemporáneos, entre los que sobresale la cuestión de la esclavitud. “Brasilienses es una mina de información en lo que respecta a la condición de los negros esclavizados en el Brasil de la época, en el que Basílio da Gama plasma un relato del violento proceso de la trata de seres humanos. Es un poema que habilitará muchos estudios futuros y será tan importante como O Uraguai, sostiene la investigadora.
Libro
MARIANO, A. B. (trad. y coord.). As minas de ouro do Brasil ‒ Brasilienses aurifodinae. São Paulo: Edusp, 2024.
Revista científica
CHAVES, V. P. et al. (coord.). 250 anos de O Uraguay. Teresa. São Paulo, Brasil. v. 1, n. 21. 2021.