Nelson ProvaziUn artículo publicado en marzo en el periódico estadounidense The Journal of Technology Transfer ayuda a entender los factores que regulan la cooperación entre universidades y empresas en Brasil. El estudio se basó en las respuestas que surgieron de una muestra de 17.749 empresas, que representan a un universo de 128.699 compañías brasileñas, para el Sondeo de Innovación (Pintec, en portugués) de 2011 y reveló que la difusión de colaboraciones entre instituciones científicas y el sector privado en investigación y desarrollo (I&D) depende de la intensidad de las actividades de innovación en cada segmento de la economía. En ciertos sectores con mayor inversión en innovación, como por ejemplo los de biocombustibles, papel y celulosa o electricidad y gas, la cooperación está vinculada con la existencia de actividades internas de I&D en las empresas, que sirven como demarcación para la interacción con las universidades, con la disponibilidad de financiación pública para la innovación y también con el tamaño de la empresa, donde hay una tendencia a que las mayores acuerden más colaboraciones. En tanto, en los sectores con menor pujanza tecnológica, donde se encuentran la mayoría de las empresas que respondió la Pintec, la lógica es diferente: muchas de ellas, que no cuentan con una actividad propia de I&D, cooperan principalmente contratando servicios de universidades e institutos de investigación para cubrir necesidades puntuales.
“Ese tipo de colaboración parece sustituir en esas empresas el apoyo a las actividades internas de I&D. Tal hallazgo se opone al supuesto de que las empresas necesitan contar con I&D interno para poder asimilar los resultados de I&D externo”, dice el economista Nicholas Vonortas, uno de los autores del artículo. Vonortas, docente de la George Washington University (GWU), en Washington, es titular en la Universidad de Campinas (Unicamp) de un São Paulo Excellence Chair (Spec), un programa piloto de la FAPESP que busca establecer colaboraciones entre instituciones del estado de São Paulo e investigadores de alto nivel radicados en el exterior. El paper es uno de los resultados de la investigación de doctorado del sociólogo Diego Rafael de Moraes Silva, en el Departamento de Política Científica y Tecnológica (DPCT) de la Unicamp, que comenzó en 2015. Moraes Silva cuenta con la dirección de doctorado del economista André Tosi Furtado, docente de la Unicamp también firmante del artículo, y de Vonortas, de la GWU. Actualmente, el doctorando realiza una pasantía en la modalidad sándwich en el Institute for International Science and Technology Policy de la GWU.
Un primer análisis de los datos de la Pintec les mostró a los autores que existían algunos pocos sectores de la economía con indicadores de innovación vigorosos, en aspectos tales como el personal ocupado y la inversión en I&D. “Esto creaba un problema, porque la presencia de algunos sectores con desvíos estándar muy superiores a los valores promedio, aquellos a los que se denomina outliers, malogra la confiabilidad del análisis estadístico”, explica Moraes Silva. La solución hallada fue separar a los outliers, que son segmentos intensivos en innovación del resto, y estudiar a los dos grupos por separado. De ahí surgió como conclusión que las variables que determinan la cooperación obedecen a lógicas distintas en cada una de las dos categorías.
Nelson ProvaziOtro dato peculiar de la investigación apunta un apetito mucho mayor de las empresas con fuerte I&D por la financiación para la innovación. “Esa evidencia sugiere que la política pública puede no estar modificando comportamientos preexistentes, sino afectando a sectores que estarían dispuestos a innovar de cualquier manera”, afirma André Tosi Furtado. De acuerdo con el profesor, la idea de que la I&D interna es un indicador valioso al respecto de la capacidad de innovación de las empresas es algo que ya está instalado. “Ésas son las empresas capaces de hacerles las preguntas adecuadas a las universidades. Algunos sectores empresariales del país se comportan de esa manera y otros parecen encaminarse en esa dirección, como son los segmentos de cosméticos, electrónica, productos ópticos y autopartes”, dice. Furtado apunta que, en un país con un sistema de innovación todavía incipiente como es el caso de Brasil, la apuesta de las empresas por la I&D externa es comprensible. “Se trata de empresas sin demasiada capacidad estructural interna las que contratan servicios de investigación a universidades e institutos de investigación. Buena parte de esa cooperación no llega a ser estrictamente I&D. Ello abarca, por ejemplo, test de productos”, analiza. En Brasil, un conjunto mayor de sectores empresariales obtienen I&D de terceros y hay indicios, en la reciente Pintec de 2014, de que tal comportamiento está avanzando en diversos sectores.
Los puntos de interacción
El profesor Eduardo Motta Albuquerque, docente de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Federal de Minas Gerais (UFMG), nota que los resultados del artículo dialogan con análisis realizados por otros autores, que ya mostraban un comportamiento peculiar de las empresas con innovación intensiva y él mismo participó en un reciente estudio internacional que apuntó la existencia de 29 puntos de interacción entre universidades y empresas brasileñas en 20 sectores de la economía brasileña, mientras que en Estados Unidos se detectaron 47 puntos de interacción en 34 sectores (lea en Pesquisa FAPESP, edición nº 234). “Pero este artículo produce un análisis estadístico y econométrico muy creativo y evidencia un problema estructural importante con la definición de outlier: la cooperación entre universidad y empresa está poco difundida en Brasil y sus ejemplos son puntos fuera de la curva, tanto que deben ser separados en el análisis estadístico”.
La investigación de doctorado de Diego de Moraes Silva es más ambiciosa: evaluar el potencial de la Pintec, un estudio elaborado por el IBGE desde el año 2000 para generar nuevos indicadores y análisis capaces de orientar políticas públicas en el campo de la innovación. “La Pintec resulta bastante apropiada para comprobar la perspectiva de la industria en cuanto a su interacción con la universidad, pero el surtido de datos está poco explorado por investigadores y autoridades. Las políticas públicas generalmente se basan en indicadores de I&D”, dice. Según André Furtado, el cuestionario de 195 preguntas que respondieron las empresas para el IBGE en 2011 produce una variedad de datos muy expresiva. “Es posible hacer regresiones estadísticas a partir de tales informaciones, las cuales nos ayudarían a entender mejor los fenómenos de innovación en Brasil”.
El acceso a los denominados microdatos de la Pintec se encuentra a disposición de los investigadores, aunque con ciertas restricciones. Los interesados en los datos a nivel de empresas necesitan presentar un proyecto al IBGE indicando las informaciones que se necesitan y lo que se pretende hacer con ellas. Como los datos son provistos por las empresas con compromiso de confidencialidad, el IBGE sólo los provee si existieran garantías de que los que respondieron no serán identificados. Moraes Silva se propone, en breve, estudiar minuciosamente esos datos, pero para elaborar ese primer artículo, se abocó al estudio de indicadores agregados de 55 sectores empresariales que se encuentran disponibles en el informe de la Pintec de 2011 divulgados públicamente. “La idea fue realizar un análisis preliminar acerca de si el propio acceso a los datos agregados permitiría extraer conclusiones interesantes”, afirma.
Nelson ProvaziEl economista Alessandro Pinheiro, coordinador de la Pintec, coincide en que los resultados de la investigación de la Pintec podrían estudiarse mejor, pero observa dificultades para poder expandir su empleo, principalmente en el ámbito académico. “Los estudios de economía de la innovación se encuentran, en general, vinculados a centros de investigación en economía heterodoxa, y ellos se encuentran circunscriptos a pocas universidades, como son los casos de la Unicamp y la UFRJ [Universidad Federal de Río de Janeiro] y, en parte, la USP [Universidad de São Paulo] y la UFMG. En tanto, la administración de empresas y la ingeniería de producción poseen un enfoque natural sobre estudios de caso y hacen poco uso de los métodos estadísticos y empíricos elaborados”, sostiene.
En la esfera de las políticas públicas, Pinheiro dice que en el país falta capacitación para el uso de métodos y herramientas capaces de manipular los microdatos de la Pintec. Según él, de nada serviría disponer de más oficinas de investigación en la sede del IBGE para el estudio de los datos sectoriales de la Pintec porque la demanda, principalmente de estados y municipios, aún es pequeña. “La capacidad se encuentra muy concentrada en São Paulo y en Río de Janeiro, y también en Brasilia, gracias al Ipea”, dice el gerente de la Pintec, refiriéndose al Instituto de Investigación Económica Aplicada (Ipea, en portugués), una fundación vinculada al Ministerio de Planificación y Administración, cuyos investigadores han elaborado varios trabajos detallados valiéndose de los microdatos de la Pintec.
Con todo, Pinheiro advierte que el interés por los datos tiende a aumentar a medida que la investigación se bifurca en nuevos temas, como en el caso, por ejemplo, de la inclusión del sector de electricidad y gas en 2011 o de datos acerca del género de los investigadores o sobre adquisiciones públicas a partir de 2014. “Así como son escasamente utilizadas en publicaciones científicas, por otro lado, las estadísticas descriptivas de la Pintec son bastante analizadas por ministerios, secretarías de ciencia y tecnología y organizaciones del sector privado, generando parámetros incluso para la Estrategia Nacional de Ciencia y Tecnología”. En opinión de Nicholas Vonortas, el acceso a datos pormenorizados de la Pintec promete producir análisis interesantes. “Estamos desarrollando un proyecto para trabajar con datos a nivel de empresas e imagino cuán valiosos serán ellos”, afirma.
Proyecto
Sistemas de innovación, estrategias y políticas (nº 13/ 50524-6); Modalidad Programa São Paulo Excellence Chair (Spec); Investigador responsable Nicholas Spyridon Vonortas (George Washington University y Unicamp); Inversión R$ 1.655.029,25 para todo el proyecto.
Artículo científico
MORAES SILVA, D. R., FURTADO, A. T. y VONORTAS, N. S. University-industry R&D cooperation in Brazil: A sectoral approach. The Journal of Technology Transfer (2017). Publicado online el 3 de mar.