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La edad de las piedras

Rocas rejuvenecidas

Los estratos rocosos del Brasil central pueden ser hasta 200 millones de años más recientes de lo que se creía

Fábio ColombiniRocas expuestas en Bom Jesus da Lapa, en Bahía, con el río São Francisco como fondo: las edades varían de acuerdo con el método empleadoFábio Colombini

Un historiador puede fácilmente descolocar a un geólogo si le consulta cuál es la edad del vasto estrato geológico de rocas sedimentarias conocida como Grupo Bambuí, que abarca una pequeña superficie de los estados de Goiás y Tocantins y buena parte de Minas Gerais y de Bahía. “Debatirán una hora al respecto”, imagina Márcio Pimentel, geólogo de la Universidad Federal de Rio Grande do Sul (UFRGS). Los geólogos comenzaron a estudiar esa región hace 30 años, pero la edad atribuida a ella todavía genera dudas: varía entre 740 y 550 millones de años, dependiendo del método de análisis adoptado. Estudios en curso indican que la edad de las rocas incluso podría ser más reciente, aunque aún no se cuenta con demasiados argumentos a favor de esa conclusión. El gran inconveniente para definir una fecha más certera reside en que las rocas del corazón de Brasil son sedimentarias, es decir, están formadas por la combinación y fusión de fragmentos de otras rocas sumadas a detritos terrestres o marinos. Otras regiones están conformadas por rocas de origen volcánico, cuya datación resulta bastante más sencilla.

Tan interesante como la definición de una probable fecha es que los debates referentes al comienzo de la formación de esas rocas está revelando algo que raramente se evidencia: el arduo proceso de construcción de las verdades científicas, mediante la discusión –generalmente amigable– entre diferentes grupos de investigación, que trabajan con distintas técnicas planteando argumentos que tienden a ser agregados, transformados o eliminados. Cada equipo defiende su postura e incluso habiendo analizado rocas provenientes de diferentes profundidades en distintos sitios, suponen que sus conclusiones podrían valer para toda esta inmensa región. Los distintos conjuntos de rocas sedimentarias del Grupo Bambuí ocupan alrededor de 300 mil kilómetros cuadrados. En dirección este-oeste, se extienden desde Brasilia hasta Serra do Espinhaço, en Minas Gerais, en profundidades de hasta dos kilómetros. En dirección norte-sur, van desde Belo Horizonte hasta el norte de Bahía.

Allí, si nos alejamos de las ciudades encontraremos un relieve llano, marcado por las plantaciones de soja, las pasturas o incluso algo de cerrado y de caatinga. De esa tierra rica en cavernas, cortada por el río São Francisco, se ha extraído mucho diamante y oro; y ahora se comienza a extraer petróleo y gas natural, contrariando los preceptos geológicos, que determinan que los terrenos de ese tipo no deberían contener hidrocarburos. Los geólogos argumentan que el conocer con mayor exactitud la edad –o edades– de esa región es de suma importancia, entre otros motivos, para saber qué otros bienes minerales con valor económico podrían extraerse.

“Yo pondría las manos en el fuego: el Grupo Bambuí tiene menos de 600 millones de años”, dice Pimentel. “Siempre imaginamos que sería más antiguo”. Pimentel y Joseneusa Rodrigues, una geóloga que hizo el doctorado con él y ahora trabaja en la Compañía de Investigación de Recursos Minerales (CPRM), en Río de Janeiro, conducen el equipo de la UFRGS que está rejuveneciendo al Grupo Bambuí, al determinar la edad de 25 muestras de cristales de circón, un mineral que resulta de la modificación de granitos o de rocas volcánicas y se integró con los calcáreos del Grupo Bambuí. El circón extraído de rocas recogidas en localidades tales como Montes Claros, en el norte de Minas Gerais, y Morro do Chapéu, en la región central de Bahía, sería proveniente de las montañas que comenzaron a formarse hace alrededor de 600 millones de años y dominaban el paisaje de la región del actual Brasil Central, pero fueron erosionadas al punto tal que actualmente sólo quedan modestas sierras. El equipo de Rio Grande do Sul halló circón con hasta unos 550 millones de años, que representan la edad máxima de los calcáreos a los que se adhirieron. “Algunas muestras son todavía más jóvenes”, dice Pimentel, “aunque aún estamos confirmando los análisis”.

046-049_Geologia_195Esa posibilidad, deja próximo al Grupo Bambuí del período geológico conocido como Cámbrico, que comenzó hace 544 millones de años y finalizó hace 488 millones de años. Fue cuando, posiblemente debido a la acumulación de oxígeno en la atmósfera y en los océanos, surgieron la mayoría de los grupos de animales, ya que antes tan sólo existía vida microscópica. Sin embargo, si las rocas del Grupo Bambuí fuesen realmente tan jóvenes como estarían indicando las muestras de circón, deberían haberse encontrado fósiles de invertebrados, que ayudan a definir la edad de las rocas. “Me pregunto dónde están los fósiles”, dice Pimentel. En su opinión, todavía no se han encontrado fósiles en la región pues los paleontólogos no excavan demasiado allí y los geólogos centraron su atención en las rocas y no en los fósiles.

“Marly Babinski cuestionó mis datos, diciendo que los circones eran demasiado jóvenes, pero puso a su equipo a trabajar allá y ahora también está hallando cosas más recientes”, dice Pimentel. “En poco tiempo, estamos convergiendo en la misma interpretación”. Los estudios pioneros de Marly Babinski, del Instituto de Geociencias (IG) de la Universidad de São Paulo (USP), señalaban que el Grupo Bambuí podría, por el contrario, ser muy antiguo. Ella recorrió por primera vez el norte de Minas Gerais y Bahía en 1989, durante un viaje de dos semanas con muchas lluvias por caminos bacheados. Mediante el análisis de la proporción de los rarísimos isótopos de plomo dispersos en los carbonatos, una técnica nueva en la época, determinó una edad para las rocas de la región: el Grupo Bambuí tendría unos 740 millones de años, con un margen de error, por exceso o por defecto, de 22 millones.

“Las conclusiones a las que arribamos no son determinantes”, considera Pimentel. De cualquier manera, ni sus datos ni los de Babinski valdrían para toda la región, formada por subconjuntos de rocas con características propias. “Logramos extraer circón en toda la región, excepto de los estratos más profundos, donde ella recolectó”. Ricardo Trindade, docente del Instituto de Astrofísica, Geofísica y Ciencias Atmosféricas (IAG) de la USP, quien trabaja con Marly desde hace años, se inquieta: “Si esos nuevos datos obtenidos con cristales de circón fueran correctos, tendremos que revisar todo lo que sabemos e hicimos”.

La consideración de ambas edades trae consecuencias todavía lejos de un consenso: o la superposición de rocas desde los estratos más profundos hasta los más superficiales habría sido bastante lenta, o bien existiría un intervalo en la base del Bambuí de alrededor de 200 millones de años. Muchos geólogos descreen de esas posibilidades, que Marly considera con tranquilidad: “Es lo que encontramos hasta ahora”, dice. “Después podríamos cambiar de idea, frente al hallazgo de nuevas evidencias”. En los recientes viajes de recolección por Minas Gerais y Bahía, su equipo halló fósiles raros, con forma de cabellos retorcidos, cuya edad aún es desconocida. Ella misma, en recolecciones realizadas en 1995 en los municipios de Moema y Bom Despacho, en el oeste de Belo Horizonte, ha encontrado extraños vestigios en rocas similares a éstas que le muestran ahora, “aunque nadie les asignaba importancia”, recuerda. El problema, comenta, reside en que nadie logró identificar a qué tipo de organismo podrían pertenecer esos fósiles ni de qué época serían procedentes.

La Tierra cubierta de nieve
Existe otro problema, más complejo de resolverse. Si sus datos fueran realmente ciertos, una de las primeras glaciaciones del planeta, hace unos 730 millones de años, habría sido global. “Para confirmarlo”, dice Babinski, “necesitamos mayor cantidad de dataciones”. Por ahora, esa posibilidad se contrapone con el enfoque de mayor consenso sobre la historia geológica de la Tierra. La mayoría de los geólogos prefiere creer que una capa de alrededor de un kilómetro de hielo habría cubierto todo el planeta, asemejando todo a la actual Antártida, tan sólo durante la segunda gran glaciación, ocurrida hace unos 635 millones de años.

Fósiles posible en carbonatos de la región de Lagoa Santa en Minas Gerais

GUSTAVO MACEDO DE PAULA-SANTOS / IG-USP Fósiles posible en carbonatos de la región de Lagoa Santa en Minas GeraisGUSTAVO MACEDO DE PAULA-SANTOS / IG-USP

Alexandre Uhlein, gaúcho radicado en Belo Horizonte desde hace casi tres décadas, dirige un equipo de geólogos en la Universidad Federal de Minas Gerais que cuestiona ambas concepciones. Por medio de mediciones de isótopos de estroncio proveniente de rocas recogidas en el municipio de Correntina, en el sudoeste de Bahía, y de comparaciones con rocas similares de Namibia, formadas cuando África y Brasil conformaban un único bloque, el equipo de Minas Gerais concluyó que, tanto las capas de carbonato como las rocas de origen glacial, más profundas, tendrían alrededor de 630 millones de años.

Por ende, la región habría comenzado a formarse como resultado de la acumulación de hielo en esa época, que coincide con una gran glaciación ocurrida en el planeta, denominada Marinoana, y ya bien determinada en otros continentes. El hielo, arrastrando restos de rocas, se habría acumulado sobre una de las estructuras básicas de Sudamérica, el denominado Cratón de San Francisco. Cuando el clima se atemperó, fundiendo el hielo, el agua fluyó hacia regiones más bajas. Sin embargo, parte del material arrastrado permaneció, y sobre éste se fueron acumulando capas de caliza que se asemejan a una lasaña.

“No es muy probable que hayan pasado mucho más que 100 millones de años entre la formación de los estratos más profundos y los más superficiales en el Grupo Bambuí”, comenta Fabrício Caxito, quien realizó el doctorado con la dirección de Uhlein. Entre marzo y julio de 2011, Caxito trabajó en la Universidad McGill, en Canadá, con Galen Halverson, uno de los defensores de la hipótesis Snowball Earth, según la cual el hielo de una glaciación global habría transformado el planeta en una inmensa bola de nieve, y uno de los autores de un gráfico sobre la variación de los isótopos de estroncio en el planeta. Según Caxito, Halverson sostiene que el Grupo Bambuí solamente pudo originarse durante la glaciación Marinoana, la única reconocida a nivel global.

“Métodos diferentes conducen a distintos resultados”, reconoce Uhlein. “El análisis de los isótopos de estroncio es una metodología más eficiente para datar las rocas que la del plomo y, obviamente, genera un relato diferente, que es en el cual creemos actualmente”. De todos modos, Marly considera que la técnica de los isótopos de estroncio “no permite obtener edades absolutas”, tan sólo funcionaría para mar abierto y “no es valedero para el Grupo Bambuí”. En su opinión, esa región pudo haber sido el lecho de un mar cerrado, que comenzaba en lo que hoy es Belo Horizonte, y se expandió hacia el norte.

“Actualmente tenemos más dudas que soluciones”, dice Trindade. “Durante las últimas décadas, los geólogos más eminentes de Brasil estimaron edades para el Grupo Bambuí que ni siquiera se arriman a lo que estamos encontrando”. Afortunadamente, los implicados en este debate son amigos y parece agradarles ese ajetreo. “Es divertido”, comenta Pimentel. A medida que vayan analizando una mayor cantidad de rocas extraídas del corazón de Brasil, tal vez los geólogos arriben a un consenso al respecto de las técnicas más adecuadas –o quizá adopten otras, que pueden conducir a diferentes resultados– o a lo mejor llegan a la conclusión de que esa vasta región tiene historiales diferentes, con distintas edades. “Aquél que está equivocado en un punto puede acertarle en otro”, dice Caxito, ponderado, como buen nativo de Minas Gerais, “e incluso quien se halle en lo cierto, puede no estarlo completamente”.

Así son las entrañas de la ciencia. “Siempre estamos en busca de alguna verdad que casi nunca encontramos”, dice Uhlein. Si quisieran, los geólogos podrían atizar a los historiadores preguntándoles cuándo comenzó la Segunda Guerra Mundial. La respuesta más probable sería, el 1º de septiembre de 1939, cuando los alemanes invadieron Polonia. Esa, no obstante, es una respuesta europea”, según el enfoque del historiador inglés Niall Fergusson. Para él, la “respuesta real” es el 7 de julio de 1937, cuando Japón invadió China, dando comienzo a una guerra que en pocos meses movilizó a 850 mil soldados. Fergusson considera otras posibilidades: la guerra tal vez pudo haber comenzado antes, en 1931, cuando Japón ocupó Manchuria, un territorio chino, durante un sangriento episodio que provocó 200 mil muertes, o bien, en 1935, cuando Mussolini invadió Abisinia, o también en 1936, cuando alemanes e italianos ayudaron a Franco a contener a los rebeldes durante la guerra civil española, ensayando las tácticas que luego utilizarían contra otros países. Tal vez los geólogos y los historiadores tengan más en común de lo que imaginan.

Artículos científicos
CAXITO, F. A. et al. Marinoan glaciation in east central Brazil. Precambrian Research. v. 200-203, p. 38-58. 2012.
BABINSKI, M., VIEIRA, L.C. y TRINDADE, R.I.F. Direct dating of the Sete Lagoas cap carbonate (Bambuí Group, Brazil) and implications for the Neoproterozoic glacial events. Terra Nova. v. 19, p. 401-06. 2007.

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