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Tecnología

Saludable y natural

Estudios realizados en la Unicamp abren el camino para la producción de las isoflavonas extraídas de la soja y para nuevos usos del propóleos

eduardo cesarPark: después del Neosugar, el estudio de las propiedades biológicas de los propóleoseduardo cesar

Brasil ya cuenta con la tecnología para la producción de la isoflavona aglicona, una sustancia encontrada en la soja (Glycine max ) que presenta importantes funciones biológicas. Actúa como anticancerígeno (en cánceres de mama y próstata) y antioxidante, al neutralizar la acción de los radicales libres, moléculas derivadas del oxígeno que son responsables por el envejecimiento de las células del cuerpo humano. La isoflavona también ayuda en la reducción de los niveles de colesterol perjudiciales para la salud cardiovascular y actúa en el combate contra los hongos que provocan enfermedades tales como micosis y candidiasis. Además, la misma es utilizada como auxiliar en la reposición hormonal en lugar del estrógeno, hormona femenina que disminuye mucho durante el período de la menopausia.

La nueva técnica de obtención de la isoflavona fue desarrollada por el profesor Yong Kun Park, del Laboratorio de Bioquímica de Alimentos de la Facultad de Ingeniería de Alimentos (FEA) de la Universidad Estadual de Campinas (Unicamp). Extraídas de los granos y de los derivados de la soja, las isoflavonas agliconas pueden ofertarse al mercado consumidor como suplemento alimentario en forma de cápsulas o como un ingrediente para ser adicionado a tortas, chocolates y galletas, haciéndolos así más saludables.

Transformación digestiva
El trabajo del profesor Park y su equipo resultó en un pedido de patente del proceso de extracción y conversión de las isoflavonas glicosiladas de soja a sus formas agliconas. Este proceso de transformación de las isoflavonas transcurre normalmente en el aparato digestivo, cuando las enzimas digestivas producidas por la microflora intestinal transforman a las isoflavonas glicosiladas en agliconas, que son entonces absorbidas por el organismo. “La idea es producir comercialmente la isoflavona aglicona para ser ofrecida directamente en forma de cápsulas o para la producción de alimentos, permitiendo así una mejor absorción y aprovechamiento del compuesto por parte del organismo”, explica Park.

Segundo el investigador, Brasil reúne las condiciones ideales para producir alimentos derivados de soja. El país es el segundo exportador de dicha leguminosa, siendo responsable por el 16,9% de la producción mundial. El área plantada para la cosecha 2000/ 2001 llegó a los 13,7 millones de hectáreas, con una producción estimada de 37 millones de toneladas, generando ingresos con granos, aceite y salvado de soja por alrededor de 4.800 millones de dólares. “Si había algún país que debía desarrollar esta tecnología, ese país era el nuestro.”

Dosis diaria
Park investiga las isoflavonas de soja desde 1998. “Desde hace algo más de tres años, 20 grandes empresas americanas producen derivados de soja para la alimentación, basadas en las recomendaciones de la Food and Drugs Administration (FDA) que sugiere el consumo de 25 gramos (g) por día de proteína de soja, en razón de su probada actividad en la reducción y el control del colesterol y la presión sanguínea”. Por cada 100 g de muestra seca de soja existen 40 g de proteínas, 30 g de glúcidos, 20 g de lípidos, 226 mg de calcio, 546 mg de fósforo y 8,8 mg de hierro. Entre los componentes químicos de la soja se encuentran los compuestos polifenólicos, como las isoflavonas.

Varios trabajos publicados en revistas internacionales relatan los beneficios para la salud humana ocasionados por el uso de estas sustancias. Entre estos trabajos, se encuentra el de Lori Coward, de la Universidad de Alabama, Estados Unidos, sobre las actividades antitumorales de la isoflavona de soja en las dietas asiáticas y americanas, y el de Patricia Murphy, de la Universidad de Estado de Iowa, también en Estados Unidos, sobre los tenores de sustancias similares al estrógeno en productos de soja procesada.

Más allá de estas propiedades, las acciones antioxidante y antifúngica también fueron comprobadas por el profesor Park. Los principales resultados del trabajo de Park con la soja fueron presentados, en junio de 2001, en Nueva Orleans, Estados Unidos, durante el 2001 IFT, un encuentro anual realizado por el Instituto de Tecnología de Alimentos (IFT), y durante el 1º Simposio Brasileño sobre los Beneficios de la Soja en la Salud Humana, promovido por Embrapa-Soja en Londrina, Paraná, en mayo de este año.

Las isoflavonas agliconas pueden ser encontradas en productos de soja tradicionalmente fermentados, muy consumidos en Japón y otros países asiáticos. Según Park, estudios realizados en ese país confirmaron que los orientales poseen grandes cantidades de isoflavona aglicona en el plasma de la sangre, factor que podría ser responsable por el bajo índice de cánceres de próstata, mama y cuello del útero, y de problemas relacionados con la menopausia en la población oriental. En otros pueblos, en donde el consumo de productos fermentados de soja es menor, los índices de enfermedades son mayores. “El hecho de insertar isoflavona aglicona en la producción de alimentos podría beneficiar a un mayor número de personas”, afirma Park.

Proceso industrial
Para la producción industrial de isoflavonas son necesarias algunas etapas previas, tales como la molienda de los granos y su desengrasado. La harina desengrasada es sometida a un proceso de extracción de isoflavonas con solventes, mediante un proceso de destilación. De ese contenido de isoflavonas, las glicosiladas son convertidas en agliconas por la acción de una enzima, la beta-glucosidasa, durante un proceso fermentativo. Para la producción de la beta-glucosidasa, Park utiliza el hongo Aspergillus oryzae , muy utilizado en Japón en los procesos biotecnológicos. La soja utilizada en los experimentos es provista por el Instituto Agronómico de Campinas (IAC). Son cinco variedades: IAC 15-1, IAC 15-2, IAC 20, IAC 22 e IAC Foscarin 31-1.

Aunque aún no tenga ningún contrato de transferencia de tecnología, Park ya tiene informaciones sobre el interés por parte de industrias alimenticias extranjeras, que actúan en Brasil, en el uso de isoflavonas agliconas para la producción de alimentos o suplementos. Otros estudios del profesor Park se refieren al análisis de sustancias presentes en el propóleos, una sustancia resinosa extraída por las abejas de la especie Apis mellifera de diversas partes de las plantas, como los brotes, los pimpollos florales y los líquidos que transpiran la hojas y el tallo.

Un dulce comienzo
El interés de Park por el estudio del propóleos se inició en 1991. El intenso contacto con los apicultores para el aislamiento de los azúcares no convencionales de la miel de abejas, capaces de transformar la sacarosa de la caña de azúcar en un endulcorante con bajas calorías -cuyos estudios redundaron en la patente del Neosugar junto con la Usina da Barra, un ingenio ubicado en Barra Bonita (São Paulo)-, suscitó el interés por estudiar también la composición química y las propiedades biológicas relacionadas al propóleos.

Como muestran los varios estudios del profesor Park y la amplia literatura sobre el tema, muchos compuestos químicos de los propóleos ya han sido identificados, y la mayoría de ellos pertenece a tres grupos principales: flavonoides, ácidos fenólicos y ésteres fenólicos. Sus concentraciones oscilan, dependiendo de la flora de la región de extracción y de la variabilidad genética de las abejas. “Los propóleos brasileños son exportados en grandes cantidades a Japón y Europa, y les rinden a los apicultores nacionales entre 2 y 3 millones de dólares anuales. Su calidad es considerada la mejor del mundo, precisamente debido a la biodiversidad brasileña”, dice Park.

Desde el inicio de 1993 hasta 1998, él y su equipo investigaron 500 muestras de propóleos nacionales, obtenidas en las regiones sur, sudeste, centro-oeste y nordeste del país, agrupándolas en 12 grupos básicos, cada uno con una finalidad específica. Según las explicaciones de Park, de los 12 grupos definidos, cuatro mostraron actividades anticancerígenas, tres mostraron actividad anticaries, y dos, actividad anti-VIH. Ese trabajo ya ha rendido, más allá de las innumerables publicaciones internacionales, dos patentes. Una de ellas, en el inicio de este año, sobre el uso de flavonoides de propóleos para la prevención y el tratamiento de caries dentales. La misma fue registrada por la FEA, en conjunto con la Facultad de Odontología de Piracicaba (FOP), también de la Unicamp, y la Universidad de Rochester, Estados Unidos, donde trabaja uno de los ex dirigidos de Park.

Propóleos de la Amazonia
Otra, referente al uso del propóleos con función anti-VIH (eliminación del virus), fue efectuada juntamente con la Universidad de Carolina del Norte, también de Estados Unidos, y deberá ser confirmada en noviembre de 2001. “La idea ahora”, dice Park, “es, a partir del año que viene, extender estas investigaciones a la región amazónica”. Park y su equipo van a buscar compuestos químicos en nuevos tipos de propóleos, caracterizando sus actividades biológicas. “Creemos que de esta manera aumentará el valor comercial de este producto y conoceremos nuevos principios activos con posibles usos en las industrias farmacéutica y alimenticia.”

LOS PROYECTOS
Producción de Isoflavonas agliconas con Alta Actividad Biológica a partir de la Soja y Aislamiento e Identificación de Compuestos con Alta Actividad Biológica del Propóleos de Apis mellifera
MODALIDAD
Línea regular de auxilio a la investigación
COORDINADOR
Yong Kun Park – Unicamp
INVERSIONES
R$ 27.125,00 (soja) y R$ 44.444,05 y US$ 48.980,36 (propóleos)

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