La Fundación Nacional de Ciencias Naturales de China, el organismo que financia la investigación básica en ese país, publicó en su sitio web un extenso informe con los resultados de 15 expedientes abiertos a investigadores y universidades por la comisión de actos reñidos con la ética, entre los que se cuenta el plagio, la manipulación de imágenes y la compra de autoría de artículos científicos. La institución dio a conocer las sanciones aplicadas a 26 individuos hallados responsables de malas conductas. A la mayoría se les prohibió presentar nuevos proyectos a la agencia o desempeñarse como evaluadores de proyectos de investigación durante períodos que van de 3 a 7 años, pero también hubo casos en los que se les revocaron subvenciones y se reclamó la devolución de los fondos asignados e incluso se los expulsó del sistema de investigación chino.
Entre ellos hay varios casos de plagio y manipulación de imágenes en artículos ya publicados. Es el caso, por ejemplo, de Zekuan Xu, investigador de la Universidad de Medicina de Nankín, en la provincia china de Jiangsu, sancionado con tres años sin poder solicitar financiación por haber publicado una decena de artículos con imágenes idénticas, que se utilizaron para refrendar resultados diferentes. Uno de los puntos destacados del informe hacía alusión a los problemas referidos a la integridad en la Universidad para las Nacionalidades de Mongolia Interior, en el norte del país, a la que se le achaca negligencia en el monitoreo y averiguación de episodios de mala conducta entre sus investigadores. Se menciona a cinco docentes de la institución, a quienes se acusa de incurrir en faltas éticas en la producción de una decena de artículos científicos.
El caso más grave fue el del farmacólogo Wei Chengxi, a quien se le prohibió recibir fondos públicos para investigación de por vida y los dos proyectos financiados por la fundación que coordinaba fueron cancelados. Se comprobó que cometió varios tipos de fraudes, entre ellos, la compra de datos experimentales para utilizarlos en sus manuscritos, la falsificación de datos y la atribución impropia de autoría en artículos científicos. Las investigaciones también revelaron que solicitó un reembolso de los fondos utilizados para la compra de los datos experimentales, declarando que ese dinero se había gastado en reactivos.
Kebin Chen y Lei Chen, médicos de hospitales en la provincia de Shandong, en China oriental, fueron acusados de comprar la autoría de artículos científicos y encargar a terceros la presentación de esos trabajos a revistas, una práctica típica de las fábricas de papers, servicios ilegales que producen estudios fraudulentos a pedido de los clientes. Por su parte, el estudiante de cardiología Xu-He Gong, de la Universidad de Medicina de la Capital, en Pekín, compró datos y delegó en una empresa la realización de los experimentos de una investigación, según consta en el informe, por lo que tendrá que devolver los fondos asignados por la agencia y no podrá presentar nuevos proyectos hasta 2029.
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