Bases de datos muestran que la cantidad de artículos científicos nacionales ha caído por primera vez desde el año 1996
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Según los registros de las dos principales bases de datos bibliográficos de artículos científicos, Scopus, de la editorial Elsevier, y Web of Science (WoS), de la empresa Clarivate Analytics, la producción académica brasileña cayó en 2022. Un informe dado a conocer a finales de julio por Elsevier y por Agência Bori indica que los autores brasileños publicaron 74.500 documentos científicos en 2022, un 7,5 % menos que los 80.500 del año anterior. Solamente Ucrania, un país en guerra, padeció un efecto de esta magnitud. Entre 1996 y 2021, la producción científica brasileña había crecido ininterrumpidamente, aunque el ritmo se había desacelerado al comienzo de la pandemia. El análisis revela que 23 de los países evaluados registraron un descenso en la cantidad de artículos publicados, entre ellos el Reino Unido, Estados Unidos y Alemania, mientras que 28 aumentaron su producción, como en los casos de China, la India y Pakistán.
Por su parte, WoS da cuenta de un escenario aún más difícil: las publicaciones científicas producidas por autores brasileños fueron 61.200 en 2022, frente a las 72.900 de 2021, lo que implica una caída de un 16,1 %. Tras esta merma, superior al 14 % del Reino Unido, Estados Unidos y Rusia y menor que la del 16,4 % de Argentina, la participación brasileña en la ciencia mundial se redujo del 2,78 % al 2,46 % de los artículos, retrocediendo al nivel que ostentaba en 2014. Los resultados de ambas bases de datos difieren porque el conjunto de revistas científicas indexadas que agrupan es distinto: Scopus es algo más amplia y suele captar más publicaciones elaboradas en Brasil que WoS.
Alexandre Affonso / Revista Pesquisa FAPESP
Como la mengua ha afectado a varios países, la explicación principal de estos resultados apunta a la pandemia que, sin embargo, ha hecho mayor mella en la comunidad científica brasileña. “La hipótesis que consideramos más probable en este momento es que la disminución que se observó entre 2021 y 2022 fue producto de los efectos de la pandemia, tales como el recorte de fondos, la falta de disponibilidad de recursos e insumos de laboratorio, los confinamientos y las restricciones a la circulación”, dijo en un correo electrónico Dante Cid, vicepresidente de relaciones académicas de Elsevier para Latinoamérica. Según él, un análisis previo elaborado por Elsevier durante la pandemia constató que las mujeres científicas se habían visto más afectadas que sus colegas varones durante los períodos de aislamiento, porque debían ocuparse de múltiples tareas, como el cuidado de los hijos. “Pero esta situación se extendió y acabó impactando en todos los investigadores, lo que dio lugar al panorama descrito en el informe”, comentó Cid. El informe de Elsevier, intitulado “2022: un año de caída de la producción científica en 23 países, Brasil inclusive”, analizó datos de todos aquellos países que publicaron más de 10.000 artículos científicos en 2021, un total de 51 naciones.
Algunos campos del conocimiento se vieron más afectados que otros. Según los datos de Scopus, las ciencias agrarias registraron una merma de un 13,7 % en su producción científica, la mayor, en términos proporcionales, entre todas las áreas, al caer de 14.243 a 12.289 artículos entre 2021 y 2022. El estudio también verificó el número de publicaciones en las universidades y centros de investigación que tenían más de 1.000 artículos científicos publicados en 2021. Eran 35 instituciones y todas experimentaron un retroceso, excepto la Universidad Federal de Santa Maria. El científico de datos Estêvão Gamba, de Agência Bori, puso de relieve que de todas las instituciones que registraron caídas en su producción, 29 son federales, y las más afectadas fueron la Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (la estatal Embrapa) y la Universidad Federal Rural de Pernambuco (UFRPE). “Ambas centran sus investigaciones en el área de las ciencias agrarias, la que acusó el mayor impacto de la caída de la producción científica nacional”, dijo. Para sus cálculos, el informe recurrió a la herramienta analítica SciVal para acceder a la base de datos Scopus, que contiene alrededor de 85 millones de publicaciones editadas por más de 7.000 editoriales científicas de todo el mundo.
Alexandre Affonso / Revista Pesquisa FAPESP
En cifras absolutas, la mayor pérdida se produjo en el área de las ciencias naturales, de 44.616 artículos en 2021 a 40.964 el año pasado. Las ciencias sociales fueron las menos afectadas: se contabilizaron 12.947 publicaciones en 2021 y 12.839 en 2022. Renato Pedrosa, asesor de la FAPESP en el área de Indicadores de Ciencia, Tecnología e Innovación e investigador del Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de São Paulo (IEA-USP), advierte un vínculo entre la caída de la producción científica y la disminución de los doctorados obtenidos durante la pandemia. En 2020 y 2021, se formaron en Brasil alrededor de 20.000 doctores por año, frente a los 24.400 de 2019 (lea en Pesquisa FAPESP, edición nº 315). “La menor formación de doctores se tradujo en una menor producción de tesis y artículos científicos en 2020 y 2021, que solo pudieron detectar las estadísticas elaboradas en 2022”, sostiene.
Las áreas en las que se constató una mayor disminución de titulados, como las ciencias biológicas y agrarias, también fueron las que registraron pérdidas más significativas en su producción científica. “Son las que más sufrieron con el cierre de los laboratorios y la suspensión de las investigaciones de campo por más de un año durante la pandemia”, explica Pedrosa, quien recientemente analizó los registros de Web of Science al respecto de la caída de la producción científica en el estado de São Paulo (lea en Pesquisa FAPESP, edición nº 330), que pasó de 30.600 artículos en 2021 a 25.100 en 2022. En las ciencias agrarias, el retroceso fue de un 23,9 %, frente a un promedio del 18 % en las demás áreas.
Alexandre Affonso / Revista Pesquisa FAPESP
Curiosamente, justo al principio de la pandemia se registró un efecto positivo en la producción científica. Abel Packer, coordinador de la biblioteca SciELO Brasil, que cuenta en su haber con casi 300 revistas científicas de Brasil publicadas en acceso abierto, explica que entre 2019 y 2022 se publicaron, respectivamente, 21.223, 22.312, 22.268 y 21.204 artículos. “Es decir, tuvimos un aumento de un 5 % en 2020, un valor que se mantuvo en 2021, al que le siguió una caída de un 5 % en 2022, retrocediendo al nivel de 2019”, dice. A su juicio, los envíos de manuscritos aumentaron de 90.000 a 110.000 en 2020, año en el que el confinamiento social fue más acentuado y muchos investigadores, al no poder salir a realizar estudios de campo y disponer de más tiempo para redactar artículos, se concentraron en los datos que habían recolectado antes de la emergencia sanitaria y publicaron análisis al respecto de los mismos. “Inmediatamente después, sin embargo, las remisiones disminuyeron en comparación con 2020, a 92.500 en 2021 y a 78.000 en 2022, cuestión que se ve reflejada en la producción de 2022 y volverá a impactar en la de 2023”, proyecta Packer.
Para Renato Pedrosa, la recuperación de Brasil será lenta. “La producción brasileña se mantiene estable en comparación con la del año pasado, mientras que otros países exhiben una recuperación más veloz. Y las pérdidas acumuladas de Brasil en los últimos dos años son más altas que en la mayoría de los países”. Según el informe de Elsevier, otras naciones muestran un crecimiento más vigoroso. En la India, por ejemplo, se registraron más de 177.000 artículos publicados en 2022, un incremento de un 19 % en comparación con el año anterior. Con estas cifras, ha superado al Reino Unido y se ha convertido en el tercer país en cantidad de publicaciones, por detrás de China y Estados Unidos. Entre 2021 y 2022, la publicación de artículos científicos registró un aumento de más del 20 % en países tales como Irak, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y China. El investigador no descarta que Brasil, actualmente en el 14º puesto de la lista de países con mayor producción científica, pierda algunos puestos en las próximas mediciones.
Alexandre Affonso / Revista Pesquisa FAPESP
El documento de Elsevier se publicó en el marco de la 75ª Reunión Anual de la Sociedad Brasileña para el Progreso de la Ciencia, que tuvo lugar en el mes de julio, en Curitiba [estado de Paraná], y servirá como soporte para el debate sobre el futuro de la ciencia brasileña y las dificultades de financiación que la comunidad científica ha afrontado en los últimos años. “Es un proceso que viene ocurriendo desde hace al menos ocho años, pero que se acentuó seriamente durante el último gobierno, y a ello se le sumó la pandemia”, dijo la presidenta de la Academia Brasileña de Ciencias, Helena Nader, según publica el periódico O Globo. “La disminución de la demanda de estudios de grado y posgrado es algo muy serio y preocupante. Esto significa que, para revertir este panorama, vamos a necesitar mucho diálogo y un gran trabajo de motivación con los jóvenes para que vuelvan a esta área”.
El vigor de China La potencia científica asiática también sobresale en los indicadores de calidad
La cantidad de artículos científicos publicados por China ha crecido más de un 20 % entre 2021 y 2022, mientras que, en Estados Unidos, dicha cifra registró una caída cercana al 1,6 % en ese mismo período, según el informe de la editorial Elsevier a partir de la base de datos Scopus. El rendimiento chino pospandemia acentuó la rivalidad científica entre las dos principales potencias del planeta y consolidará el liderazgo del país asiático, que ya venía superando a su adversario geopolítico en los indicadores cuantitativos desde 2019. El ímpetu de la investigación científica china también está despuntando en el apartado de las métricas cualitativas. Un informe del año pasado del Ministerio de Ciencia y Tecnología de Japón, con base en los datos que maneja la empresa Clarivate Analytics, mostraba que la investigación china representaba el 27,2 % del 1 % de los artículos más citados en todo el mundo, por delante de Estados Unidos, que ostentaba un 24,9 %. Estos datos se basan en los promedios registrados entre 2018 y 2020. En tanto, cuando se analiza el 10 % de los artículos con mayor número de citas, China acaparó el 26,6 % de las publicaciones y Estados Unidos el 21,1 %.
En junio último, la base de datos Nature Index divulgó los indicadores actualizados sobre los países e instituciones más prolíficos en materia de ciencia de alta calidad y demostró que el desempeño de China había superado por primera vez al de Estados Unidos en el área de las ciencias naturales, que abarca a las ciencias físicas, químicas, biológicas, de la Tierra y ambientales. Los chinos obtuvieron 19.300 puntos en el Nature Index en este campo del conocimiento – que mide la producción en 82 revistas de alto impacto –, mientras que los estadounidenses quedaron con 17.600 puntos. En cambio, en el campo de las ciencias de la salud, el liderazgo de Estados Unidos es inequívoco, obteniendo el cuádruple de puntos que China. “China ha estado intentando aumentar sus publicaciones internacionales y se ha centrado principalmente en las revistas científicas más calificadas”, dijo Xin Xu, investigadora del área de educación superior de la Universidad de Oxford, en el Reino Unido, en declaraciones a la revista Nature. Según ella, la participación de China en las revistas multidisciplinarias Nature y Science aumentó un 26 % de 2021 a 2022.
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