Daniel BuenoCuantas más patentes posee un investigador, mayor es la posibilidad de que abandone la academia para vender los resultados de sus estudios y obtener mayores recompensas. Al menos, eso es lo que revela un artículo de la revista Nature, en su edición del 2 de enero, que comenta un estudio llevado a cabo por investigadores belgas entre 1996 y 2005. En Brasil, aún no existe esa tendencia, pero sí un aumento de la preocupación entre investigadores y universidades por depositar patentes antes de publicar en periódicos científicos. Se trata de una cultura en formación. Para los investigadores que al final de un proyecto consideran que los resultados obtenidos son pasibles de protección intelectual, los expertos recomiendan, como primer paso, el análisis de tres ítems: saber si la invención constituye realmente una novedad, si se encuadra en una actividad creativa y si puede aplicársela industrialmente. Los Núcleos de Innovación Tecnológica (NITs) vinculados con universidades e institutos de investigación, también denominados agencias de innovación o administraciones de la propiedad intelectual, son los responsables de evaluar los requisitos de patentabilidad y de la interacción entre el sector público y privado. “El comunicado de invención remitido por el investigador contiene también las informaciones necesarias para que nuestros especialistas comprendan la tecnología, realicen la búsqueda en bases públicas de patentes de Brasil y del exterior y, de ser necesaria su protección, definir la estrategia más adecuada”, dice Patrícia Leal Gestic, directora de Innovación y Propiedad Intelectual de la Agencia de Innovación (Inova) de la Universidad de Campinas (Unicamp).
“Cuando remito la comunicación de invención, Inova recomienda que también realice una búsqueda previa en las bases de patentes internacionales, tales como Derwent y USPTO [United States Patent and Trademark Office]”, dice el profesor Oswaldo Alves, coordinador del Laboratorio de Química de Estado Sólido y del Laboratorio de Síntesis de Nanoestructuras e Interacción con Biosistemas de la Unicamp. Alves habla con conocimiento de causa: posee 25 depósitos de patentes, 3 de ellas internacionales, y 5 Carta patentes concedidas, además de haber firmado un contrato de transferencia de tecnología con la empresa Contech, de Valinhos, en el interior paulista.
Gestic resalta que la agencia recomienda a los investigadores el uso de las bases públicas de patentes no sólo para analizar tecnologías con potencial de ser patentadas, sino también antes de iniciar un nuevo proyecto de investigación. “Cuando se consulta previamente, el investigador ya comienza a planificar su investigación con enfoque en lo inédito y en la posible aplicación de la tecnología”, dice Vera Crósta, consultora en el área de innovación y transferencia de tecnología en VC Consultoria y en la Asociación Nacional de Investigación y Desarrollo de las Empresas Innovadoras (Anpei). “El objetivo es el avance del conocimiento, ir más allá de lo que ya está hecho”, aconseja Crósta, graduada en farmacia industrial y experta en calidad y gestión de la innovación. “Si la búsqueda estuviera restringida a bancos de artículos académicos, el investigador quedará uno o dos años desfasado en cuanto al estado de la técnica”, dice Crósta. En muchos países ya existe la cultura de que el depósito de la patente debe preceder a la publicación de artículos científicos, principalmente en áreas tecnológicas. “El artículo científico sólo debe remitirse para su publicación cuando ya exista un número de protocolo del depósito concedido por el INPI [Instituto Nacional de la Propiedad Industrial]”, dice Alves.
Crósta subraya que es importante que los NITs cuenten con personal calificado para evaluar la tecnología y su potencial, “porque se necesita un conocimiento del mercado para saber cuáles son sus posibles aplicaciones”. Todo aquello que necesita de la protección de una patente se encuentra descrito en el cuadro reivindicatorio de la solicitud. “Si las reivindicaciones sólo se realizan desde un enfoque académico, su alcance posiblemente se verá restringido”, agrega. Se necesita también comprender las posibilidades de aplicación en el mercado. Tecnologías con varios usos diferentes, que son aplicables en distintos sectores, amplían el abanico de aplicaciones y, normalmente, cuentan con mayor potencial de comercialización. Secreto, propiedad intelectual y participación en los resultados son, según opina la consultora, los puntos neurálgicos en una negociación. “Cuando los expertos deciden que la invención no se encuadra en las reglas de protección, buscamos, de todos modos, implementar estrategias para la comercialización del know-how”, dice Gestic, de Inova.
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