Mientras duerme, aunque no lo parezca, su mascota puede estar oyendo lo que usted hace. Expertos en comportamiento animal de la Universidad Eötvös Loránd, en Hungría, conectaron sensores que miden las ondas cerebrales en 13 perros (nueve hembras y cuatro machos de entre 1 y 10 años). Los animales fueron expuestos a sonidos caninos y humanos – gritos, gemidos, gruñidos, toses, risas, suspiros y bostezos, sin estímulos negativos para no asustarlos – y los datos fueron grabados mientras estaban despiertos, somnolientos o después de relajarse y dormirse. Incluso cuando estaban profundamente dormidos, los perros aparentemente eran capaces de distinguir si el ruido procedía de otro compañero peludo o de una persona y si la comunicación era positiva o neutra. Si bien reconocen que habrá que seguir investigando, los autores del estudio sugieren que los circuitos neuronales de los perros diferencian vocalizaciones y aportan evidencias de un complejo procesamiento vocal durante el sueño. Esta capacidad ya se había detectado en primates y en roedores como las ratas (Scientific Reports, 4 de septiembre; ScienceAlert, 12 de septiembre).
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