La Comisión Europea anunció que el Proyecto Galileo, el sistema europeo de navegación por satélite previsto para operar en 2011, deberá recibir una transfusión de recursos públicos, tras los atrasos registrados por los socios privados incumbidos de construir y lanzar los satélites. Divergencias entre las ocho empresas llevaron el proyecto a un impasse. Ya hay quien defienda, como Jacques Barrot, comisario europeo para los transportes, una revisión completa de la alianza público-privada. Barrot propone que la construcción de los satélites sea costeada con dinero público, dejando la explotación para el sector privado. Con esto, la Unión Europea (UE), que previno gastos de mil millones de euros, tendrá que asumir 2,5 mil millones de euros extras. El Proyecto Galileo busca acabar con la dependencia europea del sistema estadounidense de GPS. “El Galileo está en una profunda crisis y la participación pública deberá crecer considerablemente”, afirmó Wolfgang Tiefensee, presidente del Consejo de Ministros de los Transportes de la UE, a la agencia Deutsche Welle.
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