
Entre los servicios que presta la empresa se encuentra el análisis de la carbocisteína, un aminoácido utilizado tradicionalmente en aplicaciones farmacéuticas, que ingresó en el mercado cosmético en reemplazo del formol –prohibido a causa de su potencial cancerígeno– para el alisado del cabello mediante un proceso conocido como alisado progresivo. Antes de cualquier lanzamiento cosmético, las empresas deben comprobar todos los beneficios listados en las etiquetas de los productos para que cuenten con la aprobación de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa). En Estados Unidos, Europa y Japón, las empresas también deben hacer estudios que comprueben los resultados difundidos; pero, para sacar sus productos al mercado, no necesitan la aprobación de ningún organismo regulatorio. Los estudios comprobatorios de eficacia funcionan como defensa de la empresa en caso de que algún consumidor le inicie una acción judicial.
“Desarrollamos tres metodologías para estudiar las interacciones fisicoquímicas que ocurren en el cabello luego de la aplicación de la carbocisteína”, dice Pinheiro. Una de ellas evalúa, con la ayuda de un dinamómetro, las propiedades mecánicas de la fibra capilar luego de la aplicación del producto. El aparato mide la deformación causada por la aplicación de una fuerza mecánica sobre un sistema elástico. Con base en esa lectura, es posible identificar qué alteraciones estructurales ocurrieron en la fibra como consecuencia de la aplicación del producto.
Función protectora
Otra de las técnicas emplea la espectroscopia Raman, una técnica fotónica de alta resolución que permite identificar la información química y estructural de compuestos orgánicos e inorgánicos. “Con este método logramos visualizar qué sucede con las uniones disulfídicas de azufre, responsables por la integridad física estructural de la fibra capilar”. Cuando se rompe esa unión, la estructura se vuelve frágil. La elección de las conexiones de azufre se debe al hecho de que éste tiene para el cabello la misma importancia que el hierro en la construcción civil. La tercera técnica utilizada, que es la microscopía electrónica de barrido de emisión de campo, evalúa las alteraciones morfológicas de las cutículas del pelo. “Las cutículas del cabello son las capas superficiales de los filamentos, cuya función es proteger la estructura interna”, dice Pinheiro. “Cuando las cutículas se degradan, es más difícil peinar el cabello, que se vuelve más áspero y opaco”. Las metodologías creadas para la evaluación de la carbocisteína son fruto de un trabajo realizado por Pinheiro y por las investigadoras Viviane Albarici y Francini Picon, que hicieron su doctorado en el Centro de Materiales Cerámicos y que actualmente trabajan en KosmoScience.
kosmoscience
La posible eficacia de los tratamientos contra la celulitis se verifica mediante una cámara infrarroja, también conocida como cámara térmica. Se trata de un dispositivo optoelectrónico que toma imágenes térmicas de la piel. Como la celulitis se caracteriza por una acumulación de grasa y agua en las células, cuando éstas se expanden comienzan a presionar los microvasos sanguíneos, con lo cual disminuye la microcirculación en la zona. “Las imágenes térmicas tomadas con la cámara apuntarán si ha habido una mejora de la irrigación sanguínea en la zona luego de la aplicación del producto anticelulitis”, dice Pinheiro. “Con la homogeneidad en la distribución de la temperatura, logramos caracterizar si el tratamiento ha sido eficiente.”
Y si bien KosmoScience era hace diez años una principiante en el sector, ehoy en día compite con los laboratorios internacionales instalados en Brasil. “Muchas de las industrias de cosméticos estadounidenses y europeas han revertido el proceso y actualmente prueban sus productos en Brasil”, dice Pinheiro. Entre los factores que han incidido en ese cambio se encuentran el menor costo de los ensayos, la calidad científica de los estudios y el hecho de que Brasil constituye uno de los mayores mercados mundiales de productos cosméticos, detrás tan sólo de Estados Unidos y Japón. “El mestizaje de nuestra población también contribuye a ello”, remarca. Las diversas etnias, los tipos de piel y de cabello, con todos sus matices (lacios, ondulados y crespos) hacen posible llevar adelante distintas investigaciones científicas.
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