La creciente preocupación con la seguridad de los vuelos comerciales ha llevado a que el laboratorio británico Qinetiq, de Hampshire, empiece a trabajar en el desarrollo de un asiento de avión capaz de avisarle al piloto sobre un pasajero con comportamiento excesivamente nervioso, que puede ser un potencial terrorista (NewScientist, 14 de junio).
Si el proyecto llega a buen puerto, este banco con sus sensores ocultos, conectados a un monitor instalado en la cabina, además de detectar a posibles terroristas o secuestradores, tiene todo para, quien sabe, impulsar un discreto control de los pasajeros. En la cabina, por ejemplo, una luz se encendería en el panel cuando un pasajero estuviera sentado hace mucho tiempo en la misma posición, con riesgo de padecer una trombosis, y alertaría al equipo de vuelo.
En tanto, un movimiento exacerbado podría accionar otra luz – y entonces los comisarios observarían para evaluar si esa ansiedad es producto tan solo del miedo de volar o es algo más peligroso. En el futuro, la combinación de los sensores con un software de análisis de la temperatura del cuerpo o la humedad de la piel podrá incluso emitir ese juicio en lugar de que esto quede en manos de la tripulación. El asiento inteligente forma parte de una serie de proyectos para mejorar la atención de los pasajeros.
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