Júntese un material duro a base de cobre, que se dilata lentamente, con un polímero más elástico que lo hace rápidamente y se obtendrá, con esos dos ingredientes y la ayuda de una técnica especial de impresión en 3D, pequeñas estructuras con forma de estrella, con barras interconectadas, del tamaño de un terrón de azúcar. Las barras internas están compuestas por el material elástico más maleable, y las externas, por el más rígido. Tómese esas estructuras y caliénteselas hasta 282º Celsius. El resultado es sorprendente: las piezas se encogen en lugar de expandirse, tal como ocurre con la mayoría de los materiales sólidos expuestos al calor. Este experimento fue realizado por cabo ingenieros de la Universidad del Sur de California, del Massachusetts Institute of Technology (MIT) y de otras instituciones estadounidenses (Physical Review Letters, 21 de octubre). Según los autores del trabajo, el volumen de las estructuras se encogió alrededor de un 0,6%. Podría parecer una alteración insignificante, pero la rara propiedad de ese material compuesto puede resultar interesante para muchas industrias, tales como la espacial, la construcción civil y la informática.
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