El árbol genealógico de los dinosaurios sigue dividiendo la opinión de los expertos en esos reptiles extintos. Un equipo integrado por nueve paleontólogos de Sudamérica y Europa publicó un estudio respondiendo a un trabajo polémico que, en marzo de este año, había propuesto una clasificación filogenética alternativa para las principales familias de dinosaurios (Nature, 2 de noviembre). El nuevo artículo evaluó los datos del controversial artículo elaborado por tres colegas ingleses de la Universidad de Cambridge y del Museo de Historia Natural de Londres y recalculó las relaciones de parentesco entre las familias más primitivas de dinosaurios conocidos. “Aún es muy pronto para reescribir los libros sobre dinosaurios”, comenta el paleontólogo Max Langer, de la Universidad de São Paulo (USP), campus de Ribeirão Preto, principal autor del estudio-respuesta y coordinador de la iniciativa que revisó las ideas propuestas por el trío británico. Él y otros ocho colegas trabajaron con el mismo conjunto de informaciones que los ingleses habían utilizado para formular su filogenia alternativa –457 caracteres anatómicos de 74 especies de dinosaurios– y llegaron a la conclusión de que la genealogía tradicional sigue siendo la más probable. La división clásica separa a los dinosaurios en dos grandes grupos: ornitisquios (Ornithischia), cuya pelvis se asemejaba a la de las aves e incluía a especies mayoritariamente herbívoras con cuernos, armaduras o picos similares a los de los patos; y saurisquios (Saurischia), que poseían una cadera similar a la de los lagartos y estaban integrados por los subgrupos de los terópodos (carnívoros bípedos) y los saurópodos (herbívoros, generalmente cuadrúpedos, de gran tamaño y cuello alargado). En tanto, la clasificación filogenética alternativa de los británicos mantenía la denominación de saurisquios, pero eliminaba a los terópodos de ese grupo, y juntaba a los ornitisquios y a ese subgrupo en un nuevo grupo denominado ornitoscélidos (Ornithoscelida). El estudio-respuesta también ratifica la idea predominante de que los dinosaurios habrían surgido en el hemisferio sur, probablemente en Sudamérica, un punto sobre el cual los ingleses plantean dudas en su artículo de marzo de 2017.
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