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Carta de la editora

Un reto para la ciencia

En mayo de 1919, cuando se iba disipando la pandemia de H1N1 que se conoció como gripe española, la revista Science publicó un artículo intitulado “Las lecciones que dejó la pandemia”. En el mismo, el ingeniero salubrista y epidemiólogo estadounidense George A. Soper escribió:

“La característica más sorprendente de la pandemia era el misterio total que la rodeaba. Nadie parecía saber de qué se trataba esa enfermedad, de dónde provenía y cómo detenerla. Las mentes ansiosas ahora se preguntan si habrá una nueva oleada. El hecho es que, pese a que la gripe es una de las enfermedades epidémicas más antiguas que se conocen, es la menos comprendida”.

Cien años más tarde la humanidad enfrenta la pandemia del nuevo coronavirus (Covid-19), que en tres meses ya costó más de 40 mil vidas e infectó a casi un millón de personas. Si bien ambas dolencias son causadas por virus que afectan al sistema respiratorio, H1N1 y Covid-19 poseen características diferentes, amén de que se desarrollaron en contextos históricos muy disímiles. La gripe española, que infectó a un tercio de la población mundial y mató a 50 millones de personas en todo el mundo, sobrevino hacia el final de la Primera Guerra Mundial. El conocimiento sobre los virus era en ese entonces bastante incipiente y el que causó la pandemia de 1918-1919 solo pudo ser identificado en la década de 1930.

Hoy en día, pese a que el relato de Soper parece bastante actual, en pocos días desde su detección inicial en la ciudad de Wuhan, en China, se pudo identificar la causa de la enfermedad, secuenciar el genoma del virus, describir sus rasgos principales y reunir información sobre los grupos de riesgo y los posibles tratamientos. Conforme el virus denominado Sars-CoV-2 avanza a un ritmo de contagio exponencial, la comunidad científica mundial trabaja para hallar medicamentos eficaces y desarrollar vacunas que inmunicen a la población.

La portada de esta edición está dedicada a este tema que acapara las conversaciones y las noticias. En el reportaje principal se efectúa un balance del arribo del Covid-19 a Brasil, que afronta una alta cantidad de casos de dengue, además de sarampión y de gripe “común”, cuya incidencia aumenta con la llegada del otoño-invierno (página 18). La curva epidemiológica, una vieja conocida para los expertos en salud pública, que actualmente es objeto de gran debate, resulta esencial para la planificación de las medidas de contención de la enfermedad y el tratamiento de los pacientes (página 26). La médica Ester Sabino relata en una entrevista el trabajo de secuenciación del Sars-CoV-2 ni bien se lo detectó en Brasil (página 24). La cobertura completa de Pesquisa FAPESP sobre el Covid-19 se encuentra disponible en nuestro sitio web, que se actualiza diariamente.

Las grandes emergencias como la que Brasil comienza a enfrentar demuestran la importancia de contar con una comunidad científica amplia y altamente capacitada, equipada con todo lo necesario y que integra una red internacional de cooperación. El objetivo al cual estuvo abocado el físico Carlos Henrique de Brito Cruz durante los últimos 15 años en que estuvo al frente de la Dirección Científica de la FAPESP consistió en contribuir para elevar los estándares del sistema nacional de ciencia y tecnología. En vías de finalizar su mandato, De Brito Cruz concedió una entrevista en la cual hizo un balance de los avances y los retos que afrontan la Fundación y la comunidad científica (página 28). “La investigación en ciencia y tecnología se abrió espacio entre los valores de la sociedad brasileña. Y se mostró más conectada a los desafíos que le interesan a la sociedad, ya sea en el ámbito de las emergencias o en cuanto al puro avance intelectual.”

 

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