CATARINA BESSELLResiduos de la agroindustria, que incluyen al bagazo de la caña de azúcar, la cáscara de maní y la fibra de la cáscara del coco verde, además del aserrín descartado por las madereras, constituyen las materias primas que emplearon investigadores de la Universidad de São Paulo (USP) para la fabricación
de materiales compósitos utilizados en la construcción de muebles y tabiques divisorios. La resina empleada en el proceso es a base de aceite de ricino, que comienza a emplearse en este tipo de aplicación. “En lugar de partículas de madera, estamos proponiendo el uso de materiales que, en muchos casos, se descartan”, dice el profesor Juliano Fiorelli, del grupo de Construcciones y Ambientes de la Facultad de Zootecnia e Ingeniería de Alimentos de la USP de la localidad de Pirassununga, interior paulista, coordinador del proyecto que contó con el apoyo de la FAPESP en la modalidad Ayuda Regular a Proyecto de Investigación, con financiamiento de 145 mil reales. Ensayos físicos y mecánicos comprobaron que los compósitos pueden emplearse en lugar de la madera. Las fibras de coco y el bagazo tienen potencial para su uso en paneles de sellado
y en muebles. La cáscara de maní y el aserrín pueden emplearse en revestimientos, tabiques internos e instalaciones rurales.
Edición impresa
Actual | Anteriores
