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Carreiras

Una decisión muy bien calculada

Brasileño, de regreso al país procedente de Cornell, le aceptan una propuesta en el marco del programa Jóvenes Investigadores, en la Unicamp

CapesEl físico Gustavo Wiederhecker, de 31 años, culminó en 2011 su posdoctorado en la Universidad de Cornell, Estados Unidos y optó por regresar a Brasil, aunque su currículo lo calificase para aspirar a un cargo en alguna otra buena universidad estadounidense. Ya en el país, pasó en sendos concursos en la Universidad de Campinas (Unicamp) y en la Universidad de São Paulo (USP) con sede en la ciudad São Carlos. Pese a la excelencia de ambas instituciones, optó por Campinas para desarrollar el tipo de física que a él le interesa: la física nanofotónica, que es el estudio de las propiedades ópticas de nuevos materiales con posibles aplicaciones en tecnología, tales como la capacidad de usar la luz para transportar información en microchips.

Su opción por la Unicamp tuvo en cuenta dos factores. El primero fue el hecho de que dicha universidad cuenta con una importante historia en fotónica, desde la década de 1970. “Hay muchas empresas spin-offs en Campinas que tuvieron su origen dentro de la universidad”, dice. El otro es su grupo de investigadores con expertise en el área que trabajan en líneas de investigación similares a la suya, tales como Newton Frateschi y Hugo Fragnito. Una parte importante de la infraestructura que forma parte de sus anhelos se encuentra en el Centro de Componentes Semiconductores, dotado de sala limpia, lo cual resulta fundamental para sus investigaciones. Se le denomina sala limpia o sala blanca a un ambiente superfiltrado, con un mínimo de partículas por metro cúbico. “De no ser así, una partícula de polvo puede ser mayor que el material de dimensiones nanométricas con el cual trabajo”, dice. Durante los tres años que pasó en Cornell, Wiederhecker trabajó con la profesora Michal Lipson en el área de nanofotónica, en la cual se investigan materiales que miden algunos centenares de nanómetros (1 nanómetro equivale a la millonésima parte de un milímetro). Su objetivo era saber de qué modo podría emplearse la luz para accionar partes de un mecanismo microscópico en un chip de silicio. En 2009,  Wiederhecker publicó un artículo en Nature sobre el tema, en calidad  de primer autor. El año pasado, ya estando en la Unicamp, integró el grupo internacional que obtuvo la portada de Physical Review Letters, con un trabajo sobre micro-osciladores optomecánicos (lea en la edición 204 de Pesquisa FAPESP).

Su aprobación en el programa Jóvenes Investigadores (JP, sigla en portugués) de la FAPESP salió al final de 2012, al cabo de un año de planificación. En estos días, Wiederhecker está empezando a montar su laboratorio con equipamientos compartido con el físico Thiago Alegre (quien también obtuvo una beca del programa). “Con la nanofotónica logramos trabajar con componentes –tales como el silicio, en mi caso– en una escala mucho menor, y explorar nuevas posibilidades de dispositivos destinados a aparatos del área de telecomunicaciones, por ejemplo”, dice Wiederhecker, quien nació en la ciudad de Goiânia (Goiás). El problema radica en que una sola de las máquinas empleadas para fabricar esos nuevos dispositivos –que luego se prueban en el propio Instituto de Física– cuesta alrededor de 300 mil dólares. De allí la oportunidad única que el programa brinda. “La financiación del JP es para un proyecto de investigación independiente, pero los equipamientos serán de uso compartido”, dice. Wiederhecker cree que los resultados del proyecto podrán tener impacto sobre la tecnología de los sistemas ópticos de transmisión de información. “La intención también es aportar al desarrollo de la tecnología de micro y nanofabricación de componentes en São Paulo”, explica.

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