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Cambio de rumbo

Una divisoria de aguas

Un ejecutivo decide dejar las grandes empresas para ser docente

carreiras_EstebanEDUARDO CESARLa trayectoria de Esteban Ferrari, de 43 años, un docente realizado tanto en lo profesional como personalmente, empezó en la carrera de ingeniería mecatrónica, en la
Escuela Politécnica de la Universidad de São Paulo (USP). Luego pasó por dos grandes empresas multinacionales, y actualmente es docente de posgrado en instituciones tales como la Fundación Instituto de Administración (FIA), dependiente de la USP, y la Fundação Escola de Comércio Álvares Penteado (Fecap), en la capital paulista, aparte de trabajar como coach ejecutivo y de carrera. “La única oportunidad en que trabajé como ingeniero fue durante una pasantía de un año que realicé en el área técnica en la empresa de autopartes Cofap, tiempo suficiente como para saber que no era eso lo que quería hacer”. Luego trabajó durante seis años en Allison Transmission, fabricante de cajas de cambio automáticas para autobuses y camiones, una división de General Motors de Brasil. Durante tres años fue instructor técnico en el área de post-venta, en la capacitación de distribuidores y concesionarios, y durante otros tres coordinó los servicios de post-venta.

“Era un área muy operativa, y yo quería trabajar con estrategia y planificación. En 1999 decidió cursar una especialización en administración en la Fundación Getúlio Vargas.

En ese tiempo fue a trabajar en Telefónica como analista sénior, en el área de marketing. Durante los 10 años que permaneció en la empresa, ocupó los cargos de gerente y superintendente de marketing. Su vida profesional transcurría muy bien, pero su larga jornada de trabajo como ejecutivo le impedía dedicarse a sus dos hijos. “Fue entonces cuando empecé a cuestionarme si realmente quería seguir mi trayectoria en empresas”. Entre las ideas tendientes a cambiar, una le agradaba especialmente: la de dar clases, pues le gustaban los temas ligados al área de gestión de personas y de comportamiento, asignaturas cursadas durante su especialización en la FGV y en el MBA empresarial que cursó en la Fundación Dom Cabral en 2002. “Era un camino posible; pero, para cambiar, necesitaba hacerme de valor, y yo estaba medio acomodado a esa vida.”

Durante unas vacaciones, en mayo de 2009, decidió hacer el camino de Santiago de Compostela, en España. “Fue un hito en mi vida, una divisoria, un antes y un después”. En São Paulo se quedaron su mujer, sus hijos y todo el estilo de vida al que estaba acostumbrado. Durante 30 días caminó 800 kilómetros a través de un trayecto que, según dice, no tiene nada de místico. “Es un camino de reflexión, donde tuve la oportunidad de conocerme mejor”, dice. A su regreso, comunicó su decisión de desvincularse
de la empresa. En febrero de 2010 inició su maestría en la Facultad de Economía, Administración y Contabilidad de la USP, y su tema de investigación estaba ligado con las transiciones en la trayectoria. “Estudié un fenómeno y me analicé al mismo tiempo”, afirma. Ferrari les dice siempre una frase a sus alumnos: 
“La respuesta a la pregunta de qué queremos hacer en el futuro, casi siempre se relaciona con algo que hicimos en el pasado y que nos dio mucho placer”.

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