Con tan solo 2,8 centímetros de diámetro, la mayor flor conocida preservada en ámbar fue clasificada erróneamente durante 150 años. La pequeña flor de cinco pétalos, que se conserva en el Museo de Historia Natural de Berlín, en Alemania, data de hace entre 38 y 34 millones de años y es unas tres veces más grande que las conocidas hasta entonces. Fue hallada en 1872 en una zona de bosque boreal del norte de Europa que actualmente forma parte de Rusia y descrita con el nombre científico Stewartia kowalewskii, de la familia de las teáceas, la misma a la que pertenecen el té y las camelias, compuesta por árboles y arbustos que crecen en zonas de clima templado y tropical. En el transcurso de una pasantía posdoctoral en el museo, la paleobotánica alemana Eva-Maria Sadowski estudió la flor utilizando técnicas de microscopía modernas. Extrajo algunos granos de polen del ámbar y se los envió a Christa-Charlotte Hofmann, de la Universidad de Viena, en Austria, quien los analizó. Las investigadoras arribaron a la conclusión de que, en realidad, la mayor flor conservada en ámbar pertenece al género Symplocos, de árboles y arbustos que hoy en día crecen en regiones de clima tropical y subtropical de Asia y América, y la denominaron Symplocos kowalewskii (Scientific Reports, 12 de enero). La presencia de este género indica que el clima en el norte de Europa habría sido más benigno en un pasado remoto.
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