Fue sancionada en abril la ley que regula la creación y el funcionamiento de las júnior empresas, instituciones creadas por estudiantes universitarios con el propósito de aplicar en la práctica, con clientes reales, el conocimiento adquirido en las aulas. A partir de ahora, toda júnior empresa debe estar conformada únicamente por estudiantes de carreras de grado. Los mismos deben estar matriculados en instituciones de educación superior y deben ejercer trabajos voluntarios sin remuneración en la júnior empresa. En contrapartida, la ley asegura que esas empresas no pierdan el carácter de asociaciones civiles sin fines de lucro y realicen únicamente proyectos que contribuyan al desarrollo académico y profesional de sus miembros, amparando jurídicamente a este tipo de iniciativas y asegurándoles la inmunidad tributaria. La ley favorece también la relación de las júnior empresas con las universidades, crea reglas y prevé beneficios tales como la cesión de espacios físicos gratuitos para el funcionamiento de dichas empresas en las universidades y la inclusión de actividades en el contenido académico de la carrera a la cual pertenecen. En 2004, existían en Brasil 119 empresas y 1.417 júnior empresarios (lea en Pesquisa FAPESP, edición nº 212). En la actualidad son 1.262 empresas de este tipo. El año pasado, las júnior empresas realizaron alrededor de 2.700 proyectos y consultorías con la participación de más de 11 mil universitarios. En general prestaron servicios para pequeñas y microempresas que no reúnen las condiciones como para contratar empresas del mercado. La facturación se destina a la infraestructura y a la realización de cursos, eventos y conferencias de los miembros de las empresas. Lea el texto completo de la ley en bit.ly/1Y2VYWk.
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