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Buenas prácticas

Una sanción rigurosa e innovadora

Ilustra Boas práticasDaniel BuenoLa National Science Foundation (NSF), que es el principal organismo estadounidense de apoyo a la investigación básica, adoptó una medida rigurosa e inusual para dar por terminada una averiguación referente a la conducta científica. Con el fin de resolver un episodio que se venía arrastrando desde hacía 12 años, la agencia determinó que los autores de un artículo sobre un proceso de síntesis de nanopartículas, publicado en la revista Science en 2004, no podrían volver a solicitar financiación en la NSF. Esto fue pese a considerar que los autores no eran culpables por haber incurrido en mala conducta. Con todo, una averiguación demostró que los científicos violaron una regla de la agencia, que consiste en reportar todos los hallazgos significativos. Y el artículo en cuestión no puede ser reproducido por otros investigadores, según la NSF, porque los autores omitieron datos que permitirían replicar los resultados.

La NSF también innovó al abrir una brecha para los autores sancionados, tres investigadores de la Universidad del Estado de Carolina del Norte (NCSU, en inglés). Los mismos podrían volver a solicitar financiación siempre y cuando enviasen a Science una carta informando sobre los problemas y complementando los datos omitidos. Los científicos lo hicieron y se rehabilitaron ante la NSF, pero la revista optó por retractar el paper en lugar de publicar la carta, al considerar que las omisiones comprometían la rectitud del artículo. La decisión llamó la atención, pues, en la mayoría de los casos bajo investigación de la NSF en los cuales existe probadamente mala conducta, los autores enfrentan la suspensión del financiamiento federal durante un lapso de tiempo y se les cancela el artículo. En tanto, en casos considerados menos graves, como éste, la sanción tendía a ser más leve.

En 2006, un investigador de la NCSU intentó reproducir un estudio sobre síntesis de nanopartículas publicado dos años antes por Lina Gugliotti, Daniel Feldheim y Bruce Eaton, en ese entonces vinculados a la universidad. La tentativa fracasó y se planteó la hipótesis de mala conducta. En 2008, una averiguación de la NCSU desembocó en la conclusión de que los experimentos de microscopía electrónica destinados al estudio de la formación de partículas no habían sido realizados correctamente. En esa misma época, la Universidad de Colorado también se abocó al caso, pero consideró que no había nada irregular en la investigación. Ese impasse llevó a la NSF, financiadora del estudio, a realizar una averiguación. La conclusión indicó que los autores habían omitido datos importantes en el artículo. Ante el sitio web Chemical & Engineering News, Bruce Eaton ‒coautor del paper‒ cuestionó la decisión de Science de retractar el artículo en lugar de corregirlo. “Sé que las nanopartículas de las cuales se informa en el trabajo son reproducibles”, afirmó.

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