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BUENAS PRÁCTICAS

Voces que se suman al debate

La cuarta edición del encuentro sobre integridad científica muestra que la discusión en Brasil se expande

Divulgación IV BRISPE Ariadne Furnival, docente de la Universidad Federal de São Carlos, realiza una presentación sobre licencias libres en periódicos científicosDivulgación IV BRISPE

Del 17 al 18 de noviembre, alrededor de 250 personas, entre las que figuraron estudiantes, investigadores y administradores, participaron en Goiânia de la cuarta edición del Brispe (Brazilian Meeting on Research Integrity, Science and Publication Ethics), el principal encuentro sobre integridad científica que se celebra en Brasil. El evento, que se llevó a cabo en el campus de la Universidad Federal de Goiás (UFG), puso en el tapete el rol de los docentes, editoriales científicas y agencias de fomento en la promoción de una cultura de integridad en universidades e institutos de investigación. Según Sonia Vasconcelos, docente del Programa de Educación, Gestión y Difusión de Biociencias, del Instituto de Bioquímica Médica Leopoldo de Meis en la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ) y presidenta del comité organizador del evento, el tema refleja uno de los grandes retos que afronta el país para consolidar nociones sobre conducta responsable en la investigación: “Se necesita apuntalar la confianza y la transparencia en la relación entre supervisores y alumnos, autores y revisores, e investigadores y financiadores. Las percepciones al respecto de la conducta responsable en la investigación en el marco de esas relaciones no siempre son unánimes”.

El 1º y el 2º Brispe, que se realizaron respectivamente en 2010 y 2012, se enfocaron en la promoción de buenas prácticas en relación con la conducta de los investigadores y con la producción científica. En tanto, la 3ª edición, en la cual la sede elegida fue la FAPESP, en 2014, abordó el rol de las instituciones en la promoción de una cultura de integridad (lea en Pesquisa FAPESP, edición nº 223). “En los primeros eventos, muchos participantes entablaron contacto con el tema por primera vez. Actualmente el conocimiento es mayor y los debates son más sofisticados”, analiza Edson Watanabe, director del Instituto Alberto Luiz Coimbra de Posgrado e Investigación en Ingeniería (Coppe) de la UFRJ, quien también presidió la organización del evento. “Los problemas relacionados con la ética y la integridad, virtualmente están siendo considerados como ‘delitos’ y sus consecuencias son graves. Son muchos los que quieren comprender el problema para saber cómo actuar en forma correcta.

Divulgación IV BRISPE Participantes del Brispe en el campus de la Universidad Federal de Goiás…Divulgación IV BRISPE

Según los organizadores, en buena parte de los países surgen señales de que la movilización para estimular la integridad científica se difunde por diversas áreas del conocimiento. “En Brasil, observamos que eso se reflejó en las plenarias y en las sesiones”, informa Vasconcelos. “Los interrogantes no estaban circunscritos a los investigadores de las áreas de la salud y biomedicina, donde comenzó buena parte de este debate, sino que también emanaban de voces de las ciencias biológicas, humanas, sociales aplicadas y de las ingenierías”.

La candidatura de la UFG como sede del 4º Brispe fue vista como una evidencia de que el interés se propaga hacia otras regiones del país. La coordinadora de investigación de la universidad y presidenta del comité local del Brispe, Sheila Teles, relata que esa institución resolvió crear un grupo para formular y ejecutar políticas de integridad científica al conocer la experiencia pionera de la UFRJ y de su Cámara Técnica de Ética en la Investigación. “Tomamos contacto con esa experiencia durante el Brispe de 2014, en São Paulo”, dice Teles. “En el caso de nuestra universidad, albergar al 4º Brispe fue una posibilidad para discutir problemas reales, que subyacen escondidos en la experiencia personal de cada uno”.

Divulgación IV BRISPE …pudieron presentar sus trabajos en un concurso de afichesDivulgación IV BRISPE

Un tema innovador fue el nexo entre integridad científica y creatividad en la producción del conocimiento. Los trabajos que obtuvieron el primero y segundo puesto en el concurso de pósteres del Brispe abordan ese tema. La bióloga Christiane Coelho Santos, docente de biología del Colegio Pedro II, en Río de Janeiro, fue la ganadora del concurso al presentar una investigación sobre la percepción del plagio entre alumnos y docentes de la enseñanza media, elaborada para su tesis doctoral que defenderá en 2017 en la UFRJ.

En la investigación sobre plagio participaron como muestra 419 alumnos y 42 profesores de la enseñanza media del Colegio Pedro II y, posteriormente, también intervinieron en grupos de debate sobre ese tema. “Todos concordaron en que el robo de una idea o la copia de un texto sin dar crédito constituye plagio. Pero surgieron discordancias, por ejemplo, en cuanto a una práctica común en los trabajos escolares: la copia literal de tramos completos de textos que figuran en internet, haciendo solamente una somera alusión al origen de la información. Para muchos docentes, eso es plagio. En tanto, para los alumnos, no lo es”, dice Coelho Santos. Este hallazgo, según la investigadora, plantea un incómodo interrogante para las escuelas: ¿la forma de enseñar y de evaluar el aprendizaje estimula la creatividad de los estudiantes o propicia la imitación y reproducción? “La mayoría de los docentes coincide en que la educación en Brasil no estimula la creatividad. Si esta es la realidad en la enseñanza media, ¿cómo puede pretenderse que un estudiante se torne creativo cuando estudia una carrera universitaria?” La investigación de Coelho Santos será replicada en otros dos colegios de Río de Janeiro.

El otro póster premiado, cuya autoría corresponde a Rosemeire Amaral, alumna de maestría de la UFRJ y docente de ciencias de la red pública municipal de Búzios, abarca la producción de un Livreto sobre o plágio na escola. Ese folleto fue concebido a partir de talleres que se realizaron con 38 docentes de ciencias, biología, matemática, física, química y lengua portuguesa, organizados por la maestranda. Cuando esté listo, ese material será distribuido en escuelas de localidades vecinas. Amaral quedó asombrada con las reflexiones elaboradas por los docentes en los talleres. “Ellos notan que el plagio en la escuela está más arraigado de lo que suponían y muchos se han propuesto modificar sus prácticas para el abordaje de ese problema”.

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