desde Campinas, São Paulo
Al comparar mapas elaborados a partir de imágenes satelitales y vía simulaciones en computadora, la arquitecta y urbanista Alessandra Prata Shimomura verificó que la temperatura media anual en el centro de la ciudad de Campinas es tres grados Celsius más alta en la actualidad que hace 10 años. En efecto, las calles José Paulino, 13 de mayo, Barão de Jaguara y otras cercanas son calurosas, sofocantes y están apiñadas de gente, pese a ser espaciosas y limpias. Los mapas de temperatura y de viento, como los que confeccionó la investigadora a lo largo de tres años en la Universidad de Campinas (Unicamp) y mostró de primera mano a Pesquisa FAPESP, permiten realizar una revisión de las estrategias de planificación urbana, al apuntar zonas que se volverían más agradables si hubiera en ellas más árboles para hacerles sombra a los peatones, y aquéllas en las cuales no deberían construirse edificios demasiado altos o muy cercanos que bloquean la circulación del aire, un fenómeno climático poco tenido en cuenta, pero relacionado con el confort y con la salud de la gente. Al mostrar el valor de este abordaje, un mapeo del movimiento del viento de Hong Kong en 2002 señaló cuáles eran los barrios más vulnerables y ayudó a contener el avance de la epidemia del síndrome respiratorio agudo severo (Sras) en esa isla de China.
Los mapas climáticos han empezado a utilizarse con más asiduidad. En Brasil, algunos de los productos generados en el marco de trabajos colectivos –tales como el Programa FAPESP de Investigaciones sobre Cambios Climáticos Globales y la Red Clima, financiada por el gobierno federal brasileño– son mapas de la vulnerabilidad de las grandes ciudades brasileñas ante los efectos del cambio de clima, que están a disposición de alcaldes y de otros gestores del espacio público (lea en Pesquisa FAPESP, edición nº 171). Ana Rocha, de la Universidad Federal de Santa Catarina, y Eleonora Assis y Simone Hirashima, de la Universidad Federal de Minas Gerais, valoraron la ventilación, la iluminación natural, la humedad y la temperatura al proyectar un conjunto habitacional en Governador Valadares, en el interior de Minas Gerais. “Frente a la necesidad de ventilación, se efectuó un estudio del terreno utilizando una maqueta física y un túnel de viento, para la caracterización de los vientos”, informan en un artículo publicado en 2012. También consideraron “indispensable promover la formación de grupos multidisciplinarios y fomentar la comunicación entre los departamentos participantes en el proceso del proyecto”.
Prata Shimomura preparó los mapas de Campinas en colaboración con el geógrafo Antonio Manuel Saraiva Lopes, docente de la Universidad de Lisboa, quien trabaja en el área desde la década de 1990. En 2013, en colaboración con Elis Alves, de la Universidad de São Paulo (USP) de la ciudad de São Carlos, Saraiva Lopes examinó el régimen de vientos y la variación de temperatura que resultan en la formación de islas de calor en la ciudad de Lisboa. En todo el mundo, de acuerdo con un estudio de Chao Ren y Edward Ng, de la Universidad de Hong Kong, y Lutz Kaztschner, de la Universidad de Kassel, en Alemania, 15 países –fundamentalmente de Europa y de Asia, y tan sólo dos de América del Sur: Brasil y Chile– han implementado esta metodología, a cuyos productos se les denomina mapas climáticos urbanos, y que fue desarrollada en los años 1970 en Alemania como un recurso de planificación urbana.
En un estudio que saldrá publicado en la revista Urban Climate, Michael Hebbert, docente de la University College London, regresa aún más en el tiempo y llega a los albores de la climatología aplicada a la planificación urbana del siglo XVIII, con el meteorólogo inglés Luke Howard, autor del libro The climate of London, deduced from meteorological observations, publicado en 1833, y otros trabajos similares elaborados en Francia y Alemania. En aquella época, la contaminación del aire y la ventilación preocupaban tanto como el suministro y el drenaje de agua, pero la cuestión de los daños causados por las chimeneas residenciales era más difícil de resolver que la de la calidad del agua.
“Hoy en día contamos con diversos instrumentos y tecnologías, tales como las imágenes satelitales y las fotos aéreas e incluso con los drones, que permiten observar la ciudad desde la óptica del clima urbano y facilitan el reconocimiento de las áreas más o menos calurosas, con mayor o menor circulación de aire, con la ayuda también de instrumentos de medición de variables climáticas”, dice Prata Shimomura. Sus mapas finales, que fueron producto de una combinación de otros mapas y de información procesada mediante el empleo de un programa de computadora, indicaron que los vientos provienen del litoral y transportan tanto la brisa del mar como la polución atmosférica de la ciudad de São Paulo, y pasan con intensidad también por las ciudades de Valinhos y Vinhedo antes de entrar en el centro de Campinas, perder velocidad al atravesar la ciudad y salir en dirección hacia Limeira.
En general, la ciudad de Campinas, la tercera del estado en cuanto a población después de São Paulo y Guarulhos, “es satisfactoria en la escala regional, pero no debe descuidarse”, concluye. “Ahora podrían hacerse análisis in situ, para ajustar las conclusiones y medir la satisfacción de los usuarios en cada lugar”. En escala regional o local, recuerda, el clima no es sólo un atributo intocable de la naturaleza: también es construido y depende de las decisiones de las personas, que construyen casas o edificios que frenan al viento o calientan o enfrían con rapidez.
De los mapas climáticos urbanos emergen posibilidades de acción tendientes a mantener o mejorar el llamado confort ambiental, que hace que una ciudad, fundamentalmente el centro, su zona más poblada, sea agradable o sofocante. En el caso de Campinas, una de las recomendaciones consiste en preservar los corredores de vientos: los montes, las grandes avenidas, las carreteras y el fondo de los valles, que ayudan a minimizar el efecto de la temperatura en dichos lugares. Otra es mantener la diversidad de las formas de ocupación del espacio, conciliando áreas construidas con áreas verdes y abiertas, como la estancia del Instituto Agronómico (IAC), ubicada en el área urbana. “Campinas todavía no es como São Paulo”, compara, en referencia a las vastas alfombras de calles asfaltadas y edificios casi sin árboles existentes en la zona este de la capital paulista.
Trabajos como el de Prata Shimomura sugieren prestar más atención a soluciones sencillas y a conceptos antiguos de ingeniería y arquitectura que no siempre se tienen en cuenta. En un estudio dado a conocer en septiembre, por ejemplo, el arquitecto y urbanista de la Unicamp, Fernando Durso Neves Caetano, verificó que los muros externos cubiertos con plantas, llamados muros verdes o muros vivos, pueden reducir hasta seis grados Celsius la temperatura interna de las viviendas y edificios en días calurosos de verano, e inversamente, pueden retener el calor durante los días fríos.
De una manera más amplia, se puede pensar en incrementar la participación de los ciudadanos en sus ciudades. Una de las formas que pensó Prata Shimomura consiste en la creación de agentes urbanos, que podrían acompañar y representar a los habitantes de un barrio, velando por el espacio público y mediando solicitudes y reclamos ante las alcaldías. “Los habitantes quieren informar o reclamar sobre problemas de las calles y generalmente tienen dificultades para hallar con quién deben hablar”, dice. “¡Las solicitudes de podas de árboles, por ejemplo, pueden tardar años en ser atendidas!” Antes de fin de año, Prata Shimomura pretende volver a contactar a la Defensa Civil de Campinas y entregarle los mapas elaborados con la información sobre la caída de árboles y ramas y casas y los edificios dañados por el viento que ella solicitó y le suministraron hace dos años. “Es una devolución que debo darles”, dice. Será su primer encuentro con los posibles usuarios de sus mapas.
Proyecto
Dinámica urbana y ordenamiento territorial: mapa climático urbano y su aplicación en la planificación (n. 10/ 19447-7); Modalidad Joven Investigador; Investigadora responsable Alessandra Rodrigues Prata Shimomura (Unicamp); Inversión R$ 63.349,26 (FAPESP).
Artículos científicos
HEBBERT, M. Climatology for city planning in historical perspective. Urban Climate. 2014. on-line.
ROCHA, A. P. de A. et al. Conjunto para habitação social con princípios bioclimáticos para o município de Governador Valadares, MG. Revista de Arquitetura Imed. v. 1, n. 2, p. 122-32, 2012.