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NECROLÓGICAS

A contracorriente

El pensamiento crítico y el estilo combativo de Maria da Conceição Tavares aseguraron su influencia duradera en la economía en Brasil

Bel Pedrosa / FolhapressTavares en 1994, en la sede del periódico Folha de S.PauloBel Pedrosa / Folhapress

La profesora Maria da Conceição Tavares, docente formadora de generaciones de economistas y cuya influencia marcó el rumbo del debate sobre la industria y el desarrollo en Brasil, falleció en la madrugada del 8 de junio en su domicilio de Nova Friburgo (Río de Janeiro). Tenía 84 años y vivía recluida con sus parientes hacía casi cuatro años, desde que un accidente doméstico y la fractura de una pierna la dejaron fuera de combate.

Había nacido en Anadia (Portugal), en 1930, dos años antes de la llegada al poder de Antonio de Oliveira Salazar (1889-1970). Tavares emigró a Brasil en 1954, pocos meses después de graduarse en la Facultad de Ciencias Matemáticas de la Universidad de Lisboa. Su padre se dedicaba al comercio internacional de vinos y había decidido radicarse en Brasil. Tavares llegó aquí con su primer marido, el ingeniero Pedro José Serra Ribeiro Soares, y embarazada de su primera hija, Laura.

Consiguió su primer empleo en 1955, en el antiguo Instituto Nacional de Inmigración y Colonización, donde se desempeñó como estadística y ayudó a organizar los datos sobre la propiedad de la tierra en Brasil. “Su contacto con la cuestión agraria resultó decisivo para tomar la resolución de estudiar economía”, relata la economista Hildete Pereira de Melo, de la Universidad Federal Fluminense (UFF), quien fuera su amiga.

En 1956, Tavares ingresó en la Facultad de Ciencias Económicas y Administración de la Universidad de Brasil, la actual Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ). Entre sus profesores, había economistas de formación liberal que habían ocupado puestos clave en el gobierno brasileño, como Octavio Gouvêa de Bulhões (1906-1990) y Roberto Campos (1917-2001). A la par de sus estudios universitarios se naturalizó brasileña y trabajó por dos años como analista del Banco Nacional de Desarrollo Económico (BNDE, el actual BNDES).

En una profesión que desde siempre había estado dominada por los varones, Tavares se destacó pronto. Trabajó como ayudante de Bulhões en la Universidad de Brasil, donde se inició en la docencia en 1961. Ese mismo año, fue contratada por el centro de estudios que se convirtió en una referencia para el pensamiento desarrollista, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). La Cepal tenía una oficina en Río de Janeiro, que dirigía el chileno Aníbal Pinto (1919-1996), a quien Tavares consideraba su principal mentor intelectual.

La economista permaneció en Brasil tras el golpe militar de 1964 y llegó a dar clases en la maestría de la FGV de Río de Janeiro por recomendación de Bulhões, quien dirigió el Ministerio de Hacienda en los comienzos de la dictadura militar (1964-1985). Al agravarse el régimen, Tavares se trasladó a la sede de la Cepal en Chile, donde trabajó desde 1968 hasta 1972.

Su trabajo de mayor repercusión durante ese período fue el artículo “Más allá del estancamiento”, escrito en coautoría con José Serra, quien había dejado Brasil en 1964 y se formó en economía en Chile. Este ensayo, publicado en 1971, refutaba una tesis defendida por el economista Celso Furtado (1920-2004) en la década de 1960 y proponía una nueva interpretación para el desarrollo de la economía brasileña en los años de crecimiento acelerado que pasaron a la historia como el milagro económico de la dictadura.

Para Tavares y Serra, la oferta de crédito para la compra de bienes de consumo durables y otros estímulos que se adoptaron entonces habían logrado que la economía creciera incluso cuando los sueldos de los trabajadores menos calificados eran cada vez más exiguos. Como señaló en 2010 el economista Ricardo Bielschowsky, de la UFRJ, dando crédito a la obra de su colega, el artículo de 1971 exponía un aspecto perverso de la política económica de los militares: “Era posible crecer concentrando la renta y, peor aún, esa concentración abonaba un proceso de crecimiento acelerado”.

Poco después de la publicación del artículo, Tavares le escribió una carta a Furtado en la que lo llamaba maestro y le pedía disculpas por haberlo criticado, recibiendo de él una respuesta cordial. “Tavares era una inteligencia inquieta”, comenta el economista Luiz Gonzaga Belluzzo, quien trabajó con ella en la Universidad de Campinas (Unicamp). “A veces podía parecer agresiva, pero ella cuestionaba las ideas, no discutía con las personas”.

Para la economista Laura Carvalho, exalumna de Tavares en la UFRJ y actualmente docente de la Facultad de Economía, Administración, Contabilidad y Ciencias Actuariales de la Universidad de São Paulo (FEA-USP), sus trabajos abrieron nuevas perspectivas para la comprensión del país: “Tavares nos obligó a desarrollar una mirada conjunta sobre cuestiones tales como el crecimiento, la distribución del ingreso y la política, a menudo dejadas de lado por los análisis enfocados en el desempeño de los indicadores macroeconómicos”.

No era afecta a la tecnología y escribía a mano, pero le divertía ver su imagen popularizada en Internet

Cuando regresó a Brasil, en 1973, Tavares retomó su cargo en la UFRJ y trabajó en la implementación del programa de posgrado en economía de la Unicamp, que fue inaugurado dos años después con una propuesta crítica al pensamiento ortodoxo dominante en otras escuelas. Por aquella época, la investigadora publicó Da substitução de importações ao capitalismo financieiro [De la sustitución de importaciones al capitalismo financiero] (Zahar Editores, 1972), que reunía los principales ensayos escritos durante su estancia en la Cepal. En 1979 ayudó en la creación del primer centro de posgrado en economía de la UFRJ, el Instituto de Economía Industrial, que coordinó durante dos años.

La economista fue detenida por la dictadura en 1974 y liberada poco después gracias a la intervención del entonces ministro de Hacienda, Mario Henrique Simonsen (1935-1997), antiguo colega suyo en la FGV. En 1975, meses después de su detención, defendió su tesis doctoral y de libre docencia en la UFRJ, intitulada “Acumulación de capital e industrialización en Brasil”, retomando los temas que venía debatiendo desde el inicio de su carrera. Tres años más tarde, al jubilarse Bulhões, se convirtió en profesora titular con su tesis “Ciclo y crisis: el movimiento reciente de la economía brasileña”.

Con el retorno de la democracia al país, en 1986, cuando Belluzzo y sus colegas de la Unicamp formaban parte del gobierno de José Sarney (1985-1989), colaboró en los preparativos del Plan Cruzado. Fue el primero de una serie de programas que apuntaban a contener la inflación. Tavares no estaba de acuerdo con las premisas teóricas del plan, pero llegó a llorar cuando lo defendió en una entrevista en vivo en la televisión.

En 1994, cuando se afilió al Partido de los Trabajadores (PT) para disputar un escaño en la Cámara de Diputados, predijo que el Plan Real sería otro fracaso y provocaría recesión y recortes salariales. “El Plan Real fue exitoso en cuanto al proceso de estabilización monetaria, pero no en la reanudación del crecimiento. La crítica de Tavares era pertinente”, dice la economista Gloria Maria Moraes da Costa, de la Faculdade Presbiteriana Mackenzie Río.

Uno de los artífices del Plan Real, el economista Edmar Bacha, en declaraciones al periódico Valor Econômico, puso de relieve las aportaciones fundamentales de Tavares para la comprensión de la economía brasileña. “Poco importan las corrientes, lo que importa es la calidad del análisis. Y el de Tavares era excepcional”.

Fue electa diputada federal por el estado de Río de Janeiro y solamente ejerció un mandato. “Como parlamentaria, Tavares adoptó una postura firme en contra de las privatizaciones y el desmantelamiento del Estado, escribiendo importantes artículos al respecto”, recuerda Costa.

En los últimos años, Tavares ganó popularidad en internet por la difusión de videos con fragmentos de sus clases en un curso que impartió en la Unicamp en 1992. Los videos originales, con la serie completa de 12 clases, fueron publicados en 2017 en el canal de YouTube del Instituto de Economía de esa universidad. En 2021, empezaron a circular tramos breves en otras redes sociales. “Tavares no era afecta a la tecnología y escribía a mano, pero todo eso le parecía divertido”, dice Costa.

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