Las tormentas de arena son comunes en las inmediaciones de los grandes desiertos de todo el mundo, como en el caso del Sahara, en el norte de África (foto). La masa de arena que transportan los vientos puede a menudo alcanzar dimensiones colosales, bloqueando carreteras, imposibilitando el tráfico aéreo, soterrando edificaciones y erosionando el suelo cultivable. Ahora, investigadores de instituciones en Estados Unidos y en Senegal verificaron que ellas también pueden transportar bacterias. Entre 2013 y 2016, se recolectaron muestras de granos de tormentas de arena en Dakar, la capital de Senegal. Al analizar la superficie de esos granos, se identificaron 77 tipos de bacterias, tales como Micrococcus, Burkholderia y Pseudomonas. Algunas de ellas incluso pueden causar problemas respiratorios, sobre todo en individuos con su sistema inmunológico deprimido (GeoHealth, 6 de mayo). Se sabe que los vientos que soplan hacia el oeste cargan parte del polvo de las tempestades del Sahara hacia América del Sur y el Caribe. Los científicos temen que esos microorganismos puedan ser transportados hasta países tales como Brasil o incluso Estados Unidos, en el hemisferio Norte.
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