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Ciencia

A ritmo natural

Un compuesto a base de plantas medicinales probado en laboratorio detiene la arritmia que mata a los pacientes de infarto de miocardio

Al final del año pasado, la investigadora Vera Pontieri, del Laboratorio de Emergencias Clínicas de la Facultad de Medicina de la Universidad de São Paulo (USP), se sorprendió al ver que el empleo de un fitoterápico nacional compuesto por cuatro plantas medicinales y vendido bajo el nombre comercial de Catuama, logró detener un tipo de arritmia que acometía al corazón de un conejo durante un experimento, previniendo así un inminente paro cardíaco. La sorpresa fue tal que la prueba fue repetida varias veces en situaciones mejor controladas, con un monitoreo detallado de los latidos cardíacos de los animales. Y el resultado fue siempre el mismo. “En dos minutos, los corazones paraban de fibrilar”, dice el médico Augusto Scalabrini Neto, otro investigador del laboratorio. “No se conoce otra droga que haga eso.”

La fibrilación ventricular es un tipo de arritmia en la cual las diversas fibras cardíacas se contraen desordenadamente, impidiendo que la sangre sea bombeada eficazmente por el corazón. Esa arritmia es la responsable por el 90% de las muertes inmediatas tras el infarto agudo de miocardio en seres humanos. El único tratamiento conocido para corregirla, que tiene alrededor de un 30% de éxito cuando se lo efectúa hasta cinco minutos después del infarto, consiste en aplicar en el tórax del paciente un shock eléctrico con un aparato conocido como desfibrilador.

Los científicos paulistas juzgan que es muy prematuro todavía efectuar algún pronóstico sobre el uso potencial del fitoterápico, actualmente vendido en forma de jarabe o en cápsulas como un tipo de energético sexual, para prevenir ese tipo de arritmias. “Pero vamos a continuar las investigaciones con este producto”, asegura Irineu Velasco, director de la Facultad de Medicina y también partícipe en el estudio.

La catuama, producida por el Laboratorio Catarinense, una industria nacional con sede en Joinville, es un compuesto natural inventado hace más de 15 años. En su formulación intervienen cuatro plantas halladas en los bosques brasileños: guaraná (Paullinia cupana), muirapuama (Ptychopetalum olacoides),gengibre (Zingiber officinale) y una especie particular de catuaba (Trichilia catigua). Por tratarse de un fitoterápico, con un número indeterminado de sustancias que actúan e interactúan en su formulación, los investigadores no pretenden encontrar el principio activo de la mezcla de hiervas que parece actuar sobre la fibrilación. “No sabemos qué es lo actúa en la arritmia, y la posibilidad de que lo descubramos es pequeña”, comenta Scalabrini.

Estudios recientes realizados por João Batista Calixto, del Departamento de Farmacología de la Universidad Federal de Santa Catarina (UFSC), especialista en fitoterápicos, muestran que el producto es seguro, no es tóxico y proporciona efectivamente algunos beneficios. “La Catuama produce vasodilatación, siendo ese efecto mediado por la liberación de óxido nítrico”, afirma Calixto. “También tiene una acción analgésica de larga duración y provoca un relajamiento en la región del cuerpo cavernoso del pene en animales y en seres humanos”. Hasta el momento, fueron depositadas cuatro patentes del producto, y una de éstas ya ha sido aceptada en Brasil y en Estados Unidos. Otras investigaciones de Calixto recabaron también indicios de que ese preparado natural puede tener efectos antidepresivos y antioxidantes, además de prevenir el depósito de plaquetas en las arterias.

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