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Carta de la editora | 267

Amazonia sorprendente

“La literatura científica amazónica, de gran amplitud, refleja bien la fisiografía amazónica: es sorprendente, preciosísima, inconexa. Quien fuere que se abalance a deletrearla, quedará, al cabo de ese esfuerzo, un poco más allá del umbral de un mundo maravilloso”. Éste es el diagnóstico que realizó hace casi 110 años Euclides da Cunha [À margem da história, 1909 (traducción de la cita)]. El avance reciente del conocimiento sobre la ocupación de la Amazonia antes de la llegada de los europeos es notable, y reúne contribuciones de áreas diversas del conocimiento tales como arqueología, geología, biología, ecología y antropología, entre otras, pero todavía hay mucho terreno por investigarse.

El saber que emerge de esos estudios echa por tierra ideas arraigadas sobre la región y su historia, tal como lo muestra el reportaje de portada de esta edición. En la Amazonia, se desarrollaron sociedades populosas, con varios millones de habitantes, y complejas, que construyeron carreteras y vivieron en aldeas fortificadas con fosas y empalizadas. Se encontró abundancia de jeroglíficos −estructuras dibujadas en el suelo con piedras− de formato geométrico, que habrían sido espacios de sociabilización y de prácticas ceremoniales.

Un aspecto sorprendente de esa ocupación precolombina es el descubrimiento de que generaciones de indígenas llevaban a cabo el manejo de la selva para su sustento, es decir, que vastas porciones de la selva no serían áreas vírgenes. Se identificaron más de 80 especies vegetales domesticadas por los indios, tales como el arroz y el azaí, y los investigadores observaron una concentración de árboles del caucho y castaños de monte, entre otros cultivos, alrededor de sitios arqueológicos.

Las investigaciones en curso incluyen una dimensión esencial: el lenguaje. Dos familias de idiomas eran dominantes en la región: el aruaque y el tupí-guaraní. Pese a que su predominio no se da en áreas contiguas, mediante el estudio de similitud gramatical y préstamos de palabras entre idiomas, se constató que hubo interacción y que las diferencias entre las lenguas indican de qué manera los grupos marcan su lugar dentro de un sistema interactivo mayor. Los próximos capítulos de estas investigaciones serán esperados con gran interés.

Por su amplitud, el reportaje de portada remite a varios otros artículos de esta edición. El diagnóstico de (la pérdida de la) biodiversidad en el continente americano y sus impactos sobre la calidad de vida humana constituye el tema de la entrevista con la bióloga Cristiana Simão Seixas, de la Universidad de Campinas (Unicamp), una de las coordinadoras del documento dado a conocer por la Plataforma Intergubernamental de Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (IPBES), vinculada a las Naciones Unidas. Están saliendo las primeras investigaciones realizadas a partir de una nueva base de datos sobre especies de mamíferos, aves, anfibios y mariposas del Bosque Atlántico llamada Atlantic Series. Pese a que las extinciones verificadas son pocas, la fragmentación del área total de este bioma en tramos relativamente pequeños (de hasta 1 km²) es perjudicial principalmente para las especies de grandes mamíferos. El bicentenario del Museo Nacional, la más antigua institución científica del país, es el objeto de la sección Memoria de esta edición. Los más de 20 millones (sí, millones) de piezas de su colección, dedicada sobre todo a la antropología, la botánica, la entomología, la geología y la paleontología, constituyen la base de muchos estudios relevantes ya publicados en dichas áreas, incluso por el propio cuerpo de investigadores de la institución. ¡Que vengan los próximos 200 años!

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