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Ingeniería aeroespacial

Amazonia va al espacio

Un satélite de observación terrestre totalmente construido en Brasil será puesto en órbita en febrero

Ilustración del satélite, cuya misión consistirá en monitorear la deforestación en la selva amazónica

INPE

Doce años después del inicio del proyecto, el satélite brasileño Amazonia-1 está listo para su puesta en órbita. El lanzamiento, previsto para el 28 de febrero, lo llevará a cabo un cohete indio de la serie Polar Satellite Launch Vehicle (PSLV), de la Organización India de Investigación Espacial (Isro), que partirá del Centro Espacial de Satish Dhawan, ubicado en el sudeste de la India. El satélite fue desarrollado por el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (Inpe), con la participación de empresas nacionales y el apoyo de la Agencia Espacial Brasileña (AEB).

El Amazonia-1 es el primer satélite de observación de la Tierra completamente proyectado, ensamblado, testeado y –si el lanzamiento es exitoso– operado por Brasil. También es el primer sistema espacial de alta complejidad totalmente brasileño, según refiere Adenilson Roberto da Silva, investigador del Inpe y responsable a cargo del proyecto. “Con este, pasamos a dominar el ciclo completo de desarrollo de satélites de esta complejidad y dimensiones”, resalta el científico.

Con el formato de un paralelepípedo, el Amazonia-1 pesa 640 kilogramos (kg) y mide 2,5 metros (m) de largo por 1 m de ancho y 1 m de altura. Antes de este, el Inpe había construido los satélites científicos Saci, para la realización de experimentos en el espacio, y la familia de Satélites de Colecta de Datos (SCD), clasificados como satélites meteorológicos. También había participado junto a China en el desarrollo de los Satélites Sino-Brasileños de Recursos Terrestres (CBERS), centrados en la observación de la Tierra (obsérvese la infografía abajo).

El Amazonia-1, explica Da Silva, es un satélite mayor y mucho más complejo, desde un punto de vista tecnológico, que el Saci y el SCD, ambos puestos en órbita en la década de 1990. El CBERS, por su parte, pertenece a otra categoría, la de los satélites con casi 2 toneladas de peso.

Para Vivaldo José Breternitz, experto en el sector aeroespacial de la Universidad Presbiteriana Mackenzie, el Amazonia-1 representa un hito para el país. “Nunca antes se había concebido y construido en Brasil un satélite de su porte. Lo máximo que hubo fueron casos de transferencia de tecnología o acuerdos de colaboración con otros países”, subraya. “Este es un paso importante para que el país logre autonomía en un área en la que su presencia aún es poco relevante”.

El propósito del Amazonia-1, el primero de una tríada de satélites de monitoreo remoto programados en el marco de la Misión Amazonia, consiste en generar imágenes para vigilar los recursos naturales del país y, particularmente, la selva amazónica. El dispositivo se sumará a los satélites CBERS-4 y 4A para proporcionarle datos al Sistema de Detección de la Deforestación en Tiempo Real (Deter), del Inpe, que emite alertas en ese sentido. También se utilizará para brindar asistencia a la actividad agrícola y para el monitoreo de las zonas costeras y de las catástrofes ambientales.

El nuevo satélite estará situado en una órbita a 752 kilómetros (km) de altura y se desplazará a una velocidad de 7,5 km por segundo siguiendo la dirección de los polos, de norte a sur. Cada vuelta a la Tierra le demandará 100 minutos y, cada 5 días sobrevolará el mismo punto de la superficie. “El Amazonia-1 podrá proveer datos sobre un punto específico del planeta a pedido en un plazo de dos días, un intervalo bastante breve”, explica Da Silva.

Con 14 mil conexiones eléctricas y 6 km de cables, el artefacto está compuesto por dos estructuras independientes: el módulo de carga útil, que transporta la cámara fotográfica y los dispositivos de grabación y transmisión de datos, y el módulo de servicio, denominado Plataforma Multimisión (PMM). Esta última, un dispositivo desarrollado por el Inpe, es una plataforma genérica para satélites de este tipo que incluye a los de 500 a 700 kg, que provee los recursos necesarios para el funcionamiento del aparato en el espacio. En ella se encuentran los subsistemas de propulsión (el motor del satélite), de control de posicionamiento y de órbita, y de suministro de energía, entre otros.

Una de las conquistas tecnológicas para el país será la homologación en vuelo de la PMM, que debutará en el Amazonia-1. El Inpe espera que su utilización en próximos satélites reduzca los costos y los plazos de desarrollo. La estructura del panel solar y su dispositivo de apertura, que en el CBERS fueron provistos por los chinos, y el subsistema de propulsión, cuyo desarrollo fue financiado por el Programa de Investigación Innovadora en Pequeñas Empresas (Pipe) de la FAPESP, son otros de los componentes que nunca se habían fabricado en Brasil. El primero lo proporcionó la empresa Cenic Engenharia, y los dos restantes, Fibraforte, ambas con sede en São José dos Campos (São Paulo).

El Amazonia-1 también consolida en el país el conocimiento del ciclo completo de desarrollo de satélites estabilizados en tres ejes. Los aparatos con esta característica pueden ajustar en órbita su posición y orientación con respecto a la Tierra, logrando un mejor enfoque de los puntos escogidos. Los SCD, por ejemplo, se estabilizan por rotación y se comportan como un trompo, girando sobre su propio eje de rotación. “Este eje apunta siempre a un mismo punto y no puede reposicionarse para monitorear un desastre ambiental, por ejemplo”, explica Silva. En cambio, el Amazonia-1 puede estabilizarse en tres ejes, su cámara puede apuntar a cualquier sitio del planeta en busca de la imagen deseada.

El generador de imágenes del satélite es una cámara WFI (Wide Field Imager, generador de imágenes de amplio campo visual) diseñada para tomar imágenes en un rango de 830 km de ancho con una resolución de 64 m. Su construcción estuvo a cargo de las compañías paulistas Equatorial Sistemas y Opto Eletrônica.

“Todavía no hemos hecho el cálculo, pero el satélite posee un índice alto de nacionalización. Se hizo un gran esfuerzo para poder fabricar los componentes y subsistemas en el país”, relata Da Silva. El Inpe invirtió alrededor de 380 millones de reales en el desarrollo del sistema, de los cuales, el 70 % se distribuyó entre las 10 empresas nacionales que participaron en la iniciativa (lea en Pesquisa FAPESP, edición nº 239).

Proyecto
Desarrollo y homologación de un propulsor monopropelente de 5N para satélites (nº 03/07755-5); Modalidad Investigación Innovadora en Pequeñas Empresas (Pipe); Investigador responsable Humberto Pontes Cardoso (Fibraforte); Inversión R$ 399.026,25

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