Maurício PierroEn un artículo publicado en la revista Research Integrity and Peer Review, el biólogo canadiense Zen Faulkes propuso una nueva manera de afrontar las disputas que involucran la autoría de artículos científicos: la creación de organismos de arbitraje o mediación independientes para la resolución de conflictos. Según Faulkes, tales desavenencias insumen un tiempo precioso a los editores de periódicos y ellos no siempre son aptos para lidiar con las polémicas acerca de la importancia real de la contribución de un postulante a autor. Faulkes recuerda que el Comittee on Publication Ethics (Cope), un foro de editores de revistas científicas con sede en el Reino Unido, estableció las condiciones y directrices para sumar nombres de autores a artículos ya publicados, pero advierte que a los editores se les plantea una disyuntiva cuando el autor correspondiente, aquél que remitió en su momento el artículo, está en desacuerdo con los cambios.
Los organismos o agencias independientes, que trabajan con modelos similares a los comités de ética conformados para evaluar los casos de mala conducta, podrían brindar respuestas rápidas y efectivas. En el modelo que propuso el biólogo, dichas organizaciones deberían estar integradas por individuos con diferentes experiencias, tales como comunicación científica, investigación de mala conducta y resolución de conflictos, pudiendo prestarles servicios a diversos periódicos en forma simultánea, siempre que haya una invitación de sus editores. Como la autoridad sobre ese tipo de decisiones es potestad de los periódicos, el resultado de la mediación o arbitraje sería enviado a las revistas a modo de recomendación, cabiéndoles a ellas refrendarlas.
“Las discusiones por conflictos de autoría se enfocan a menudo en la prevención y raramente se ocupan de cómo resolverlos”, escribió el biólogo, quien se desempeña como investigador en la Universidad de Texas en Río Grande Valley, Estados Unidos. En su opinión, cuando surge una disputa posterior a la publicación de un paper, lo usual es que se les sugiera a los litigantes que intenten resolverlo en forma privada. “Pero eso es poco probable que suceda, porque generalmente hay un desbalance de poder entre los miembros del equipo que firmó el artículo. Y las universidades y agencias de fomento raramente tienen autoridad sobre todos ellos simultáneamente”. También es infrecuente, de acuerdo con Faulkes, que el conflicto vaya a parar a la Justicia, por el desgaste y los costos implicados en esos procesos.
El arbitraje, dice, se ha mostrado eficiente para resolver conflictos de autoría en la industria del cine, donde el reconocimiento al aporte involucra prestigio y dinero. “El crédito por los guiones de películas puede definirse mediante arbitraje y normalmente el árbitro final es una asociación denominada Writers Guild of America. Esta dispone de reglas para determinar quién recibe el crédito, aunque haya cierto margen para las interpretaciones, como en el caso de un ‘aporte sustancial’”, explicó Faulkes en su blog personal en internet.
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