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Avalancha

Avalancha volcánica

Monte Taranaki, en Nueva Zelanda: el colapso de sus laderas, hace 25 mil años desplazó los deshechos hasta 30 kilómetros de distancia

Schwede66/ Wikimedia Commons Monte Taranaki, en Nueva Zelanda: el colapso de sus laderas, hace 25 mil años desplazó los deshechos hasta 30 kilómetros de distanciaSchwede66/ Wikimedia Commons

Lo que torna peligroso a un gran volcán no es tan sólo la lava que expulsa. El desmoronamiento de sus laderas más escarpadas, que se produce a raíz de inestabilidades en las vertientes que sostienen el cráter de la montaña durante la erupción, puede ocasionar avalanchas de sedimentos capaces de alterar el paisaje circundante en cuestión de minutos. Un equipo de geólogos de la Universidad Autónoma de México y de la Universidad Massey (en Nueva Zelanda) publicó un trabajo en el que describe minuciosamente uno de los mayores eventos de este tipo, ocurrido hace 25 mil años: el colapso parcial de las paredes que revestían las formas cónicas del volcán Taranaki, también llamado monte Egmont, ubicado en el sector occidental de la isla norte que forma Nueva Zelanda. Ese derrumbe de algunos sectores de las laderas del volcán ‒que aún se encuentra activo (la última erupción fue en 1854) y cuya cumbre se yergue a 2.518 metros de altura‒ esparció bloques de sedimentos en forma caótica, esparciendo algunos a una distancia de hasta 30 kilómetros a la redonda del Taranaki (Geological Society of America Bulletin, 30 de junio). Ese alud de materiales se produjo probablemente en una fecha cercana al Último Máximo Glacial, el momento más extremo de la Era del Hielo más reciente. El equipo de científicos capitaneado por el italiano Matteo Roverato, quien se encuentra realizando un posdoctorado en la Universidad de São Paulo, estudió la típica textura fracturada, similar a las piezas de un rompecabezas, presente en los sedimentos diseminados por la histórica avalancha de despojos provenientes de las cuestas de la montaña.

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