DANIEL BUENODemostrando que pretende esforzarse en contener el aumento de los casos de mala conducta científica en el país, el gobierno de China divulgó detalles acerca de seis episodios recientes y las sanciones aplicadas a los implicados. Según la Fundación Nacional de Ciencia Natural de China (NSFC, según su sigla en inglés), la agencia gubernamental de fomento a la investigación, los fraudes cometidos por los investigadores incluyeron plagios, apropiación de resultados de otros estudios y propuestas de proyectos, falsificación de datos personales, adulteración de datos empíricos o contratación de ghost writers para redactar artículos. Los involucrados fueron castigados con suspensión por tiempo indeterminado como beneficiarios de becas de investigación y fondos para proyectos.
Entre 2010 y junio de este año, la NSFC recibió 468 reclamos y denuncias por fraudes y detectó más de 80 casos de mala conducta en la investigación científica. Con la creciente participación del gobierno chino en la financiación a la ciencia y la tecnología, una cantidad en aumento de científicos presentó documentación falsa cuando remitió sus proyectos. “La mala conducta en la investigación científica viene exponiendo una arista negativa del desarrollo de la ciencia y la tecnología”, declaró Yang Wei, director de la NSFC, al sitio web de China Radio International.
Según un estudio realizado en 2009 por la Asociación China de Ciencia y Tecnología, casi la mitad de los 30.078 científicos ligados a institutos de investigación, universidades y hospitales entrevistados en todo el país estiman que el fraude académico es una práctica “muy habitual”. Yang Wei opina que esto es consecuencia de la falta de una definición precisa acerca de qué es mala conducta en la política científica del país. En septiembre de 2012 hubo un intento de establecer un modelo de integridad científica, cuando el gobierno impartió una lista de directrices proponiendo reformas al sistema de ciencia, tecnología e innovación, como una forma de expandir el derecho del público a monitorear las actividades de investigación científica, crear una nueva legislación y tornar más rigurosas las sanciones. Ese mismo año, el Ministerio de Educación caracterizó seis tipos de mala conducta pasibles de castigo en las universidades, tales como el plagio, la falsificación de datos científicos y la adulteración de currículos, en respuesta a escándalos como el que derivó en la renuncia de dos docentes de la Universidad Zhenjiang, He Haibo y Li Lianda, quienes les copiaron datos a otros investigadores en trabajos científicos. “China aún necesita leyes y regulaciones para prevenir y sancionar la mala conducta en la ciencia, así como estándares para detectar los fraudes”, dijo Yang Wei.
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