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Memoria

Conocimiento desde el fondo de la Tierra

La prospección de petróleo hizo su aporte a la creación de las primeras carreras de geología en Brasil

La creación de Petrobras por Getúlio Vargas (con la mano sucia de petróleo), en octubre de 1953, impulsó la prospección en Brasil

Alesp

Con el hallazgo del primer pozo petrolero brasileño en Salvador (Bahía), en 1939, el recientemente creado Consejo Nacional del Petróleo (CNP) se topó de lleno con la escasez de conocimientos geológicos y la carencia de mano de obra calificada para ejecutar las actividades de refinación y explotación del crudo. Ese problema perduró durante más de una década, hasta la creación de Petrobras, en 1953, que se encargó de capacitar a su propio plantel de trabajo, contribuyendo así a la creación de las primeras carreras de geología en Brasil y para que el país, años más tarde, se transformase en el mayor productor de petróleo de Latinoamérica y en uno de los 20 mayores del mundo, con una producción promedio de unos 2.560 barriles por día.

La búsqueda de petróleo en Brasil comenzó en la época del imperio, por medio de la creación de la Comisión Geológica del Imperio, en 1875. Al mando del geólogo canadiense-estadounidense Charles Frederick Hartt (1840-1878), la misma se encargó de trazar un mapa geológico del país, identificando en forma sistemática sus riquezas minerales. Con posterioridad, la Comisión Geográfica y Geológica de São Paulo, creada en 1886 y liderada por el estadounidense Orville Derby (1851-1915), elaboró cartas geológicas, geográficas y topográficas del estado y realizó prospecciones para la extracción de petróleo y apatita.

Archivo Frederico Waldemar Lange Un pozo en el interior del estado de Bahía en la década de 1960: la falta de mano de obra especializada dificultó la búsqueda de petróleoArchivo Frederico Waldemar Lange

Esa búsqueda se intensificó al final del siglo XIX, cuando el petróleo comenzó a ser visto como una fuente de energía potencial. En 1897, el país realizó el primer sondeo profundo en la región de Tatuí, en el interior del estado de São Paulo y tan sólo se hallaron aguas sulfurosas. En años posteriores se efectuaron otras perforaciones sin que pudiera hallarse ningún pozo con valor comercial. “El fracaso de las prospecciones se atribuía a la falta de geólogos y de conocimiento acerca de la estructura geológica del país”, explica la historiadora Drielli Peyerl, quien hizo doctorado y una pasantía de posdoctorado sobre esa temática en el Instituto de Geociencias de la Universidad de Campinas (IGe-Unicamp).

Peyerl analizó el rol del CNP y de Petrobras en la creación de las primeras carreras de geología en Brasil a partir del archivo del paleontólogo Frederico Waldemar Lange (1911-1988), con documentación sobre sus estudios en geología y paleontología, mapas geomorfológicos y políticos, informes internos de Petrobras, libros y artículos acerca de los avances en esas áreas a mediados del siglo XX en Brasil.

La Campaña de Formación de Geólogos, lanzada en 1957, estimuló la creación de carreras en diferentes regiones de Brasil

Las referencias sobre la existencia de petróleo en Brasil, por entonces era difusas, raras y polémicas. Eso hizo que se considerara al país como un territorio sin petróleo. En abril de 1938, Getúlio Vargas (1882-1954) intentó imprimirle nuevos bríos a la búsqueda de petróleo y creó el CNP, para ocuparse de regular el sector del petróleo y gas en Brasil. Sin embargo, su cuerpo técnico era insuficiente para lograr una expansión de la industria del petróleo en el país, una dificultad más evidente aún luego del hallazgo del primer pozo brasileño, en 1939. La demanda de geólogos también se intensificó en esa época a raíz de la fundación de la compañía Vale do Rio Doce, en 1942, dedicada a la explotación de recursos minerales del subsuelo brasileño. Frente a esa coyuntura, el gobierno contrató empresas y geólogos extranjeros especializados en geofísica.

Mano de obra local
En medio de debates nacionalistas, el CNP optó por invertir en la formación de sus propios profesionales. Ya para 1952, creó el Sector de Supervisión y Perfeccionamiento Técnico (SSAT), una de las principales iniciativas relacionadas con la enseñanza de la geología en Brasil. Con la creación de Petrobras, un año más tarde, ese sector se transformó en el Centro de  Perfeccionamiento e Investigación del Petróleo  (Cenap), que arrancó con un programa de capacitación de mano de obra específica.

Archivo Frederico Waldemar Lange El paleontólogo Frederico Lange trabajando en su laboratorioArchivo Frederico Waldemar Lange

“Hubo una confluencia política y un atraso tecnológico y económico que indujeron a Brasil a lanzarse a un esfuerzo de modernización que demandaba la intervención de geólogos, tal como ocurrió durante el gobierno de Juscelino Kubitschek [1956-1961]”, comenta el geólogo Emilio Barroso, del Instituto de Geociencias de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), quien analizó la historia de la creación de las primeras carreras de geología en Río. En su opinión, esos profesionales también fueron importantes para la construcción de usinas hidroeléctricas y la prospección minera para la producción de acero y aluminio.

La formación de geólogos en el Cenap comenzó en abril de 1957, en Salvador (Bahía), con el curso de introducción a la geología. En el mes de julio de ese mismo año Petrobras inauguró otra disciplina, la de geología del petróleo, en forma conjunta con la Universidad de Bahía, actualmente Universidad Federal de Bahía. Para que el resto de las universidades brasileñas pudiesen contar con programas de formación en geología como el que ofrecía Petrobras, el gobierno lanzó la Campaña de Formación de Geólogos (Cage), que promovió la creación de las cátedras de geología en las universidades de São Paulo, Ouro Preto, Rio Grande do Sul y Pernambuco.

Mario Assine/ Unesp El equipo de geólogos de la Unesp de Rio Claro analiza rocas en la Serra do Tonã, estado de Bahía: estudios científicos en la miraMario Assine/ Unesp

Frente a esa iniciativa, Petrobras reformuló su carrera transformándola en una especialización enfocada solamente en la geología del petróleo, que se ofrecía para perfeccionar las habilidades de los geólogos brasileños de acuerdo con sus demandas de trabajo e investigación. En 1968, con el hallazgo del primer pozo en aguas profundas, la empresa estatal comenzó a invertir en cursos para la prospección de petróleo en la plataforma continental. “Esas especializaciones se mantuvieron hasta la actualidad en la Universidad Petrobras”, pondera Drielli, autora del libro intitulado O petróleo no Brasil: Exploração, capacitação técnica e ensino de geociências (1864-1968), que publicó en junio de 2017 a partir de su tesis doctoral. La propuesta es que los profesionales reciban capacitación técnica y adquieran experiencia en la empresa y en la industria del petróleo antes de comenzar a desempeñar sus funciones.

Nuevos frentes
Para Drielli, el aporte de la empresa estatal para la capacitación de mano de obra calificada fue decisiva para que, años más tarde, Brasil lograra la autosuficiencia en petróleo, anhelada desde la década de 1940, convirtiéndose en uno de los principales exportadores a nivel mundial, aunque por razones técnicas y económicas el país necesite importar petróleo liviano para mezclarlo con el nacional, que es del tipo denso y más difícil de refinar. También se amplió el desarrollo de investigaciones relacionadas con toda la matriz geológica del país, cuyo impacto se expande no sólo hacia el sector del petróleo, gas y bienes minerales.

Los estudios actuales no se limitan tan sólo al presente, también se ocupan de la reconstitución del pasado de la Tierra, por medio del análisis de minerales, rocas y fósiles

“A partir de entonces, los geólogos también comenzaron a actuar en la construcción de carreteras y túneles, y en estudios sobre la contaminación y erosión de suelos y desastres naturales”, resalta Barroso. Desde mediados del siglo pasado hasta hoy, se produjo un cambio radical. Los datos más recientes de la Sociedad Brasileña de Geología (SBG) apuntan que hasta 2011 Brasil contaba con alrededor de 8 mil geólogos y geofísicos, que en su mayoría trabajaban en Petrobras (el 19,5%) y en Vale (un 2,5%). El resto se distribuía entre la Companhia de Pesquisa de Recursos Minerales, en el Departamento Nacional de Investigaciones Minerales y en empresas públicas y privadas de minería y consultoría ambiental. En las instituciones de investigación y enseñanza superior, también según datos de la SBG, se calcula que trabajan alrededor de 1.200 geólogos y geofísicos, repartidos por los 57 programas del área de geociencias disponibles en la actualidad en Brasil. Cada año, se gradúan en el país unos 300 nuevos geólogos.

Más allá de los aspectos que involucran la prospección y extracción de petróleo y minerales, los estudios que se han emprendido en el campo de la geología ya no se ocupan tan sólo del presente, sino también de la reconstrucción del pasado del planeta, ampliando los conocimientos al respecto de la composición, la estructura y la evolución de la Tierra a partir del análisis de sus minerales, rocas y fósiles. En simultáneo, los resultados de los estudios científicos mediante el monitoreo permanente de las dinámicas terrestres, en general, se transforman en estrategias de conservación y administración de los recursos hídricos, energéticos y minerales, de los suelos cultivables, y también se los utiliza para intentar paliar los desastres naturales.

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