Los narvales (Monodon monoceros) constituyen una especie de cetáceos odontocetos con un cuerpo de hasta 4 metros (m) de largo. Habitan en las aguas del Ártico y de Groenlandia y destacan por su largo cuerno helicoidal, que solo exhiben los machos y puede llegar a medir 3 m. Altamente inervado y hueco, ese cuerno es en realidad una prolongación del colmillo superior izquierdo. Biólogos de la Universidad del Estado de Arizona, en Estados Unidos, del Instituto de Recursos Naturales de Groenlandia y de la Universidad Federal de São Paulo (Unifesp) analizaron las dimensiones de los colmillos de 245 machos capturados en Groenlandia entre 1983 y 2018 y arribaron a la conclusión de que esa parte del cuerpo desempeñaría un rol en la selección sexual. “Los machos exhiben su colmillo a otros, posiblemente para evitar confrontaciones más agresivas”, dice Alexandre Palaoro, de la Unifesp, uno de los autores del estudio. Asimismo, es posible que las hembras se apareen con el macho con el cuerno de mayor tamaño (Biology Letters, 18 de marzo). Los colmillos quebrados, cicatrices en la testa y los cráneos rajados de los esqueletos sugerían que los machos utilizarían esas prolongaciones en sus disputas territoriales.
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