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contaminación

Del grifo al útero

Tecno_água e rata bDANIEL BUENOUna serie de estudios detectó en el agua potable de varias ciudades, siempre en dosis ínfimas, la presencia de sustancias que afectan el funcionamiento hormonal, a las que los expertos conocen con el nombre de interferentes endócrinos. Se trata de contaminantes cuyo origen son las actividades humanas y que no se eliminan en forma satisfactoria en las estaciones de tratamiento del agua. Durante su doctorado en el campus de Botucatu, de la Universidade Estadual Paulista (Unesp), la patóloga Marize Soloano fue más allá de la detección de esas sustancias en el agua. Soloano analizó el efecto de muestras de agua tomadas del grifo entre 2010 y 2012 en Campinas, en el interior paulista, sobre el desarrollo reproductivo de ratas. Pese a ser débiles, los efectos señalan una aceleración en el desarrollo de la pubertad, principalmente en el caso de las muestras recogidas en 2010. Bastaron tres días consumiendo el agua –donde se detectaron sustancias tales como cafeína, atrazina, estrona y otras– para que los investigadores notaran un incremento en el peso del útero y en el espesor del endometrio, indicadores de una respuesta estrogénica. Al cabo de una exposición más prolongada, por 20 días, las ratas presentaron alteraciones hormonales, sobre todo en los niveles de las hormonas foliculoestimulantes y luteinizantes (Endocrine Disruptors, mayo). Los efectos comprobados todavía son sutiles y tan sólo se registraron en roedores, pero podrían ser una señal de alerta para los seres humanos, especialmente cuando se tiene en cuenta el consumo prolongado del agua tratada a lo largo de toda la vida.

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