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Difusión

Del laboratorio a los medios

En California un programa transforma a científicos en periodistas de ciencia

ESTEVAN PELLITodos los años, unos diez jóvenes biólogos, astrofísicos o ingenieros abandonan sus tempranas profesiones de científicos para intentar aprender otra ocupación en Santa Cruz, una pequeña ciudad costera ubicada 120 kilómetros al sur de San Francisco, conocida como una de las capitales del surf y por ser sede de un campus de la Universidad de California. Allí se dedican durante un año al Science Communication Program, nombre formal de un programa de estudios que tiene como objetivo transformar a investigadores en periodistas especializados en la cobertura de temas científicos. Nuestro programa es para científicos que pretenden cambiar de profesión, explica Robert Irion, coordinador del mismo, del cual fue alumno en 1988. Acá casi todas las clases son prácticas, los alumnos hacen al menos dos pasantías en medios de comunicación y nadie defiende tesis académicas.

En casi 30 años de existencia, este programa ha capacitado a más de 250 ex científicos en las armas periodísticas y se ha granjeado la fama de ser uno de los mejores cursos prácticos en science writing de Estados Unidos, quizá el mejor junto a la carrera de periodismo científico de la New York University. Science writing es la expresión empleada en inglés para denominar al trabajo de los divulgadores de ciencia, ya sean periodistas al servicio de medios de comunicación de la prensa en general o especializada o profesionales que trabajan en la estructura de comunicación montada por universidades, museos e instituciones de investigación. En la página web del programa de Santa Cruz se le adjudica a la revista inglesa New Scientist una de las de mayor renombre en el área de divulgación de la ciencia, la afirmación de que el programa académico de California suministra la mejor capacitación de Estados Unidos para periodistas de ciencia.

A juzgar por la cantidad de gente egresada de Santa Cruz que la revista ha contratado como freelance o fijo, la frase no suena exagerada. Sólo para quedar en dos ejemplos, la actual editora y la reportera de asuntos espaciales de New Scientist, Maggie McKee y Rachel Courtland, ambas graduadas en física, son ex alumnas del programa. Tampoco faltan nombres provenientes del programa en el staff de medios importantes del área científica, tales como Nature, Science, Scientific American y Discover.

El abordaje del curso, que selecciona tan sólo a 10 aspirantes anualmente, no se asemeja en nada a las propuestas académicas de las tradicionales facultades de periodismo. Por cierto, ni siquiera existe una facultad de periodismo en la Universidad de California con sede en Santa Cruz, y el programa es una iniciativa totalmente independiente dentro de la estructura de la institución de educación superior. Para ser admitido como alumno, el postulante debe tener formación superior en algún área científica, de preferencia biología, física o ingeniería, y haber trabajado al menos seis meses como investigador. Somos los únicos de Estados Unidos que exigimos este tipo de requisito previo para seleccionar a los aspirantes, comenta Irion. Alrededor del 40% de nuestros alumnos tienen doctorado, el 70% son mujeres y la mayoría tiene poco menos de 30 años. También es necesario saber escribir bien para postularse a una plaza del programa, pero no en lenguaje periodístico. Al fin y al cabo, el objetivo final del programa es enseñar a hacer periodismo científico.

Clases prácticas
El programa empieza en septiembre y el año académico se divide en tres trimestres. El curso, que cuesta alrededor de 14 mil dólares para residentes en California, se apoya en dos pilares, ambos de carácter mucho más práctico que teórico: clases en la universidad durante dos mañanas, que totalizan ocho horas por semana, y las pasantías laborales en los medios de comunicación. Además de Irion, que estudió ciencias planetarias y de la tierra y actualmente es periodista de ciencia, las clases están a cargo de docentes invitados, todos profesionales de medios de comunicación del área de San Francisco.

Las asignaturas del curso les enseñan a los alumnos a producir reportajes para diferentes medios de comunicación (periódicos, revistas e internet) y a pautar, escribir y editar textos periodísticos de carácter distinto, tales como pequeñas notas informativas, artículos profundos sobre un tema, perfiles y ensayos. La práctica del periodismo investigativo y el dominio de la producción de pequeños videos y podcasts para internet también figuran entre los objetivos del programa. Para adquirir vivencia en una redacción periodística, los alumnos deben hacer por lo menos dos pasantías en tiempo parcial en medios asociados al programa, en general diarios, revistas, sitios o universidades con servicios de difusión de información de la región de San Franciso. Y en lugar de redactar una tesis final, tienen la obligación de hacer una tercera pasantía, más larga y en tiempo completo, en otro medio de comunicación. Esa pasantía es la puerta de entrada de muchos al mercado de trabajo, comenta Irion.

Precisamente eso fue lo que le sucedió a María José Viñas, una española de 33 años que detestaba su anterior profesión, la de veterinaria. Tan pronto como terminó el curso de periodismo científico de Santa Cruz, en 2008, fue a trabajar como coordinadora de información pública en American Geophysical Union (AGU). Los docentes del programa son excelentes y me ayudaron a elegir bien las pasantías, dice María. Y tuve suerte. Al final del curso solicité una pasantía de verano en AGU, pero me ofrecieron empleo directamente.

La inglesa Jane Palmer, la alumna de más edad que haya concluido el programa de Santa Cruz en 2010, de 42 años, dejó atrás su formación científica en ciencias de la cognición y el doctorado en biología molecular computacional para abrazar esta nueva profesión. Actualmente trabaja como pasante del sector de periodismo del Cooperative Institute for Research in Environmental Sciences (Cires), con sede en Boulder, Colorado. Y hace de todo un poco: produce press-releases, podcasts y pequeños videos, y escribe para la revista de la institución. El curso fue mi plataforma de lanzamiento en esta nueva profesión, dice Jane. Me encanta aprender, conversar con científicos y escribir. Creo que cuento con los ingredientes claves del periodismo, el resto puedo aprenderlo con el tiempo.

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