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ARTE

Diálogo con un pasado remoto

Una exposición reúne arqueología y artistas contemporáneos

Esculturas de piedra de tiempos antes de Cristo...

Karen KilimEsculturas de piedra de tiempos antes de Cristo…Karen Kilim

Pensar la producción contemporánea a partir de nuestro arte más ancestral: he allí el enigma que plantea la 34ª edición de Panorama del Arte Brasileño, en cartelera hasta 18 de diciembre en el Museo de Arte Moderno de São Paulo (MAM-SP). El núcleo central de esta exposición, intitulada Da pedra da terra daqui [De la piedra de la tierra de aquí], está constituido por un conjunto representativo de 60 esculturas realizadas en piedra pulida entre cuatro mil y mil años antes de Cristo, en la zona costera que corresponde actualmente al sur de Brasil y el norte de Uruguay. La mayoría de estas piezas corresponde a hallazgos en excavaciones realizadas en los sambaquíes, tal como se los denomina a los concheros o grandes acúmulos de conchas de múltiples usos (de residencias a monumentos funerarios), dispersos a lo largo de ese litoral. Para dialogar con la síntesis formal de las obras indígenas, se invitó a seis artistas contemporáneos: Cildo Meireles, Cao Guimarães, Miguel Rio Branco, Berna Reale, Erika Verzutti y Pitágoras Lopes.

“Para mí esta exposición habla del artista que observa su ambiente, ya sea hace seis mil años o en los días actuales”, explica la curadora Aracy Amaral, docente titular de Historia del Arte de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de São Paulo (FAU-USP). Hace más de veinte años que Amaral busca dotar de visibilidad a la cohesión, la belleza y la unidad estilística que caracterizan a las piezas arqueológicas ahora en exposición. El público interesado en arte en Brasil que conoce bien la obra del rumano Constantin Brancusi (1876-1957), por ejemplo, difícilmente haya tenido la posibilidad de ver de cerca esas esculturas de piedra pulida, que en su mayoría representan a animales (zoolitos) y que tanto evocan la elegancia de las formas del maestro modernista. “Lo fascinante es el enigma que rodea a esas piezas que resistieron a la depredación de los siglos”, dice Amaral. “Su presencia en lugares de túmulos indica igualmente la religiosidad que rodea a esos pueblos milenarios, desaparecidos siglos antes de la llegada de los europeos.”

...y obra de la artista contemporánea Berna Reale, de Pará: una reflexión sobre sobre los desafíos actuales

Rômulo Fialdini…y obra de la artista contemporánea Berna Reale, de Pará: una reflexión sobre sobre los desafíos actualesRômulo Fialdini

El interés de la historiadora en divulgar la colección de piedra se remonta a la década de 1980, cuando visitó casi todos los museos que albergan esas obras en sus colecciones. En 1981, en el texto intitulado “La escultura brasileña”, Amaral afirmó que la producción indígena en piedra “alcanza un elevado nivel de solución plástico-visual, al tiempo que está armoniosamente vinculada con el contexto local, por su inspiración y su material”. Desde el comienzo de los años 2000, cuando su deseo de reunirlas en una exposición se transformó en proyecto, la historiadora fue en busca de la asesoría del arqueólogo André Prous, docente de la Universidad Federal de Minas Gerais (UFMG) y autor del libro O Brasil antes dos brasileiros (Jorge Zahar Editor, 2007).

La decisión de invitar ‒entre los artistas contemporáneos‒ únicamente a un pequeño grupo, y sin la obligatoriedad de contemplar a artistas jóvenes, interrumpe la tendencia que había seguido Panorama del Arte Brasileño durante las últimas décadas, de congregar a un gran número de artistas alrededor de una tesis curatorial. Aracy Amaral y su curador adjunto, Paulo Miyada, seleccionaron a los participantes de manera intuitiva, pero también porque constituyen presencias fuertes en el escenario actual. Cada uno celebra de algún modo el rescate de un pasado lejano y las implicaciones estéticas de pensar críticamente la cultura nacional a partir de una base mucho más amplia que la de la acostumbrada cronología que comienza en el descubrimiento.

Vestigios de una cultura que fracasó en la obra de Miguel Rio Branco

Rômulo FialdiniVestigios de una cultura que fracasó en la obra de Miguel Rio BrancoRômulo Fialdini

Cao Guimarães, en un video-ensayo de 15 minutos, crea un tiempo dilatado y descubre, en una peregrinación por la zona donde existían los sambaquíes, en Santa Catarina, algo así como el eslabón perdido con las tradiciones y costumbres de los pueblos que crearon esos tesoros previos al arribo de los portugueses. Hoy, como ayer, existen personas que sobreviven de la pesca y separan moluscos de las valvas (conchas). En tanto, Berna Reale se refiere no al tiempo precedente, sino a los desafíos y las encrucijadas del mundo actual. Tanto en la instalación O tema da festa como en el video Habitus, la artista y perita penal de Belém (Pará) expone la naturalización de la violencia en la sociedad brasileña.

Pesimista, Miguel Rio Branco reconstruye una representación del mundo post humanidad, en la cual la naturaleza se apodera de los vestigios de una cultura que fracasó, representada por carcasas de televisores y restos de material retorcido. Erika Verzutti y Pitágoras Lopes aportan los trabajos que operan de manera más literal con el universo de los hombres que crearon los zoolitos.

La obra más osada y compleja de la exposición es la de Cildo Meireles. El artista concretó Elevar a estatura do Brasil, un proyecto ideado en 1969, al poner en la cima de Pico da Neblina, la montaña más alta del territorio nacional, una piedra extraída del fondo de la Tierra. Este proyecto requirió colaboraciones, sobre todo la del fotógrafo Edouard Fraipont, encargado de realizar la acción, y una intensa negociación con los indios yanomamis, que consideran que Pico da Neblina, o Yaripo (tal el nombre que ellos le dan), es un territorio sagrado.

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