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INTERNACIONALIZACIÓN 

Diálogo en Beijing

La FAPESP Week apunta ampliar la colaboración entre instituciones de São Paulo y de China

La entrada de la Universidad Peking: nuevas interacciones

Daniel Ng/ Wikimedia Commons La entrada de la Universidad Peking: nuevas interaccionesDaniel Ng/ Wikimedia Commons

Hace cuatro décadas, el universo de la ciencia se encontraba bastante más concentrado que hoy en día. En ese entonces, unos dos tercios de los 400 mil artículos indexados en la base de datos Thomson Reuters en 1973 estaban vinculados a los siete países más desarrollados del mundo: Estados Unidos, Alemania, Reino Unido, Japón, Francia, Italia y Canadá. Esa situación se ha modificado de manera radical. La producción científica en revistas indexadas creció hasta llegar a alrededor de 1.750.000 publicaciones en 2012, y los países del denominado G7 concentran menos de la mitad de la producción total. El crecimiento de la ciencia en China, responsable del 11% de los artículos publicados en la base Thomson Reuters, y de Brasil, con un 2% de la producción científica mundial, ayudó a impulsar esa transformación, si bien los científicos de ambos países, distantes en su geografía, cultura, idioma y también en cuanto a las estrategias de desarrollo científico y tecnológico, registran escasa interacción. El objetivo de la FAPESP Week Pekín consiste en lograr un acercamiento entre los científicos de instituciones del estado de São Paulo y los de China para establecer nuevas cooperaciones, en el marco del simposio organizado por la FAPESP que se desarrollará entre los días 15 y 18 de abril en el Yingjie Exchange Center, ubicado en el campus de la Universidad Peking (PKU), en Beijing.

Desde 2011, se han llevado a cabo ediciones de la FAPESP Week en el Reino Unido, Japón, España, Estados Unidos y Canadá. Dentro de esta serie de eventos, el simposio en China es el primero que ha contado con una misión previa para sondear temas estratégicos y conocer a los interlocutores. El físico Marcelo Knobel, docente de la Universidad de Campinas (Unicamp) y coordinador adjunto de colaboraciones en investigación de la FAPESP, y el periodista Carlos Eduardo Lins da Silva, consultor de comunicación de la Fundación, estuvieron en China, visitando laboratorios, universidades e instituciones de investigación en Beijing. “Como la interacción entre la ciencia brasileña y china es muy incipiente, fuimos a conversar en primera instancia con las principales instituciones de investigación del país y todas se mostraron bastante interesadas. Existe una cultura científica en China que necesitamos conocer mejor”, explica Knobel. La Universidad Peking aparece como colaboradora del evento, pero también participarán en el simposio científicos de otras universidades chinas.

La Universidad Peking es una de las principales instituciones de investigación de China. Forma parte de la C9 League, una alianza integrada por nueve universidades chinas que agrupan al 3% de los científicos pero acaparan el 10% de las inversiones en investigación. Esas instituciones, responsables del 20% de la producción académica del país, reciben alrededor del 30% de las citas de artículos científicos pertenecientes a investigadores chinos, un indicador de impacto y de prestigio. Esa alianza está integrada, además de la PKU, por las universidades Tsinghua, en Beijing; Fudan y Jiao Tong, en Shanghái; Zhejiang, en Hangzhou; Nanjing, en Nanjing; Xi’an Jiao Tong, en Xi’an; el Instituto de Tecnología Harbin, en Harbin; y la Universidad de Ciencia y Tecnología de China, vinculada con la Academia China de las Ciencias, en Hefei.

Según un informe publicado el año pasado por la Thomson Reuters acerca de la investigación en los denominados Brics (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), la producción científica de China despunta en campos tales como la ciencia de materiales (el 24,5% de la producción mundial en esa área entre 2007 y 2011), química (20,2%), física (17,9%), matemática (15,7%) e ingenierías (14,8%), mientras que el fuerte de Brasil son las ciencias agrarias (el 8,8% de la producción mundial en el área), zoología y botánica (6,6%), farmacología y toxicología (3,7%), microbiología (3,3%) y ambiente y ecología (3%).

Uno de los edificios del campus de la Universidad Peking

Jucember/ Wikimedia CommonsUno de los edificios del campus de la Universidad PekingJucember/ Wikimedia Commons

Seis temas
Las áreas en las que ambos países destacan y en la que se podría estrechar su colaboración marcarán el rumbo para definir los seis grandes temas que se abordarán en el simposio, donde en cada uno de ellos, investigadores de nivel internacional de China y de Brasil mostrarán lo que están haciendo y discutirán oportunidades para colaborar. El primer día del evento ‒el 16 de abril‒ habrá, además de una ceremonia de apertura con autoridades e investigadores de ambos países, una sesión de debates sobre oportunidades de colaboración en investigaciones y una conferencia sobre ciencia de materiales y nanotecnología, a las que asistirán investigadores de la Unicamp, del Laboratorio Nacional de Nanotecnología y de la Universidad Tsinghua. El día 17, las sesiones abordarán dos temas: ciencias ambientales y energías renovables, con expertos de la Universidad de São Paulo (USP), de la Unicamp, de la Universidade Estadual Paulista (Unesp), del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (Inpe) y de instituciones locales tales como la Academia China de Silvicultura. El día 18 se llevará a cabo una sesión sobre ciencias agrarias, con científicos de la USP, de la Universidad Peking y de la Academia China de Ciencias Agrarias, y otra sobre ciencias médicas, con representantes de la Universidad Fudan, de la Universidad China de Hong Kong, de la Unicamp y de la USP, entre otros.

La exposición Brazilian Nature – Mystery and Destiny, con paneles sobre la diversidad brasileña, estará en cartelera en una de las bibliotecas de la Universidad de Pekín. La muestra, que ya fue presentada en Alemania y otros países que albergaron ediciones anteriores de la FAPESP Week, presenta el trabajo de documentación realizado por Carl Friedrich Philipp von Martius (1794-1868), compilado en la obra Flora brasiliensis. La exposición presenta también una comparación de las imágenes producidas en el siglo XIX con fotografías actuales de plantas y biomas.

El ascenso económico y geopolítico de China la ha transformado en una potencia científica. Al comienzo de los años 1980, la producción científica china registraba un tamaño equivalente a la de la brasileña, en tanto que ahora es casi seis veces superior. “Hay un potencial enorme para las colaboraciones y resulta importantísimo que establezcamos relaciones más fuertes con la ciencia china”, afirma Knobel. “El fortalecimiento de la cooperación es estratégico para São Paulo y para el país”.

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