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Buenas prácticas

Dos plagios y un autoplagio

A los investigadores Hossein Jafarzadeh y Karen Abrinia, del área de ingeniería mecánica de la Universidad de Teherán, en Irán, les retractaron tres artículos en los últimos meses. En los dos primeros casos, hubo evidencias de plagio, ambos relacionados con artículos divulgados en 2014: ellos copiaron datos e imágenes de trabajos publicados por un grupo de China, en 2013, y de colegas de su propio país, en 2011. En tanto, en el tercer caso, la publicación Journal of Mechanical Science and Technology consideró que los dos investigadores cometieron un autoplagio en un artículo que publicaron en 2015. El rasgo curioso fue el origen de los datos que copiaron: reprodujeron justamente tramos e imágenes de los dos artículos de 2014 anulados por plagio.

“Si fueras a plagiar tu propio trabajo científico, evita utilizar papers que ya plagiaron investigaciones de otros”, ironizó el sitio web Retraction Watch, al informar sobre el caso. Al ser consultado por ese portal, Abrinia justificó el plagio argumentando que las imágenes y los datos repetidos le fueron provistos por una empresa de fotomicroscopía contratada para elaborar material original y que ignoraba que se tratase de información de segunda mano. Pero no quiso decir nada al respecto del caso de autoplagio.

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