No cabe duda de que el planeta se está calentando cada vez más. Entre enero y marzo de 2016, la temperatura media de la atmósfera terrestre se mantuvo al menos 1,5 grados Celsius (ºC) por encima del valor adoptado como referencia para el período preindustrial, que abarca la segunda mitad del siglo XIX, época en que se registraron los primeros datos referentes a las temperaturas globales sobre la superficie de la Tierra. Los registros de hace ocho años fueron los primeros del Servicio de Cambio Climático Copernicus [C3S], de la Unión Europea, en señalar un incremento de este calibre durante un intervalo de tiempo significativo. En los dos primeros meses de 2020, el límite de 1,5 ºC volvió ser superado.
La situación se ha agravado aún más desde mediados del año pasado. Entre julio de 2023 y junio de 2024, cada vez que el servicio europeo calculó el valor promedio del calentamiento global en un mes, llegó a una cifra igual o superior a 1,5 ºC. Tan solo para el mes de julio pasado el resultado fue ligeramente menor: un aumento de 1,48 ºC. “La serie de meses con temperaturas récord ha llegado a su fin, pero apenas por un pelo. En términos globales, julio de 2024 ha sido casi tan caliente como julio de 2023, el mes más cálido de la historia. Los dos días más calurosos que alguna vez se hayan registrado fueron en julio de 2024”, dijo en un comunicado a la prensa la climatóloga británica Samantha Burgess, directora adjunta de Copernicus. “El contexto no se ha modificado. Nuestro clima sigue calentándose”.
– La inyección de partículas en la atmósfera podría disminuir temporalmente el calentamiento global
– El calentamiento global incrementó en un 40 % la sequía y el calor durante los incendios del mes de junio en el Pantanal
– Bacterias presentes en los troncos de los árboles de la Amazonia poseen la capacidad de absorber metano
Los datos de otros servicios mundiales que también realizan un seguimiento del nivel de calentamiento global, como el de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (Noaa), de Estados Unidos, apuntan la misma tendencia. En la práctica, hace al menos un año que el mundo vive un régimen climático extremadamente cálido, sin precedentes en la historia reciente. Aunque indeseable, este hito de 1,5 ºC se considera el máximo calentamiento que el mundo podría soportar sin sufrir demasiadas consecuencias catastróficas, todavía dentro de un margen de adaptación aceptable. Esta quizá sea una perspectiva optimista en vista de las sequías y lluvias extremas que han asolado distintas regiones del planeta en los últimos años, Brasil inclusive (con las sequías e incendios que soportaron la Amazonia y el Pantanal, y las tormentas en el sur del país).
En 2015, el Acuerdo de París sobre el Clima estableció como meta limitar el calentamiento global a un máximo de 2 ºC, preferiblemente 1,5 ºC, durante las décadas siguientes, mediante una reducción drástica de las emisiones de gases de efecto invernadero. ¿Los registros de temperaturas extremadamente altas significan que este objetivo se ha tornado inviable? Formalmente, no es posible afirmarlo. “El acuerdo no especifica concretamente cómo calcular el calentamiento global”, dice la matemática Thelma Krug, quien fue vicepresidenta del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU entre 2015 y 2023. “Aunque el límite de 1,5 ºC ya se haya superado en algunas ocasiones, esto no significa que refleje un aumento a largo plazo”. En la mayoría de los documentos y estudios recientes, el valor más actualizado que se cita para el calentamiento global en comparación con el período de referencia preindustrial es de 1,2 ºC. Para Krug, lo ideal sería que los acuerdos climáticos adoptasen una media de al menos 10 años, o tal vez 20, para calcular el nivel de calentamiento global, siguiendo la misma línea de lo que se hace en el IPCC.
