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Energia

El etanol brasileño podría servir para reducir en un 5% las emisiones de dióxido de carbono

El modelo sugiere que el cultivo de la caña de azúcar podría crecer sin por ello afectar áreas de preservación ambiental u otros cultivos agrícolas

Léo Ramos Chaves

La superficie de cultivo de la caña de azúcar podría expandirse significativamente en Brasil para una mayor producción de etanol, contribuyendo así a una reducción del 5,6% de las emisiones mundiales de dióxido de carbono (CO2) hasta 2045, sin afectar las áreas de conservación ambiental o los cultivos agrícolas destinados a la alimentación humana (Nature Climate Change, 23 de octubre). Esto sería posible si el país invirtiera en el desarrollo de variedades de caña resistentes a la sequía y en nuevos procesos para la obtención de etanol de segunda generación. Ésta es la conclusión a la que arribó un grupo internacional de científicos, entre los cuales figura el biólogo brasileño Marcos Buckeridge, del Instituto de Biociencias de la Universidad de São Paulo (IB-USP). Ellos idearon un modelo informático capaz de proyectar el comportamiento del crecimiento de la caña en diversos escenarios de cambios climáticos, considerando factores asociados a la capacidad de las plantas para realizar la fotosíntesis y prosperar, y a las características del suelo de cada región del país. El modelo también tiene en cuenta datos acerca de aquellas tierras que no pueden utilizarse para el cultivo de la caña y la producción de los principales cultivos alimenticios en Brasil. Se estima que 116 millones de hectáreas del país podrían convertirse para la producción de caña de azúcar, sobre todo en las regiones sur y sudeste. Muchas de esas áreas no son aprovechadas o se encuentran subexplotadas. La ganadería extensiva, por ejemplo, que se basa en la cría de ganado en libertad, ocupa grandes superficies que podrían utilizarse para plantar caña de azúcar. También existen, según los autores del estudio, algunas regiones forestales que no están contempladas bajo protección ambiental y que podrían legalmente transformarse en áreas para la producción del biocombustible.

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