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Emprendedorismo

El futuro es ahora

Las junior empresas brasileñas facturaron 8,5 millones de reales con más de 2 mil proyectos

Representantes de Poli Júnior (esq.) ‒que cuenta con 90 estudiantes universitarios de las 19 áreas de ingeniería de la Escuela Politécnica de la USP‒ y de EJFGV, con 60 alumnos, la mayoría pertenecientes a la carrera de administración de la FGV

Eduardo Cesar Representantes de Poli Júnior, que cuenta con 90 estudiantes universitarios de las 19 áreas de ingeniería de la Escuela Politécnica de la USP.Eduardo Cesar

Estudiantes universitarios con edades promedio de 20 años logran transformar la teoría que aprenden en las aulas en una práctica anticipada de lo que sucede en el mercado de trabajo, al convertirse en miembros de junior empresas. “El hecho de poder vivir una experiencia profesional siendo muy jóvenes nos permite contar con una visión sistémica del funcionamiento del mercado de trabajo y prepararnos para lo que afrontaremos más adelante”, dice Eduardo Amorim, quien a los 22 años es vicepresidente de la Federación de Junior Empresas del Estado de São Paulo (Fejesp), y alumno de cuarto año de la Escuela de Ingeniería de São Carlos de la Universidad de São Paulo (USP). El movimiento de junior empresas, que surgió en Francia en 1967 y llegó a Brasil en 1988, cuenta año a año cada vez con más adeptos.

En 2004 existían en el país 119 junior empresas y 1.417 junior empresarios. En 2011, de acuerdo con datos del Censo e Identidad 2012 de Brasil Júnior –la confederación que representa a 14 federaciones de los estados brasileños del sector–, la cantidad de firmas trepó a 359, y la de empresarios que completaron el cuestionario fue de 4.444; pero el directorio estima que esa cantidad superaría actualmente los 8 mil. Con 2.185 proyectos realizados, las junior empresas tuvieron una facturación que asciende a los 8,5 millones de reales. “Las federaciones de São Paulo y Minas Gerais son las más fuertes dentro del movimiento”, dice Daniel Daibert Rocha, asesor de información de Brasil Júnior. Creada en 1990, la Fejesp es la más antigua de las federaciones brasileñas. Actualmente congrega a 37 junior empresas, también conocidas en Brasil como EJs, vinculadas a 13 universidades –cinco públicas y ocho privadas– que abarcan a alrededor de 93 carreras de grado y cuentan con unos 1.400 miembros. En la Federación de Junior Empresas de Minas Gerais (Fejemg), creada en 1995, se agrupan actualmente 49 empresas y alrededor de 1.500 empresarios. Dichas empresas representan a 14 instituciones educativas, 10 de ellas públicas y 4 privadas.

La junior empresa de la Fundación Getúlio Vargas de São Paulo (EJFGV) y Poli Júnior, dependiente de la Escuela Politécnica de la USP, iniciaron el movimiento EJs en Brasil. Con un mes de diferencia, ambas instituciones crearon sus respectivas empresas, una en 1988 y otra en 1989, y coleccionaron casos exitosos durante todos estos años de actividad. Desde EJFGV se hace mención a dos ejemplos de proyectos concluidos el año pasado. Uno de ellos es el rediseño de la red logística de un centro de distribución de una gran compañía del sector alimenticio de São Paulo, cuyo nombre no puede divulgarse por cuestiones de secreto empresarial. “El modelo elaborado se enfocó en la disminución del costo logístico de las entregas realizadas en ciudades del interior del estado de São Paulo, del sur de Minas Gerais y del norte de Paraná”, dice Ricardo Takaki, de 20 años, director institucional de EJFGV y alumno del cuarto semestre de la carrera de administración de empresas.

Con base en el banco de datos y en información referente a la malla logística, que abarca a 444 ciudades atendidas, se efectuaron modelados de diversos escenarios para, una vez refinados, arribar a las mejores propuestas referentes a la demanda planteada. “Nuestro estudio y la solución propuesta fueron tan bien recibidos por el cliente que el equipo autor del proyecto recibió una oferta de trabajo para implementarlo”. Otro proyecto que tuvo un buen resultado final, con la aprobación del cliente, es el de un establecimiento educativo, también de São Paulo, que requería una valuación de su marca para atraer inversores. “Fue nuestro primer proyecto de brand valuation, que es la cuantificación del valor de la marca”, dice Takaki.

Representantes de EJFGV, con 60 alumnos, la mayoría pertenecientes a la carrera de administración de la FGV

Eduardo Cesar Representantes de EJFGV, con 60 alumnos, la mayoría pertenecientes a la carrera de administración de la FGVEduardo Cesar

Entre los casos exitosos de Poli Júnior se encuentra modificación del diseño del galpón de existencias y distribución de productos de Mazzaferro, fabricante de productos para la pesca de la localidad de Diadema, cerca de la capital paulista, realizada por alumnos de ingeniería de producción con la ayuda de un profesor del área. “El rediseño de la fábrica y del proceso productivo redundó en un ahorro de un millón de reales por mes”, dice Pedro Martinez, de 20 años, director presidente de Poli Júnior y alumno de tercer año de ingeniería de la computación.

Otro proyecto que culminó recientemente –una demanda de la Fundación para el Desarrollo Tecnológico de la Ingeniería (FDTE)– es el de una grapadora quirúrgica utilizada en operaciones gastrointestinales, que pasará ahora por la etapa de pruebas. La propuesta apunta a que el nuevo producto reemplace al aparato descartable utilizado actualmente, importado desde Estados Unidos con un alto costo. “Hicimos el diseño de todo el dispositivo”, dice Martinez. Poli Jr. también actualizó los planos de todas sus edificaciones del campus situado en el barrio paulistano de Butantã, a pedido del Departamento de Servicios Generales de la Escuela Politécnica. “Sumamos nuevos elementos en lo que hace a aberturas, y además corregimos el formato de algunas escaleras”, informa. En total se evaluaron 15 construcciones con 2.351 ambientes, lo que abarcó un área total de 105 mil metros cuadrados.

EJFGV está constituida por estudiantes de las carreras de administración, economía y derecho. “Como los alumnos pueden convertirse en miembros a partir del primer semestre, nuestro enfoque en la selección recae más bien sobre el perfil de los aspirantes y no en sus conocimientos técnicos”, dice Takaki. Al igual que otras EJs, la de la FGV cuenta con un servicio de consultoría de recursos humanos que ayuda en el proceso de selección de sus miembros. Antes de participar en los proyectos, los seleccionados pasan por proceso de capacitación. “Una vez aprobados, pasan a contar con un plan de carrera, que comprende varias etapas de preparación hasta que se convierten en consultores.”

Miembros de Mecatron, integrada por 25 alumnos de la carrera de control y automatización de la facultad de Ingeniería Mecánica de la Unicamp

Mecatron Miembros de Mecatron, integrada por 25 alumnos de la carrera de control y automatización de la facultad de Ingeniería Mecánica de la UnicampMecatron

Actualmente, 60 alumnos que cursan del primero al sexto semestre de sus carreras forman parte de EJFGV, la mayoría de ellos de administración. Desde su fundación, la empresa ha elaborado más de 300 proyectos de consultoría. “Todos los proyectos cuentan con el apoyo de al menos un docente de la facultad, pero normalmente contamos con el respaldo de dos o tres profesores”, dice Takaki. EJFGV mantiene convenios con las consultoras Bain & Company, de administración, MBA Empresarial, de recursos humanos, y Mandalah, cuyo enfoque es la innovación con sostenibilidad. “Nuestros proyectos se pautan en la sostenibilidad, y apuntan a un incremento de la rentabilidad, pero con un filtro ambiental y social”, dice Takaki.

En Poli Júnior, constituida por un equipo de 90 universitarios de las 19 áreas de ingeniería de la Escuela Politécnica de la USP, el proyecto de selección se lleva a cabo dos veces al año. “Nuestra empresa está compuesta principalmente por alumnos de primero y segundo año, pero hay también algunos del tercero y del cuarto”, dice Martinez. El período de capacitación para un aprendiz se extiende entre dos y tres meses, al cabo del cual se lo designa como analista y empieza a participar en proyectos y eventos. De analista ascenderá a gerente júnior, cuando gestionará un grupo de analistas, o especialista júnior, trabajando en proyectos de investigación y desarrollo en la empresa. La próxima etapa de la escala es su ascenso a sénior, encargado del seguimiento de los júniores. Una vez cumplidas todas estas fases, puede aspirar a un cargo electivo en el directorio.

“Como no podemos tener a todos los politécnicos como miembros, hacemos eventos: una semana de charlas y cursos direccionados a alumnos de primero y segundo año, para mostrarles las posibilidades de trabajo en el futuro, por ejemplo”, dice Martinez. También contamos con un workshop de reclutamiento para tercero, cuarto y quinto año, con la presencia de empresas tales como Itaú, Odebrecht, Shell y otras de gran porte y con la participación de alrededor de 6 mil personas. Como son asociaciones civiles sin fines de lucro, toda la facturación de las EJs se destina a gastos de mantenimiento de la infraestructura y la capacitación de sus miembros mediante cursos, participación en eventos y conferencias.

infoCon 10 años de actuación en el mercado, Mecatron –integrada por 25 alumnos de la carrera de control y automatización de la Facultad de Ingeniería Mecánica de la Universidad de Campinas (Unicamp)– realiza proyectos en el área de control y automatización para diversos laboratorios e institutos de dicha universidad y también para micro y pequeñas empresas de la zona de Campinas. “Todos los miembros participan en todas las etapas de los proyectos, lo que comprende desde la administración y el marketing hasta el soporte al cliente”, dice Guilherme Plazza, de 20 años, director de marketing de Mecatron y alumno de segundo año de la mencionada facultad. Actualmente, la empresa lleva adelante alrededor de 20 proyectos. En los casos que requieren conocimientos específicos, alumnos de otras carreras de ingeniería de la Unicamp, tales como la de computación, también brindan sus aportes.

Entre los proyectos desarrollados recientemente por Mecatron, algunos adquieren mayor relevancia, como en el caso del de un aparato desarrollado para una doctoranda del Instituto de Química que controla automáticamente las válvulas empleadas en un experimento de purificación de sustancias químicas. “Se registró un aumento del 30% en la cantidad de sustancia purificada y de un 1% en la pureza del producto de la reacción, además de una disminución de seis horas de trabajo diarias”, informa Plazza. La empresa también desarrolló un sistema de control de temperatura para una sala donde se encuentra alojada una gran colección de insectos perteneciente a un profesor del Instituto de Biología. “Ese sistema avisa vía teléfono móvil, por mensaje SMS, cuando se detecta una variación anormal de temperatura.”

Microempresas de la zona también han consultado a Mecatron. Una lavandería, por ejemplo, solicitó la automatización de sus máquinas. “Para una refinería de Petrobras, desarrollamos un software que muestra en la pantalla de la computadora la marcha del proceso de producción”, informa Plazza, quien desde el primer semestre de la carrera se convirtió en miembro de la junior empresa de la Unicamp. “Cuando ingresé, mi idea apuntaba a conocer cómo funciona y cómo se organiza una empresa, y entender mejor el mercado de trabajo, para ser un profesional mejor en el futuro”, comenta. Plazza considera que superó con creces sus expectativas iniciales: “mi visión de mundo se expandió, y a partir del contacto con los clientes y con otras personas aprendí a relacionarme mejor y a trabajar en equipo”. Victor Stefanelli, quien hasta junio de este año ocupaba el cargo de vicepresidente de Ayra Consultoria, del área de gestión de negocios de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), comparte la opinión de Plazza. “Fue la experiencia más congregante que viví desde que ingresé en la universidad”, dice Stefanelli, de 20 años, alumno del sexto semestre de la facultad de Economía de la UFRJ. “Aprendí a trabajar con gente con distintos perfiles, con plazos cortos, metas audaces y recursos limitados. Fue un reto diario.”

Mecatron fue reconocida como una de las cuatro mejores EJs de todo el país en el marco del Programa de Excelencia en Gestión de Brasil Júnior en julio de este año, con la regla de evaluación de 500 puntos. Y fue elegida también como la mejor organización sin fines lucrativos del estado de São Paulo, dentro del nivel I del premio de calidad edición 2013, concedido por el Instituto Paulista de Excelencia de Gestión (Ipeg).

infoPJ Consultoria e Assessoria, formada por alumnos de las carreras de ingeniería de producción e ingeniería mecánica de la Universidad Federal de Minas Gerais (UFMG), es otra de las cuatro premiadas en la regla de evaluación de 500 puntos de Brasil Júnior este año. “El premio comprueba tanto la calidad de la prestación de servicios como la gestión interna”, dice Arllen Jorge, de 21 años, director de operaciones de esta junior empresa. Más allá de éstas dos, se premió también a Ayra Consultoria y a FCAP Jr. Consultoria, de la facultad de Ciencias de la Administración de Pernambuco.

Creada en 1995, PJ cuenta en la actualidad 60 miembros. “El proceso de selección es íntegramente planificado y ejecutado por nuestro departamento de recursos humanos”, dice Jorge. La mayoría de los proyectos cuentan entre sus clientes a micro y pequeños empresarios de Belo Horizonte y la región metropolitana de la ciudad. “A septiembre de este año estamos con 20 proyectos, mientras que durante todo el año pasado tuvimos 23”, informa Jorge, alumno del sexto semestre de ingeniería de producción. El año pasado, la junior empresa de la UFMG facturó 115 mil reales. “Este año nuestra meta es llegar a los 140 mil”. El proceso selectivo se encuentra abierto a estudiantes de todos los semestres de la universidad. Pero la gran mayoría de los miembros de EJ cursa entre el segundo y el cuarto semestre. La empresa cuenta con 10 socios, entre ellos Bain & Company, Amcham Brasil ‒ Cámara Americana de Comercio, y la Federación Industrial del Estado de Minas Gerais (Fiemg).

Entre los casos exitosos se encuentran la implantación de un sistema de gestión de calidad en una compañía del sector de la construcción civil de Belo Horizonte, que resultó en un aumento de 200% en la cantidad de obras ejecutadas. Luego de ese proyecto, PJ Consultoria recibió en tan sólo seis meses una demanda de otros cuatro proyectos para la implementación de sistemas análogos. Otra demanda considerada exitosa consiste en la gestión de procesos y la planificación del diseño del galpón de PMC, una microempresa de producción de pavimentos intertrabados de hormigón de la localidad de Nova Lima (Minas Gerais), creada a finales de 2011. Al cabo de 12 meses, los socios decidieron contratar a PJ para mapear los procesos productivos y trabajar en el proyecto fabril que recibiría una segunda línea de producción de pisos.

Poli Júnior, Mecatron y PJ Consultoria constituyen una muestra de la composición de las EJs. “Las ingenierías responden por el 30,08% del área de actuación en el país”, dice Rocha, de Brasil Júnior. Pero las ciencias sociales aplicadas, que abarcan consultorías de carreras tales como administración, arquitectura y urbanismo, ciencias contables, comunicación social, derecho y economía, también se encuentran bien representadas, con un 23,12%. En el estado de São Paulo, alrededor del 70% está conformado por alumnos de ciencias exactas. El otro 30% corresponde a alumnos de química, farmacia, relaciones internacionales y derecho. Sólo en 2012, las empresas afiliadas a la Fejesp fueron responsables por más de 380 proyectos comerciales y tuvieron una facturación de alrededor de 4,4 millones de reales. “Esto significa que, incluso representando a alrededor del 10% de las EJs de todo Brasil, respondemos por más del 50% de la facturación”, dice Amorim, de la Fejesp, junior empresario desde 2011.

En la Federación de Minas Gerais la situación es bastante similar. “También aquí, más del 70% de los alumnos proviene de las carreras de ingeniería y administración”, dice Ryoichi Penna, director presidente de la Fejemg. Los otros están vinculados a las carreras de comunicación, economía, contabilidad, farmacia, psicología y tecnología de la información. Penna, que está terminando la carrera de administración en la Universidad de Juiz de Fora, ingresó en la junior empresa de la universidad en enero de 2010, y allí permaneció durante dos años. “Salí para poder coordinar la conferencia mundial de EJs realizada en Brasil el año pasado y después me postulé a la presidencia de la federación de Minas Gerais”, comenta. La conferencia mundial se realiza cada dos años. La del año pasado, cuya sede fue la localidad de Paraty, en el estado de Río de Janeiro, reunió a 2.100 personas provenientes de 15 países. “Y ayudó a crear en Estados Unidos la primera junior empresa, en la Universidad de Illinois”, dice Penna. Sucede que un docente de la universidad estuvo presente en la conferencia y se entusiasmó con lo que vio. La próxima se realizará en Ginebra, Suiza, en 2014.

“El movimiento de junior empresas, además de en Europa, es muy fuerte en Brasil”, dice Penna. “Acá hemos logrado plasmar una movilización muy grande de empresas en los eventos.” Prueba de ello son los encuentros nacionales, que se realizan anualmente y que reúnen a alrededor de 1.700 personas en cada evento. Este año, el encuentro se realizó en Porto Alegre, en tanto que el próximo será en Aracruz, en el estado de Espírito Santo. “Tenemos también por delante un trabajo de acercamiento a la confederación europea, con sede en Bruselas”, comenta. Semestralmente, Brasil Júnior envía allí a dos o tres integrantes. En Europa, las confederaciones más activas son, además de la francesa, las de Alemania, Holanda, España, Portugal, Italia y Rumania.

Además de encargarse de llevar adelante acciones de integración para fortalecer el movimiento a nivel nacional, las federaciones se responsabilizan por la reglamentación de las junior empresas. “Hoy en día contamos en Brasil con el sello EJ, que se entrega anualmente”, dice Penna. Para recibirlo, las empresas pasan por una auditoría. Las federaciones pretenden que dicho sello sea reglamentado por un proyecto de ley, que se encuentra en trámite en el Senado.

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