Un equipo internacional que incluye investigadores de Río de Janeiro, de Río Grande do Sul y de Pernambuco completó el seguimiento del material genético de diez especies de drosófila, la mosca de la fruta, insecto usado como modelo en la mayor parte de los laboratorios de biología. Luego el grupo comparó esos datos con las secuencias ya publicadas de otras dos especies –la Drosophila melanogaster, estrella de los laboratorios, y la Drosophila pseudoobscura (Nature). Esas 12 especies se destacan por la diversidad ecológica: ocupan áreas frías o calientes y altas o bajas del planeta. También viven tanto en bosques como en ciudades. Por eso, los investigadores creen que comparar los genes relacionados a funciones como reproducción, resistencia a sustancias tóxicas y sistema inmunológico traerá grandes avances para comprender como la naturaleza reguló esos procesos biológicos a lo largo de la evolución.
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