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Buenas prácticas

El límite entre el error y la deshonestidad

009_BoasPraticas_229DANIEL BUENOUna sospecha de mala conducta científica, que desde 2011 repercute en la comunidad académica de Dinamarca, experimentó un giro en el mes de febrero, cuando la Justicia de ese país absolvió a la fisióloga Bente Klarlund Pedersen, investigadora de la Universidad de Copenhague, de la acusación de conducta deshonesta. El organismo gubernamental que investiga fraudes científicos, que lleva el nombre de Danish Committees on Scientific Dishonesty (DCSD), fue condenado a pagar 61 mil dólares de costas del juicio. En 2013, dicho órgano arribó a la conclusión de que Bente había obrado “de manera negligente”, lo cual caracterizaba “deshonestidad científica”, al reutilizar datos de experimentos en diversos artículos y fallar en detectar manipulaciones de imágenes en microscopía cometidas por una investigadora que ella dirigiera. Sin embargo, la Alta Corte del Este de Dinamarca consideró que la investigadora no había obrado en forma deshonesta.

El caso derivó en la retractación de tres artículos publicados por el grupo de Bente, y a la publicación de una corrección en un cuarto artículo. Se comprobó que la científica reutilizó resultados de biopsias musculares en varios papers, sin indicar que dicha información no era inédita, y mezcló los resultados de dos grupos que participaban en ensayos clínicos con protocolos distintos. Bente también había sido acusada de negligencia debido a una manipulación de imágenes a cargo de su dirigida Milena Penkowa, el escándalo que dio inicio a la investigación. Penkowa dejó la Universidad de Copenhague en 2010. La acusación llevó a Bente a dejar la función de editora de dos revistas científicas y de consejera de una institución de investigación biomédica. Y a admitir problemas en algunos artículos; pero siempre argumentó que no obró de mala fe y que el recurso de reutilizar los resultados de biopsias musculares constituye una práctica considerada normal entre sus pares.

Los estudios de Bente abordan los efectos de los ejercicios sobre la fisiología de los músculos, y apunta a la búsqueda de mecanismos capaces de acelerar la recuperación muscular. A menudo recibía consultas de la prensa danesa en reportajes sobre los beneficios de los ejercicios físicos.

El abogado de la investigadora, Eigil Lego Andersen, declaró a la revista Nature que la decisión judicial “envía un mensaje fuerte” a la DCSD, al mostrar que no todos los errores o las imperfecciones de una investigación pueden caratularse como deshonestidades. “Deben definir más precisamente qué es o qué no es deshonestidad”, afirma. Henrik Gunst Andersen, quien presidió la DCSD durante la investigación del caso, dijo que el gobierno danés está trabajando para reformular los reglamentos de la agencia y que cree que la decisión de la Justicia sobre este caso será contemplada en tal revisión.

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