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Elisabeth Tölke/ Unicamp
La glándula del aroma (indicada con la flecha azul) de la flor del mango vista con la ayuda de una lupa (en la parte superior) y en el microscopio electrónico (arriba)Elisabeth Tölke/ UnicampLas flores de las casi 800 especies de plantas de la familia de las anacardiáceas, comunes en las regiones tropicales, producen el néctar que les sirve de recompensa a los polinizadores. Sin embargo, algunas, rarísimas, liberan olores que pueden funcionar como pistas acerca de dónde está el néctar. Los botánicos Elisabeth Tölke y Sandra Guerreiro, de la Universidad de Campinas, y Diego Demarco, de la Universidad de São Paulo, ya habían notado que las flores del anacardo, del mango y del cajuizinho-do campo (Anacardium humile) liberan un perfume dulzón. Ahora, mediante técnicas de microscopía, vieron que, en las flores del cajuizinho y del mango, las glándulas del olor se encuentran en la base interna de los pétalos. La primera produce 39 compuestos volátiles y la segunda, 21 (ABO Plants, diciembre de 2018).
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