DANIEL BUENOLa participación de científicos en la elaboración de políticas sobre temas tales como cambios climáticos y biodiversidad todavía se encuentra restringida a la oferta de información técnica y no contempla el monitoreo del impacto de las decisiones adoptadas por los gobiernos. Ésta es una de las conclusiones de un informe que publicó la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en el cual se analizó el papel de los investigadores en el proceso de asesoría científica. Según el documento, los organismos consultivos, como por ejemplo el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), consideran generalmente que su función culmina cuando las recomendaciones llegan a los interesados. El analista coordinador de la OCDE, le manifestó al sitio SciDev.net, que los organismos deberían ser más activos. “Es importante analizar si la información surtió un efecto concreto”, dijo. El reporte recomienda que los científicos y demás responsables de las políticas públicas tengan en cuenta las dudas inherentes a toda investigación y eviten realizar declaraciones categóricas. “Las opiniones científicas pueden cuestionarse siempre y cuando las evidencias no sean lo suficientemente concluyentes. El público no siempre comprende bien la diferencia entre riesgo e incertidumbre”, se afirma en el informe.
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