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Salud

El tratamiento anti-VIH evitó 9,5 millones de muertes

En 1987, la agencia de alimentos y medicamentos (FDA) de Estados Unidos aprobó el uso de azidotimidina (AZT), el primer medicamento antirretroviral para combatir el VIH, el virus causante del sida. Con efectos colaterales intensos, el AZT añadió meses a la vida de los enfermos, y el VIH pronto desarrolló resistencia a esos fármacos. Otros medicamentos empezaron a usarse en asociación y, como resultado, la terapia antirretroviral (TAR) evitó 9,5 millones de muertes en el mundo entre 1995 y 2015, con beneficios económicos globales de 1,05 billones de dólares, de acuerdo con un estudio de la organización no gubernamental Avenir Health, con la colaboración de investigadores de universidades de Estados Unidos (Health Affairs, julio). En todos los 44 países de ingresos per cápita altos y en los 117 de ingresos medios o bajos, los beneficios económicos de la TAR excedieron a los costos. En Brasil, la mejoría en términos de esperanza de vida de personas con VIH/sida saltó de 3,3 años en 1997 a 25,7 años en 2014. Una de las consecuencias de la diseminación de la TAR consiste en que la tasa de infecciones por VIH cayó de 3,5 millones al año en 1997 a menos de 2 millones en 2016. Sin el tratamiento, el número proyectado de nuevas infecciones se mantendría en alrededor de 3,5 millones al año. Otro beneficio alcanzado fue la reducción del número de niños/as que pierden a uno o ambos padres a causa del sida: la cantidad de huérfanos dobles (niños/as y adolescentes que han perdido a padre y madre) pasó de 4,5 millones en 2010 a 4 millones en 2015; las proyecciones, sin tratamiento, indicaban 5,8 millones en 2015. Actualmente se ofrece la TAR a 19,5 millones de personas en el mundo. Sin embargo, según el estudio, 15,2 millones de personas infectadas no reciben ningún tipo de tratamiento.

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